tag:blogger.com,1999:blog-7923937721223507292024-03-06T09:46:59.443+01:00El momento de RaquelLeyendo y reseñando libros escritos por mujeres.Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.comBlogger163125tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-27925213106472933702018-12-08T13:03:00.001+01:002018-12-08T13:03:16.597+01:00Lecturas de noviembre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvkRKPOJoehCMizv-R6G_uBA87V-XK96N2sI-BYXJiBFVgOptHqbS9W5BljS_LXt3zKXkrZ2DAB2mqmHIHKLbUOHKk013OWxwmYEkDkvxX498B4Zk4MEKy3aC-4y6fzgZoBGuC04n0bbYB/s1600/IMG_2358.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1268" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvkRKPOJoehCMizv-R6G_uBA87V-XK96N2sI-BYXJiBFVgOptHqbS9W5BljS_LXt3zKXkrZ2DAB2mqmHIHKLbUOHKk013OWxwmYEkDkvxX498B4Zk4MEKy3aC-4y6fzgZoBGuC04n0bbYB/s320/IMG_2358.jpg" width="253" /></a></div>
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Dice Angela Carter en su introducción a Cuentos de Hadas:</div>
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«<i>Que yo y otras muchas mujeres vayamos buscando heroínas de cuento de hadas en los libros es otra versión del mismo proceso: deseo validar mi reivindicación a poseer una parte equitativa del futuro, y expreso para ello la exigencia de que me concedan la parte del pasado que me corresponde</i>». </blockquote>
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En las lecturas de este mes no hay muchas heroínas, ni tampoco cuentos de hadas, pero sí mujeres que escriben, ya sea ficción, autoficción o biografía, deseando, no, mejor dicho, reivindicando, como diría Carter, su parte del pasado para revisarlo bajo su propio punto de vista y así recibir su parte del futuro, tomando las riendas de una vida construida a base de muchos errores y muchos aciertos, todos ellos suyos. Y son estas mujeres, tan reales y sensibles, las que pasan, tras ser leídas, a nuestro propio imaginario para que así podamos exigir también nuestra cuota de pasado y, por supuesto, de futuro. Y estas son mis «heroínas», entendidas por mujeres que luchan por (sobre)vivir de noviembre: </div>
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<u><b>1. <i>Amor</i>. Hanne Ørstavik</b>.</u> Hace unos días preguntaban por Twitter cuál era, en nuestra opinión, el mejor libro publicado este año. Es difícil elegir, dado que el número de libros que se están editando es inabarcable, pero si tengo que decir uno elegiría este «Amor» por la profundidad con la que esta autora noruega escarba en los recónditos resortes de las relaciones humanas, en su complejidad y su sutilidad. <b>Y es que Ørstavik ha declarado que escribe «<i>para aprender a amar</i>» y con esa declaración de intenciones, ¿cómo resistirse a ella?</b> En «<i>Amor</i>» una madre soltera y su hijo viven en un pequeño pueblo en el norte del país y la distancia que les separa es tan enorme como esos vastos bosques cubiertos de nieve que les rodea. El paisaje gélido y solitario es el escenario que les acompaña en ese deambular por el pueblo en que se cruzan sin verse. La madre, en la feria, intenta paliar su sentimiento de soledad y la necesidad de sentirse amada buscando a un hombre que le acompañe; el hijo, convencido de que su madre está en casa preparando su tarta, pues al día siguiente cumple nueve años, habla con desconocidos con los que se cruza intentando matar el tiempo. La incomunicación entre ellos es total, aunque lo peor de todo es que no son conscientes de ello. <b>Un libro lento, profundo, repleto de tensión por malentendidos, sobrentendidos y silencios</b> que invita a reflexionar sobre cómo damos por hecho muchas cosas y cómo también pensamos que el status quo es inamovible y la gente que amamos siempre estará ahí. Toda una #joyita.</div>
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<u style="font-weight: bold;">2. <i>Florescencia</i>. Kopano Matlwa.</u> La narrativa del continente africano sigue sorprendiéndome y este libro escrito a modo de entradas de diario de su protagonista, Masechaba, es todo un ejemplo de excelente calidad literaria unida al compromiso político. La autora, licenciada en medicina, afirmó en una entrevista que escribir Florescencia fue realmente duro por todos los temas que trata, de gran calado humano y social: xenofobia, machismo, suicidio, religión, maternidad... Temas que Matlwa une en torno a Masechaba, una joven negra que sueña con ser médico para salvar vidas y que se lanza al activismo para dejar una huella en su país, «la nación del del arco iris» tras la ilegalización del apartheid y la victoria de Nelson Mandela. Sin embargo, se encontrará con obstáculos en su camino: por un lado, los recursos sanitarios limitados que provocarán que tenga que insensibilizarse al ver cómo sus pacientes siguen muriendo; por otro lado, los prejuicios que se extienden no ya solo de blancos hacia negros sino de negros sudafricanos a negros de otros países que emigran allí en busca de oportunidades. <b>Un relato que es un auténtico puñetazo en el estómago y que obliga a reaccionar pero siempre sin perder de vista la esperanza, la «florescencia» de la vida. El lirismo con el que Matlwa logra atrapar la complejidad de lo que sucede, ante la insuficiencia del lenguaje, es hermoso y contundente.</b> Otra #joyita.</div>
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<b><u>3. <i>Cara de pan</i>. Sara Mesa.</u></b> Una niña de «Casi» catorce años se refugia detrás de los setos que rodean un árbol del parque en lugar de ir al instituto. Un «Viejo» de cincuenta y cuatro años descubre su escondite y acude a su encuentro cada mañana para hablarle de Nina Simone, de pájaros, de la historia de su familia... Mesa construye así, con dos personajes y un escenario casi teatral una historia compleja que sigue la estela de <i>Cicatriz</i> en su andadura por los límites. <b>A Mesa hay que reconocerle (y agradecerle) su valentía al tratar temas desde lugares poco comunes, como una funambulista que busca el equilibrio entre lo que es correcto y lo que no y, lo que aun se agradece más, sin emitir ningún tipo de juicio moral.</b> Eso se lo deja a los lectores. Somos nosotros quienes aportamos de serie nuestros prejuicios, nuestros miedos (una niña y un viejo, ¿cómo van a hacerse amigos? ¿qué es lo que él busca? ¿dónde están los padres o las amigas de esa niña para protegerla? etc, etc) mientras que ella, con esa prosa tan fluida y pulida que le caracteriza se embarca en un relato que nos atrapa por lo que dice y lo que no dice, las migas de pan que nos va dejando para que sigamos el rastro y no soltemos el libro. Para mí, Mesa es mi escritora de «segundas oportunidades»: <i>Cicatriz</i> no me gustó pero me quedaba la espinita clavada, sentía que me había perdido muchas cosas. Cara de pan me ha conquistado. Releeré Cicatriz. Sin duda. </div>
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<b><u>4. <i>Cuentos de Hadas</i>. Angela Parker.</u> Estos cuentos no son para dormir. Son para despertar. En estos cuentos no aparecen hadas. Aparecen brujas. Y mujeres valientes.</b> Muchas mujeres valientes que cuentan con sus propios recursos para romper las cerraduras de las puertas de su celda, para engañar al monstruo que quiere devorarlas, para sortear la crueldad de los hombres hermosos, los reyes avaros y las madrastras psicópatas que la vida les ha puesto en el camino. En esto radica la diferencia y la belleza de este libro en el que Angela estuvo trabajando hasta su muerte, incluso en la cama del hospital. Ella sentía que nos lo debía y de ahí el mimo con el que se dedicó a recopilar cuentos de todos los países y pueblos (desde los Inuit hasta los Swahili, pasando por Egipto, Rusia y Japón), despojándolos del discurso misógino de los cuentistas del siglo XIX para regresar a la voz original, conformada en su mayoría por mujeres que narraban historias para entretener y educar a la luz de la lumbre hilando la rueca o contemplando las estrellas. Un libro para regalar y para regalarse; para disfrutar; para depositar en nuestra mesita y leer antes de dormir y soñar con cómo despertar. </div>
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<b><u>5. <i>Basada en hechos reales</i>. Delphine de Vigan.</u></b> Tras el inesperado éxito que una escritora consigue con su último libro, se hunde en un bloqueo creativo al que se suma que sus dos hijos se van de casa y una relación con un hombre que viaja continuamente. Es en ese momento cuando L., una misteriosa y encantadora mujer, aparece en su vida. Poco a poco L. se convierte en indispensable para cualquier gestión, es su confidente, su consejera, como esas amistades de adolescentes apasionadas, absorbentes y exclusivas. Sin embargo, la escritora va descubriendo poco a poco que L. no es lo que parece ser y que bajo esa apariencia desinteresada hay una persona tóxica. A de Vigan se la conoce sobre todo por la inolvidable <i>Nada se opone a la noche</i>, una obra cuyo éxito le sobrepasó y que incluso le supuso problemas con su familia. Tras esa novela, de Vigan ha optado por arriesgar y dar un giro en su literatura a través de una historia que mezcla ficción con realidad, si es que no siempre están mezcladas (un tema que de Vigan discute ampliamente en esta novela) y que está formada por múltiples capas que lo hacen idóneo para disfrutar y también reflexionar. El estilo de Vigan es hermoso, natural, lo que contrasta con esta historia a ratos oscura e incluso de intriga o terror psicológico que nos atrapa. Me ha encantado comprobar que en de Vigan hay vida literaria, y muy buena, más allá de «Nada se opone a la noche». </div>
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<b><u>6. <i>La chaise-longue victoriana</i>. Marghanita Laski.</u></b> Una mujer se recupera de una tuberculosis que se agravó tras haber dado a luz. Por fin el médico le permite abandonar la cama y continuar su reposo en otro lugar de la casa. Ella elige una chaise-longue victoriana adquirida en una tienda de antigüedades durante el embarazo. Se acuesta en ella, se queda dormida y al despertar descubre que ya es Melanie sino Milly y que ya no vive en 1953 sino en 1873; que no sufre tuberculosis sino tisis y que el hijo al que dio a luz le ha sido arrebatado. Laski construye un relato que por su terror psicológico recuerda en muchas ocasiones a <i>El papel pintado amarillo</i> de la excepcional Charlotte Perkins y que, al igual que esta obra, puede ser leída en dos capas: la primera, la tensión de estar atrapada en un sueño y la angustia de no poder escapar; la segunda, la denuncia de la situación de la mujer en dos épocas que, aun siendo muy distintas, siguen colocándola en un segundo plano, poniendo de relieve que son necesarios avances en el tema y que no se ha avanzado aun lo suficiente. <b>Este es un título de esos que podrían considerarse «clásicos» pero que pasan desapercibidos y que maravillan por su reivindicación feminista así como por la narración tan oscura, casi gótica. </b></div>
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<u style="font-weight: bold;">7. <i>Serena Cruz o la verdadera justicia</i>. Natalia Ginzburg.</u> Poco a poco voy leyendo todo lo de #miNaty, mi autora de la iniciativa de twitter #Adoptaunaautora, y que cuanto más descubro más me gusta. <b>Este pequeño ensayo recuerda a las reflexiones contenidas en <i>Las pequeñas virtudes</i>, ya que en él, a partir de un hecho real, profundiza en múltiples cuestiones de hondo calado social, político, económico y sentimental.</b> Serena Cruz es una niña que vive en un orfanato de Manila (Filipinas). Los Giubergia, tras haber adoptado ya a un niño de esa nacionalidad, deciden adoptar otro pero ante la complejidad de las nuevas normas de adopción cometen irregularidades. Cuando las autoridades italianas se enteran comienzan una cruzada burocrática para arrebatarles la custodia de Serena. Ginzburg relaciona este caso con otros similares de la época y se plantea cuestiones peliagudas como en qué consiste realmente la ma/paternidad, cuáles son los vínculos que lo definen, hasta qué punto el estado debe intervenir en el ámbito de las familias y cómo es necesario que el sistema haga más hincapié en ayudar y apoyar, en humanizarse y empatizar, desde todas sus facetas (económica, jurídica, sanitaria, educativa) que en arrebatar y juzgar. Una obra que se lee con el corazón en un puño debido a que no sólo se trata de un caso real sino a que se percibe que la propia Ginzburg vivió de cerca esta historia involucrándose hasta el tuétano. Además la escribió en 1990, un año antes de su muerte y se acumula en él toda la sabiduría tanto humana como literaria de la autora. Es única, Ginzburg. </div>
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<u style="font-weight: bold;">8. Muerte de un silencio. Clemene Boulouque.</u> Periférica se caracteriza por sus obras «huesudas», esto es, aquellas que narran una historia dramática que nos arranca la piel pero con un lenguaje que es un protagonista más de la novela, profundo, versátil, poético. En <i>Muerte de un silencio</i>, Boulouque empuña su pluma y rasga el papel con su historia enquistada, que es también la de su padre, un juez de la lucha antiterrorista de Francia en los años ochenta que se suicida ante la presión que sufre. A través de pequeñas anécdotas seleccionadas de su infancia (su padre murió cuando tenía trece años), vemos a una niña solitaria pero caprichosa, soñadora y feliz que observaba sin prestar demasiado atención a un padre idealista con un alto sentido de la justicia y la democracia que cada vez pasa más tiempo en su despacho y menos en casa. <b>Párrafos cortos pero contundentes, repletos de imágenes de un gran calado emocional a pesar de su lenguaje minimalista</b> al que no le sobra ni falta una coma, atraviesan este relato en el que no hay idealización sino solo un intento de acercarse a un padre del que empezó a saber más cosas cuando es adulta y cuya sombra le persigue toda la vida; hay también en el relato un intento de expiar, si es que eso es posible, la culpa de su madre, de su hermano y de ella misma y, sobre todo, un intento de curar la herida matando el silencio que siempre ha rodeado lo sucedido. Un libro desgarrador en el que cada hecho tiene un significado, cada anécdota un porqué.</div>
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<u style="font-weight: bold;">9. El amante. Marguerite Duras.</u> Cuando leí este libro hace unos quince años me quedé un poco decepcionada pues me pareció que no ahondaba en lo que se contaba. Sin embargo en esta relectura me he dado cuenta de que estaba equivoca pues hubo un factor que no tuve en cuenta: <b>la condensación que Duras domina como pocos ya que se sirve de otros elementos que son más importantes que las descripciones o los largos párrafos explicativos como la atmósfera, las frases cerradas y contundentes, los recuerdos entretejidos, las elipsis.</b> Dando saltos en el tiempo, Duras nos va narrando su vida en Indochina, y qué pasó después de esa época marcada por una madre compleja incapaz de saber amar a sus hijos (al mayor le absorbe, a los otros dos, les rechaza). Para huir de ese ambiente asfixiante y de una pobreza cada vez más angustiosa, Duras comienza, con quince años, una relación con un acaudalado chino de veintiséis. Ella intenta no aferrarse a él pues sabe que no hay futuro entre ellos, no sólo por las diferencias culturales, sino también porque la propia Duras huye de cualquier compromiso afectivo, consciente de que llegará el momento en el que tendrá que seguir su propio camino alejado de esa hermosa pero cruel Indochina colonial y también de su propia familia. Un relato que nos conmueve por su rabia y dolor, sólo atenuados por la pasión que desarrolla hacia su amante, y que nos habla de cómo las experiencias marcan los rostros de las personas, al verse éstas empujadas a tomar decisiones que en otras circunstancias no habrían tomado y cómo condicionan su vida posterior. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrrjRdCnY7pw7HyLQY3r6si5yiD75HVyBn8YITineoaNR7Nm1Ou5Jg0la6yfm6w_qm_Yf7xq3RJ_BMz6Bd6XAVra_CokBmyb_3UgICvvbu2Nq6kLQ1anOlYsZJ_YvWyKPMVZaK-YUYay33/s1600/9788401017308.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="493" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrrjRdCnY7pw7HyLQY3r6si5yiD75HVyBn8YITineoaNR7Nm1Ou5Jg0la6yfm6w_qm_Yf7xq3RJ_BMz6Bd6XAVra_CokBmyb_3UgICvvbu2Nq6kLQ1anOlYsZJ_YvWyKPMVZaK-YUYay33/s320/9788401017308.jpg" width="206" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<u style="font-weight: bold;">10. Mujeres que compran flores. Vanessa Montfort.</u> Este libro, un gran éxito de la narrativa conocida como <i>feelgood </i>se aleja del tipo de libros en los que suelo refugiarme pero la revista digital Asuntos de mujeres (que podéis seguir en su Instagram @Asuntosdemujeres) me propuso reseñarlo y no me pude resistir, especialmente porque tenía curiosidad por saber qué rumbo está tomando esas propuestas literarias y también porque de vez en cuando me viene bien leer algo ligero, que me permita sacudirme de la intensidad de las historias que suelen acompañarme. La lectura ha sido una agradable sorpresa pues cuenta la historia de cinco mujeres que rondan los cuarenta años y que tienen en común a Olivia, la peculiar propietaria de una floristería en El Barrio de Huertas de Madrid. Cinco mujeres, cada una con sus problemas, sus ocupaciones, su personalidad que buscan su lugar en el mundo y que se refugian en la amistad que las une para buscar soluciones y apoyo. Una novela que se lee del tirón, muy bien escrita, con unos personajes muy definidos (la autora es también dramaturga y eso se nota) y que deja un buen sabor de boca. </div>
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<b><u><br /></u></b>Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-62782843553194654572018-12-05T08:40:00.000+01:002018-12-05T08:40:55.259+01:00Noches azules - Joan Didion<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBJJEf1TqghprNaeMT_dj75rvLmN8dg5Hb8ev_vIjJb5waTC1LRzOb7T-0v_S1rL7qw10x1vYJmnqy9alufXil5zNMNCmI5cWiSh5gvkJUKtBNUQL9-ttd0YQAqzTmHJsMxg-EzLQ8CUd6/s1600/IMG_1955.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBJJEf1TqghprNaeMT_dj75rvLmN8dg5Hb8ev_vIjJb5waTC1LRzOb7T-0v_S1rL7qw10x1vYJmnqy9alufXil5zNMNCmI5cWiSh5gvkJUKtBNUQL9-ttd0YQAqzTmHJsMxg-EzLQ8CUd6/s320/IMG_1955.jpg" width="240" /></a></div>
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<b>Lo que más me ha gustado:</b> el tono lírico con el que Joan Didion va enlazando los recuerdos de su hija a medida que van apareciendo por su narración, los jazmines de Madagascar, los sandwiches de pepino, el poema del mundo. La tristeza que desprende es, obviamente, contagiosa y abarca también al paso del tiempo, aun más notable a medida que ves crecer a tus hijos y que en el caso de Didion va acompañado del remordimiento y la culpa por sentir que no se ha aprovechado el momento, que quizá pudo haber hecho algo más para evitar el fatal desenlace, que la pérdida de su marido seguida dos años después de la de su hija, le acabará pasando factura tanto física como psicológicamente.</div>
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<b>Lo que menos me ha gustado: </b>el más que comprensible dolor que Didion siente al escribir este libro impide también que se abra en él completamente. Mantiene un mutismo absoluto sobre la causa real de la muerte de su hija y ese dar vueltas alrededor del tema sin entrar en él puede provoca que la conexión de quienes la leemos con su relato se dificulte. Da pequeñas pistas sobre el posible motivo, habla de una infección, el tema del alcohol sobrevuela como un buitre el desierto a la espera de posarse, pero no se posa. En lugar de eso ahonda en la vejez, en costumbres de juventud que ya no podrá retomar, en personas que ya no están vivas, pero lo realmente importante en este libro, que es su relación con su hija, presenta muchos vacíos.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Los franceses llaman a esta hora del día "l´heure bleue". Nosotros la llamamos "el crepúsculo". La misma palabra "crepúsculo" reverbera, despierta ecos —crepitación, creyendo, corpúsculo, crisálida—, lleva en sus consonantes las imágenes d personas que se cierran de jardines que se oscurecen, e ríos flanqueados de hierba que se deslizan entre las sombras</i>». </blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhadZwj-iIi1U9RWSwIXPJF-XW4J55Z92sFkKy2WmmXBk-ij9bNQYLbvyfo6icxELjMobziwOAcVuMygmO3qv3yeAzJQkQi4NJbYFZ0waIvBdjnCwhrVSde5jvRLwCFWLDt9FDQ6vHf7QTS/s1600/6dc302486175f6cd0aef76101df329b8.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="772" data-original-width="582" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhadZwj-iIi1U9RWSwIXPJF-XW4J55Z92sFkKy2WmmXBk-ij9bNQYLbvyfo6icxELjMobziwOAcVuMygmO3qv3yeAzJQkQi4NJbYFZ0waIvBdjnCwhrVSde5jvRLwCFWLDt9FDQ6vHf7QTS/s320/6dc302486175f6cd0aef76101df329b8.jpg" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Joan Didion y Quintana</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
En determinadas latitudes hay unas horas de los días previos al verano en los que los atardeceres se alargan y las noches nunca llegan a ser negras, sino azules. Estas «Blue nights», que también aluden al doble juego de palabras de Blue como triste, son muy valoradas por la autora tras su regreso de California (donde no se daba este fenómeno) a Nueva York (donde sí se da), y especialmente, después de la muerte de su hija Quintana. A través de un relato que va dando saltos en el tiempo y que arranca del más vivo recuerdo de ella el día de su boda, Didion nos va enlazando cómo Quintana llegó a su vida, como resultado de un proceso de adopción que no por deseado no resultó menos sorprendente. La sinceridad con la que reconoce que en un primer momento pensaban ella y su marido que podrían seguir con su agitada vida social como antes de su llegada, nos provoca ternura y también una sonrisa (¿a qué padres primerizos no nos has pasado?) como cuando señala que logró escribir «<i>dos libros mientras miraba cómo la ropa de ella se secaba en aquellas cuerdas</i>». Sin embargo, <b>esos recuerdos amables repletos de poemas y dibujos infantiles, pronto dan paso a los remordimientos y a una búsqueda infructuosa de la autora de señales que pudiesen haber hecho prever lo que después le sucedió a Quintana de adulta</b>.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Seguíamos pensando que la felicidad y la salud y el amor y la suerte y los hijos hermosos son "bendiciones comunes y corrientes"</i>». </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Joan Didion nace en California en 1933 y pronto se convierte en una periodista de prestigio al ganar en 1956 un concurso de ensayos para Vogue. Sus artículos periodísticos, incisivos y críticos, con una voz muy personal, así como su intenso trabajo como escritora vinculada al cine, ha hecho de ella una persona muy admirada y respetada en su país y que en el nuestro poco a poco se va dando a conocer gracias a la tradición de sus obras y al documental de Netflix «<i>El centro cederá</i>». En «<i>Noches azules</i>», a pesar de la dureza del tema que ella está tratando, <b>se perciben al otro lado de la rabia y de la desesperación, una gran capacidad para condensar ideas y exponerlas de tal forma que remueva a los lectores</b>. Con una gran sensibilidad nos habla de su hija y también de ella misma así como de la relación entre ambas que estuvo marcada desde el primer momento por el miedo de su hija a ser de nuevo abandonada. La claridad con la que Didion expone estos temas contrasta por otro lado con la ambigüedad con la que habla de otros pasando como de puntillas sobre el reencuentro de Quintana con su familia biológica así como sobre la adolescencia y la etapa adulta de su hija. Vemos a una Quintana niña inteligente, divertida y sensible que plantea preguntas de una madurez excepcional a la que la propia Didion apenas sabe dar respuesta. ¿Pero cómo era Quintana a medida que fue creciendo? No sabemos apenas nada de esa Quintana.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Es horrible verse a uno morir sin hijos. Lo dijo Napoleón Bonaparte.<br />¿Puede haber para un mortal un dolor mayor que ver a sus hijos muertos? Lo dijo Eurípides.<br />Cuando hablamos de mortalidad, estamos hablando de nuestros hijos.<br />Eso lo dije yo</i>».</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8cgUgqzDg0s3BDLk57R13iy9nfIyqw7D0uc9oTMHb8AGsd8Wdfeahc3eNGsWIVTj-K4M6_CmVWGbJVlqA70KSya9OogW4mUaCM6fK_uVozAndank9uDDMCPEB6Ftsxkab-VGzIROt9lj6/s1600/unknown11.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="845" data-original-width="1274" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8cgUgqzDg0s3BDLk57R13iy9nfIyqw7D0uc9oTMHb8AGsd8Wdfeahc3eNGsWIVTj-K4M6_CmVWGbJVlqA70KSya9OogW4mUaCM6fK_uVozAndank9uDDMCPEB6Ftsxkab-VGzIROt9lj6/s320/unknown11.jpeg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Un libro doloroso de leer, como para Didion debió ser doloroso de escribir, que nos habla de maternidad, de muerte, de «<i>la aparente insuficiencia del acontecimiento desencadenante</i>», es decir, esa «<i>tendencia a reaccionar exageradamente ante algo que puede ser ordinario o predecible</i>», como perder dos trenes. <b>Un libro lleno de elipsis que va dejando pequeñas pistas que hemos de seguir ante el dolor que le provoca a Didion hablar de la muerte de su hija, de sus causas, de su, ella cree, cierta responsabilidad</b>: la letra de Hotel California, el Hombre Roto, esa Joan Didion rodeada de amigos siempre tomando una copa o pensando en tomarla o preparando una copa o pensando en prepararla, el consumo de alcohol como «automedicación» para combatir la depresión y los ataques de ansiedad... Y también, por supuesto, nos habla del transcurso del tiempo durante los cuales vamos acumulando recordatorio de lo que «<b>f</b><i>ue, de lo que se rompió, de lo que se perdió y de lo que se echó a perder</i>» y que ahora Didion ya no quiere tener porque son recordativos de lo poco que aprecio aquellos momentos cuando los tuvo delante. P<b>orque el tiempo es muerte pero a la vez es vida, ambas caras de una misma moneda unidas por el canto de las horas y los días y las «Noches azules» que siempre, a medida que avanzan, se acercan a su fin. </b><br />
<b><br /></b>
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<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>6/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><i>Blue Nights</i> (2011)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Javier Calvo</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Literatura Random House (1ª edición, 2012)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 150</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-397-2633-3</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: </span>19,90 €</span></div>
</div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-29165608445992670502018-11-06T21:55:00.000+01:002018-11-06T21:55:14.815+01:00Hoy hubiera preferido no encontrarme a mí misma - Herta Müller<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5jnST212DRQe905mD1zBpMwsHyEIWHWIUp8K35L1zQ0mwZ4IX9YTnWSguE0HbFVVV6XqF1iU1shsE5l3n6ITGp_YP0Homb_DaaBv7khCLb03etMuDmOF75zMwxXLXn4vlmrmIKGJuKYf_/s1600/IMG_1996.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5jnST212DRQe905mD1zBpMwsHyEIWHWIUp8K35L1zQ0mwZ4IX9YTnWSguE0HbFVVV6XqF1iU1shsE5l3n6ITGp_YP0Homb_DaaBv7khCLb03etMuDmOF75zMwxXLXn4vlmrmIKGJuKYf_/s320/IMG_1996.JPG" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado:</b> La escritura de Herta Müller es un auténtico canto a la libertad. Frente al totalitarismo dictatorial de Ceausescu, donde todo estaba reglado y cada movimiento era vigilado, Müller mantiene su autonomía a través de sus libros, no renuncia a ser ella misma y se niega a entrar en esa rueda del sistema desplegando una <b>poesía narrada plagada de imágenes y con una estructura que podríamos denominar anárquica</b>. Sin embargo, tras las primeras páginas logramos captar el sentido de su narración y no nos perdemos en ella, al contrario, conseguimos seguir el hilo de Ariadna y logramos entrar y salir de su laberinto, eso sí, no salimos indemnes sino fascinados e incluso tocados por su historia que además de la denuncia política también hace hincapié en otra cuestión: la diferencia de los roles sociales entre hombre y mujer (los hombres mandan, beben, gritan y golpean, salen y entran; las mujeres obedecen, se quejan en silencio, esperan, si pueden seducen y, cuando se hartan, huyen) que repercute en sus caracteres y en la forma en la que cada uno intenta salir adelante. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado: </b>Es un libro complicado sin una estructura clara, una intriga y un desenlace. Por el contrario, exige la participación activa de quien la lee, toda su atención y emoción para poder seguir este ejercicio narrativo que puede recordar el flujo de conciencia de Woolf o Joyce. Müller coloca a su protagonista (un avatar de ella misma) en un tranvía, símbolo del espacio público y también del ambiente político, camino de un interrogatorio. Durante ese trayecto irá describiendo a los personajes que suben y bajan de él, cada uno de los cuales representa a un sector de la población, al mismo tiempo que recuerda pasajes de su vida relativos a su infancia, a su anterior marido (violento), a su actual (alcohólico) y a la muerte de su mejor amiga. <b>No es una novela de acción sino una obra introspectiva con un claro simbolismo social e individual en el que se activa el compromiso político y de denuncia de Müller. </b></div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Entre el bebedor y la botella ocurre lo mismo que entre las parejas en las fotos de bodas, se destruyen mutuamente y no se sueltan</i>»</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyQqpXtGzGWnF8lAWWbQkgflC3CpN5gnR20_6suOPFZSqxg4dVS26amHkIDYuc2Jy5kpYyRjHPPxT7bIigYBF_Q7p7TyZH2GJKdErAapMcor09p2j1xt3NT9oxVlUzJmofk-WUwhJrSUcT/s1600/Herta-Muller-escritora-gustaba-interesaba_555854412_1041082_1020x574.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="574" data-original-width="1020" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyQqpXtGzGWnF8lAWWbQkgflC3CpN5gnR20_6suOPFZSqxg4dVS26amHkIDYuc2Jy5kpYyRjHPPxT7bIigYBF_Q7p7TyZH2GJKdErAapMcor09p2j1xt3NT9oxVlUzJmofk-WUwhJrSUcT/s320/Herta-Muller-escritora-gustaba-interesaba_555854412_1041082_1020x574.jpg" width="320" /></a>Es innegable que la historia personal de una autora influye siempre en mayor o menor medida en suobra. Sin embargo, en el caso de Herta Müller, sus vivencias no sólo influyen en sus historias sino también en su estilo y esta obra es un claro ejemplo de ello. Nacida en Rumanía en 1953, pertenece a la comunidad alemana que vivía en ese país pero que conservaba sus propias tradiciones sajonas así como el alemán como idioma vehicular. Este grupo social fue especialmente perseguido durante el régimen comunista y también tras la llegada al poder en 1965 de Ceausescu, con torturas, interrogatorios, expropiaciones y deportaciones a Baragan (la llamada Siberia rumana, donde eran abandonados en medio de la nada, muriendo más de quinientas mil personas). Herta Müller también sufrió esa represión por pertenecer a un grupo de intelectuales comprometidos y críticos y, especialmente, tras negarse a colaborar con la Securitate. En 1987 consiguió el permiso para dejar Rumanía e irse a Alemania occidental, donde vive desde entonces.<b>En 2009</b><b> recibió el Premio Nobel de Literatura porque «<span style="background-color: #f8f9fa; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;"><i>con la concentración de la poesía y la franqueza de la prosa, describe el paisaje de los desposeídos</i>»</span> convirtiéndose en la duodécima mujer en conseguirlo de las catorce que lo han obtenido en total </b>(apenas el 12% de los laureados con este premio son mujeres).</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Poder quedarse como los zapatos se quedan ahí, como la alacena sigue en la cocina, y un rayo de sol afilado y brillante reposa en el respaldo de la silla y crece y más tarde acabará sobre la mesa. (...) No quedarse ahí, como algo comprado en el mercado de las pulgas, pensé, mejor marcharse, quien se va siempre puede regresar</i>». </blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>La belleza es en ocasiones compleja. Lo digo de otra manera. Hay circunstancias en las que encontrar la belleza es casi imposible. Müller lo consigue. Para ella, la realidad «<i>no es más que un material</i>» y el recuerdo, la memoria, «<i>la materia prima que el lenguaje tiene que desmenuzar»</i>. En una entrevista aseguró que «<i>una frase es como una obra de arte</i>» y este libro es un majestuoso museo. </b>En él encierra a su protagonista en un un tranvía que pasa sin horarios fijos, cuyo conductor para a su conveniencia para comprar bollos y que es obligado también a parar por la presencia de multitud de semáforos inútiles. La incertidumbre de no saber cuándo llegarás a tu destino y la impotencia de sentir que tu día a día dependa de otros, nos sumerge en un ambiente claustrofóbico que se enrarece por el aire viciado del tranvía. Se dirige a un interrogatorio, el enésimo ya, desde que descubrieron los papelitos que introdujo en el forro de varios traje de caballero con destino a Italia donde escribió, junto a su nombre y dirección: «<i><b>Cásate conmigo</b></i>». En su bolso lleva una toalla pequeña, un cepillo de dientes y dentífrico. No sabe si en esta ocasión la dejarán regresar a casa. </div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>He mentido tanto por miedo y por otros que ya no puedo mentir sin miedo y por mí</i>»</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>A pesar de este ambiente denso, en el que la protagonista aun se sorprende de que la dictadura no haya aprobado una ley que prohiba mirar al cielo para contemplar su belleza </b>(esa luna con forma de huevo de oca que se va por un lado mientras el sol llega por el otro)<b> logra evocar su pasado con una gran intensidad y lirismo recurriendo a objetos que se repiten de forma recurrente</b>, como si fueran unos personajes más de la trama: dos camisas, la que crece y la que espera, unos botones que aparecen y desparecen, unas antenas clandestinas para captar programas extranjeros que luego son confiscadas, unas cerezas sangrantes y eróticas de duros carozos que se guardan en el bolsillo, unas ciruelas cuyas mejillas se besan y cuyo aguardiente destroza a las personas... Esa imaginación es una forma de rebelarse contra las imposiciones del sistema. Libertad para contar, libertad para soñar, libertad para creer en lo que uno quiera, por muy absurdo que sea. Así, antes de cada interrogatorio, la joven desayuna una nuez. Convierte esto en un ritual. Quizá así las preguntas sean más sencillas de responder, el inspector deje de acosarla, la deje marcharse a casa...</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Tú no crees realmente que la nuez sirva para algo.<br />Por supuesto que no lo creo realmente, como tampoco creo de verdad en todas las cosas a las que me he ido acostumbrando. Y soy tanto más testaruda.<br />Déjame creer lo que quiera</i>».</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Evadirse de ese mundo gris es sólo posible con la imaginación, pues intentar hacerlo físicamente puede suponer morir acribillada a balazos, como la joven y hermosa Lilli, la mejor amiga de la protagonista, cuyo cuerpo recordaba a amapolas sangrantes. Lo que cuenta Müller en esta novela tiene tintes autobiográficos como se percibe a través del tono angustioso de la narración que a menudo es roto por carcajadas histriónicas, resultado de la tensión que se palpa. Por lo tanto, no es en los recuerdos ni en la pequeña trama donde despliega esa imaginación sino en la forma de enlazar los detalles, como si crease una de esas colchas de patchwork en las que cada parche tiene un significado y cosidos todos forman la historia de una vida. <b>Mi recomendación: relájense, pongan toda su atención en esta novela, disfruten de su narrativa densa comiendo unas deliciosas ciruelas (o cerezas) y déjense cubrir por esta manta patchwork tan maravillosa. </b></div>
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u><br /></u></span></b>
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>9/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Heute wär ich mir lieber nicht begegnet (1997)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Juan José del Solar</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Siruela (1ª edición, 2010)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 195</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-9841-461-5</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: 17</span>,95 €</span></div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-30682924755261729482018-11-06T21:37:00.000+01:002018-11-06T21:37:25.756+01:00Poema de Chile - Gabriela Mistral<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiplxlDMbjnqWPYZlIxkXUbBeNstKHm1fxpQjCO_n_f4S40GJwBo6DOlfRSftWGv3BhB1i9-TLGZUc_kdz-4345wxOMCpX4yB4otxTRptl5vQ0Cy4NiLG2rWACtedtucYKp5A09oe13xz_v/s1600/DYVo_QdX0AA1Ddy.jpg-large.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiplxlDMbjnqWPYZlIxkXUbBeNstKHm1fxpQjCO_n_f4S40GJwBo6DOlfRSftWGv3BhB1i9-TLGZUc_kdz-4345wxOMCpX4yB4otxTRptl5vQ0Cy4NiLG2rWACtedtucYKp5A09oe13xz_v/s320/DYVo_QdX0AA1Ddy.jpg-large.jpeg" width="240" /></a></div>
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<b><br /></b></div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">Yo me tengo lo perdido<br />y voy llevando mi infancia<br />como una flor preferida<br />que me perfuma la mano.<br />y la madre va conmigo<br />sol a sol y día a día,<br />va con rostro y va sin llanto<br />cantándome los caminos.</i>» [Tordos]</blockquote>
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<b><br /></b></div>
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<b>Lo que más me ha gustado:</b> Leer es viajar y este poemario es buen ejemplo de ello. Cojan su maleta y dispónganse a recorrer el país de punta a punta, desde el desierto de Atacama hasta la Patagonia, en compañía de la poeta convertida en fantasma que regresa de la muerte para reencontrarse con un pequeño indio, su alter ego, al que habla como si fuese ella misma de niña. </div>
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<br /></div>
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<b>Lo que menos me ha gustado:</b> nunca he visitado ese país que, a los ojos de Gabriela Mistral, debe ser de una belleza absoluta. Ese desconocimiento en primera persona de su historia y su geografía puede provocar una descolocación visual y una cierta distancia emocional respecto a la intensidad con que ella mira determinados animales y plantas, con secretos que solo ella conoce y recuerdos que guarda para sí misma. Esta opacidad tiene, no obstante, una ventaja: podemos rellenar los huecos con nuestra propia biografía.</div>
<blockquote class="tr_bq">
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«<i style="background-color: #d9ead3;">Duerman los helechos altos</i></div>
<i></i><br />
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<i><i><span style="background-color: #d9ead3;">callados como un secreto (...)</span></i></i></div>
<i>
</i><i></i>
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<i><i style="background-color: #d9ead3;">Duerman los helechos altos</i></i></div>
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</i><br />
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<i style="background-color: #d9ead3; font-style: italic;">que yo aguardaré su sueño</i><span style="background-color: transparent;"><i>» </i>[Helechos]</span></div>
</blockquote>
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<b>Gabriela Mistral</b> (Chile, 1889- Nueva York, 1957), <b>fue la quinta mujer en recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1945, por «<i>su obra lírica que, inspirada en poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano</i>»</b>. Nacida en el seno de una familia humilde, su padre les abandonó cuando ella solo contaba con tres años, algo que, sin embargo, no fue obstáculo para que ella sintiese adoración por él e incluso le reconociese el mérito de haberla hecho descubrir su vocación como poeta tras encontrar, rebuscando entre los papeles de su casa, unos poemas manuscritos de su propio padre. Fue ahí cuando comenzó su amor por las letras que compaginó, en primer lugar, con su trabajo como profesora y posteriormente con su intensa labor como cónsul de Chile que la llevó a recorrer medio mundo.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">¡Tan feliz que hace la marcha!<br />Me ataranta lo que veo<br />lo que miro o adivino<br />lo que busco y lo que encuentro;</i>» [Hallazgo.]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>Esa falta de hogar permanente fue provocando que Gabriela Mistral se convirtiese de nuevo a través de sus poemas en Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcalaya, su verdadero nombre.</b> En <b><i>Poema de Chile,</i> obra póstuma</b> que la poeta dejó inacabada, Gabriela regresa a su país natal en forma de fantasma resucitado de la muerte para convertirse en Lucila y observar, por última vez, ese país que nunca llegó a ser su verdadero hogar pero del que nunca logró olvidarse. Pero la poeta ha cambiado tanto... Nerviosa y feliz asciende repechos, observa desde altozanos los árboles, la fauna, tan feliz que le ataranta lo que ve. Se muestra insegura en el andar por esos senderos que eran su casa, donde pudo quedarse a vivir pero optó por irse, pues «fui tan otra | y tan mudada regreso» que se marchó siendo Lucila y vuelve siendo Gabriela. En su regreso se le aparece a un pequeño indio, un Niño-Ciervo al que desde un primer momento llama hijo y quien, recíprocamente, le llama mamá. En un diálogo repleto de ternura y profundo amor Gabriela-Lucila le explica a ese niño que ella una vez fue los ojos con los que debe mirar su hermoso país y le dice todo aquello que a ella le hubiese gustado saber cuando tenía su edad.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">Estoy metida en la noche<br />de estas raíces amargas,<br />ciegas, iguales y en pie<br />que como ciegas, son hermanas.</i>» [Raíces]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Caminan ambos por el desierto, atravesando pueblos llenos de miseria, soledades donde el espino bracea su desespero, caseríos con miedo bajo el viento que los lleva, mujeres que vuelcan «gemelas» y un umbral: toda la Tierra y el Cielo entero. Calama ¡agua!, silabean ¡agua!, durmiendo o despiertos. La poeta, con el niño y el huemul, desesperan. ¡Por fin! Un «<i>ojo de agua</i>». El niño bebe saciando su sed y ella le seca la cara. Ese toque de ternura se simultánea con la nostalgia y la melancolía así como con un poso de arrepentimiento por no haberse quedado en su país, viviendo en una pequeña casita con jardín en medio del campo, disfrutando de largos paseos por toda su geografía. <b>Pero ya es demasiado tarde para volver atrás en el tiempo, hay decisiones irrevocables que hay que asumir con sabiduría sin que eso sea impedimento para que sentimientos tan contradictorios como la tristeza por no haber vivido allí y la alegría por regresar aunque sea por un corto espacio de tiempo, convivan con naturalidad en cada uno de sus versos. </b></div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">¡Ay, tienes tiempo sobrado</i><i style="background-color: #d9ead3;">para hacer la villanada!</i><i style="background-color: #d9ead3;">Los hombres se sienten más</i><i style="background-color: #d9ead3;">hombres cuando van de caza.</i><i style="background-color: #d9ead3;">Yo, chiquito, soy mujer:</i><i style="background-color: #d9ead3;">un absurdo que ama y ama,</i><i style="background-color: #d9ead3;">algo que alaba y no mata, tampoco hace cosas grandes</i><i style="background-color: #d9ead3;">de ésas que llaman "hazañas"</i>» [Perdiz]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Gabriela y el niño van canta, cantando por El Valle del Elqui y Valparaíso, camina, caminando por los Andes y El Valle de Chile, cruza, cruzando el río Laja y el río Río-bío, admirando el espino, la salvia y la tuna, encontrándose con el cuco, la perdiz y los tordos que recuerdan aquella época en la que Gabriela era Lucila en una poesía sencilla y accesible con la que Gabriela se acerca a la gente llana reivindicando a los campesinos Huasos, a los olvidados indígenas Araucanos y dando voz a los Puelches, a quienes toman por locos. Van dejando atrás paisaje tras paisaje pero no hay que olvidar, debe permanecer el recuerdo de lo bello, dice Gabriela, adaptarnos a cada nueva etapa de la vida con la misma resiliencia con la que los hombres se adaptan a vivir en el desierto olvidándose de verte huertos «como ama sin ver el ciego», dando la espalda al fuego y dando la cara al fresco viento. El niño es la voz de la calle, de los prejuicios extendidos entre el pueblo y frente a él <b>Gabriela reivindica lo sutil, lo olvidado, lo marginado,</b> reencontrándose con viejos amigos a los que con dulzura presenta al niño: el Viento del Norte, «el loco», la chinchilla, «su hermana», las montañas que recuerda aunque la llamen «ausente y renegada», la naturaleza, su familia. <b>Y es que, dentro de esa poesía bella y accesible también hay hueco para la reivindicación de los pueblos desplazados por la colonización, de la pobreza rural, de la situación de la mujer, del amor por la naturaleza y la conservación de la misma, para esa «aspiración idealista» por la que recibió el Premio Nobel. </b></div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">Voy a decirte lo que<br />con la pobre menta pasa,<br />también con la hierbabuena<br />e igual con la mejorana.<br />—¿Qué les pasa, mama, di?<br />—Que ellas huelen todo el año<br />y las rosas una semana,<br />y tano que pavonean<br />de su garbo y de su gracia...</i>» [Flores]</blockquote>
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Así, viendo las palmas de Ocón, entran en viñedos y recuerda los estragos que el «alcohol violento» causó en su propio padre provocando el abandono de la familia. Pide entonces «<i>paz para los hombres, paz | bendición para el pequeño | que está naciendo, dulzura | para el que muere</i>». La mortalidad infantil causa estragos, la pobreza castiga a los más débiles, y sólo le consuele en su regreso a Chile la búsqueda de lo esencial de la vida. Rehúye ojos y casa, se extasía ante cerros y molabas, reencuentra la gracia no en la elegancia del vestir sino en la digna mirada de una campesina doblada o de un niño. Ella, que ha sido cónsul y se ha vivido en la burbuja de la élite diplomática regresa a lo salvaje, a lo inhóspito, a lo descuidado y se encarga de educar al niño en su valoración. El niño quiere rosas, amor de una semana, pero ella prefiere la manzanilla, amor de siempre y mañana. La belleza efímera nos impide ver lo verdaderamente valioso: el amor incondicional, menos fragante pero más duradero y leal. <b>Un poemario muy completo que nos transporta en el espacio y en el tiempo porque Gabriela Mistral da voz atemporal a los olvidados y al amor por sus raíces, y es que:</b><br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #d9ead3;">Gea siempre tiene más<br />palmas, alerces y cedros;<br />nosotros disminuimos<br />con cada soplo y aliento;<br />ella muda, crea, alumbra,<br />nosotros anochecemos.<br />Ella se queda; nosotros<br />"pasamos como los sueños"</i>». [Mariposas]</blockquote>
<b>Edición:</b> Círculo de Lectoras (1969)<br />
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<b>Páginas</b>: 168</div>
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<b>Precio</b>: un maravilloso regalo de hace muchísimos años.</div>
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<b style="text-align: justify;">Calificación</b><span style="text-align: justify;">: 7/10.</span></div>
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<br />Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-62875436447883038172018-10-31T15:30:00.001+01:002018-10-31T15:30:14.808+01:00Lecturas de octubre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOZqLSh8UpbvzVDfE5XiyXS5z2Om1y3K0mu71xVGAukHcDK1-9hbY1QDpnCHDwiBulqTQrHIkypvuFAaNk1EQlL1qqOZXPPK6jy_LJZQHyxD9_r3I5v-C2GQ-BkmlUhufq9_3yMeqWo14c/s1600/IMG_2168.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1515" data-original-width="1600" height="302" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOZqLSh8UpbvzVDfE5XiyXS5z2Om1y3K0mu71xVGAukHcDK1-9hbY1QDpnCHDwiBulqTQrHIkypvuFAaNk1EQlL1qqOZXPPK6jy_LJZQHyxD9_r3I5v-C2GQ-BkmlUhufq9_3yMeqWo14c/s320/IMG_2168.JPG" width="320" /></a></div>
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<blockquote class="tr_bq">
«A veces hasta el propio pensamiento es una invasión, como mirarse desnuda al espejo: da más vergüenza que si nos viera otro». (Pág. 24. <b><i>La azotea</i></b>. <b>Fernanda Trías</b>)</blockquote>
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Cuando le preguntaron a Fernanda Trías si coincidía con Mariana Enríquez (autora argentina cuya lectura recomiendo encarecidamente si no la han leído ya) en su afirmación de que si un texto no le causaba pudor, vergüenza por contener cosas íntimas, ese texto no le servía, ella contestó que estaba completamente de acuerdo pues escribir es «como rasparse las rodillas durante una peregrinación» [<a href="https://www.eldeber.com.bo/brujula/Fernanda-Trias-Escribir-es-como-rasparse-las-rodillas-durante-una-peregrinacion-20170707-0050.html">El Deber. Periódico de Bolivia. 08/07/2017</a>]. Escribiendo este post recordé esta frase y me di cuenta de que todas las mujeres a las que he leído este mes se han dejado las rodillas escribiendo, se han raspado la piel e incluso se les ha caído a tiras como consecuencia del ejercicio literario, a veces catártico, que han hecho en estos magníficos libros de que les hablo. A continuación les explico el porqué:</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXf0ZrOZFDIy3pfX2EEUDhNf0q_H_rUVZPLsI2d6MFxyMWD46h8j2PMcjGQDYEJ1zFJpJzuuvU16JPDsoVlY3TPBo4gQwCSYQ8BnGinPLv0x207jTx9Aw9GqMKd8seZ1pBHqerpx26B_0G/s1600/prestigio-de-raquel-cusk.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="779" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXf0ZrOZFDIy3pfX2EEUDhNf0q_H_rUVZPLsI2d6MFxyMWD46h8j2PMcjGQDYEJ1zFJpJzuuvU16JPDsoVlY3TPBo4gQwCSYQ8BnGinPLv0x207jTx9Aw9GqMKd8seZ1pBHqerpx26B_0G/s320/prestigio-de-raquel-cusk.jpg" width="208" /></a></div>
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<b>1. Rachel Cusk. <i>Prestigio</i>. Con esta última obra de su trilogía se ha consolidado como una de mis autoras contemporáneas favoritas.</b> Los motivos por los que siento debilidad por ella son dos: el primero, su deconstrucción del «Yo» autobiográfico pues como si mirase su reflejo en un espejo para después romperlo con una piedra, asigna cada uno de esos pedazos a las personas con las que se va encontrando en su camino, en este caso en un país del sur de Europa, probablemente Portugal. Así, un relato tras otro, va trabajando su propia historia al mismo tiempo que la de esas personas, creando un hilo común en el que trata temas como la libertad, la justicia, la maternidad, el amor y el desamor, la amistad, la frustración... excavando como una tuneladora en los resquicios de las relaciones humanas. El segundo motivo es cómo logra relacionar todos esos relatos haciéndonos navegar por ellos como si surcásemos los canales de Amsterdam, todos distintos, pero todos unidos. <b>La aparente trivialidad de las historias que cuenta nos impacta porque es como si nosotras mismas nos mirásemos en un espejo y eso, aunque parezca fácil, nos consta que hay que estar dotada de un gran talento para poderlo conseguir.</b> </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0ORrmIozq3JtHeIfLyIDKIRQDFbFTIvInHbRWiVpBJLFQzVy38zwVlhJxHq8QB9NCVMYmkaVraTTwWnP9fdJlWrk4w-WHUJGQ3fy5oBf01ExGmM-ANSj2OUXmYbxM8Hbyu9AY83fsU-Dc/s1600/azotea.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="923" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0ORrmIozq3JtHeIfLyIDKIRQDFbFTIvInHbRWiVpBJLFQzVy38zwVlhJxHq8QB9NCVMYmkaVraTTwWnP9fdJlWrk4w-WHUJGQ3fy5oBf01ExGmM-ANSj2OUXmYbxM8Hbyu9AY83fsU-Dc/s320/azotea.jpg" width="208" /></a></div>
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<b>2. Fernanda Trías. <i>La</i> <i>azotea</i>.</b> Si hay un libro que me ha golpeado como lo hicieron en su momento «<i>Nada crece bajo la luz de la luna</i>» de Torborg Nedreaas y «<i>Perdón</i>» de Ida Hegazi ha sido éste, la primera «criatura salvaje» de una editorial que acaba de nacer: Tránsito. Leerlo es doloroso pues a través de sus páginas vamos comprobando, con la impotencia que sentimos las lectoras de no poder hacer nada, cómo Clara, una joven embarazada, comienza a cavar su propia tumba y la de su padre. El nacimiento de la hija, Flor, lejos de dar vida a esa familia, hace que se incremente el miedo que Clara siente a salir al exterior de su casa, en la que se encierran los tres. La nueva vida es en este caso sinónimo de muerte. Con cada vez menos dinero les van cortando la luz, el agua, se van reduciendo los suministros de comida... <b>El tiempo es un látigo que les recuerda que fuera de la seguridad de su casa-útero todos los peligros del mundo les acecha y Clara sólo ansia una cosa: quedarse dentro de esa panza y con ella su hija y su padre.</b> Incesto, depresión, locura, agorafobia... Si hay un libro que revuelve las entrañas y que nos hace patalear, es este; si hay un libro que remueve y que además tiene una excelente calidad literaria (la imagen de la azotea es inolvidable), es éste; si hay un libro que cumple con la <b>exigencia de Kafka de ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros, sin duda, es éste. </b>Un título más que añadiré como un imprescindible en mis #MaternidadesLit.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyUahTRmV4PHDeUQbqk4ZXzXfVCHQThZq0lJGPS4WTmenDBQoZHUgrkH3NMnVz6yeXwZCXa16Ipi4VBJzdKLQu4HdD64Hqr6o22SRA8vxjjcsy40CSqACvBa7IOHNqyJEfoGbQi5BOIddi/s1600/9788498414615.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1014" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyUahTRmV4PHDeUQbqk4ZXzXfVCHQThZq0lJGPS4WTmenDBQoZHUgrkH3NMnVz6yeXwZCXa16Ipi4VBJzdKLQu4HdD64Hqr6o22SRA8vxjjcsy40CSqACvBa7IOHNqyJEfoGbQi5BOIddi/s320/9788498414615.jpg" width="202" /></a></div>
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<b>3. Herta Müller. <i>Hoy hubiera preferido no encontrarme a mí misma</i>. </b>En el reto #WomenPNL, este mes tocaba leer a esta autora rumano-alemana y para mí ha sido un absoluto descubrimiento, como quizá lo sea para todos quienes gusten de la literatura íntima en la que primen más las metáforas que la historia en sí, <b>la prosa lírica</b>, en definitiva. Una mujer coge un tranvía y se dirige a una nueva entrevista, otra más, cada vez la citan más a menudo, con un agente de la <i>intelligentsia</i> de Ceaucescu. A través de recuerdos y de imágenes que se repiten recurrentemente (las cerezas, los botones, las antenas), Müller hace un retrato angustioso de cómo era la vida bajo el régimen comunista y como forma de protestar contra ese régimen en el que todo está prohibido (se extraña de que aún esté permitido mirar al cielo y deleitarse con la belleza de los amaneceres y los atardeceres) recurre a un relato fraccionado, con saltos en el tiempo, anárquico pero de una gran belleza. <b>Porque si en algo es experta esta autora es precisamente en eso, en encontrar belleza incluso donde no la hay. </b></div>
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<b><br /></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXbG7tTDNVdo36tJfbd251f21Agz1qXn0RyIkWqhsg8N-ftkD4iFXsOAN8erTqCTB0DUz_fzG2-J4fXsyJwC5FOtuy0x0It00tSZWZq1Rn0fn_8DSGhBWNYGw_pEN1OXDdNBcc915nwf0_/s1600/9788483466520.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="505" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXbG7tTDNVdo36tJfbd251f21Agz1qXn0RyIkWqhsg8N-ftkD4iFXsOAN8erTqCTB0DUz_fzG2-J4fXsyJwC5FOtuy0x0It00tSZWZq1Rn0fn_8DSGhBWNYGw_pEN1OXDdNBcc915nwf0_/s320/9788483466520.jpg" width="211" /></a></div>
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<b>4. Magda Szabo. <i>La puerta</i>. </b>Y de una autora rumana a otra húngara que también sufrió la censura del comunismo en su país. Conocí a Szabo en «<i>El corzo</i>», una excelente historia sobre la obsesión y la envidia y me fascinó su voz narrativa tan intrigante y potente. «<i>La puerta</i>», una de sus obras más aclamadas, ha superado con creces mis expectativas. Una de las grandes cualidades de Szabo es la creación de personajes que pasan a la historia de la literatura por su complejidad y por ser arquetipos de las relaciones personales, y en este caso es <b>Emerenc</b>, una mujer que trabaja como criada para una escritora (alter ego de ella misma), la depositaria de una personalidad que nos enamora y, al mismo tiempo, nos irrita por sus prontos imprevisibles, su orgullo y su cabezonería. Y es que Emerenc, sin haber cursado ningún tipo de estudios, es más sabia que la propia escritora; sin haber ejercido ningún trabajo profesional, es psicóloga, cocinera, confidente, barrendera y enfermera de todo el barrio. Emerenc sólo pone una condición a todo el trabajo que realiza a favor de la comunidad: que respeten su intimidad y nadie atraviese la parte interior de su casa. La enfermedad de Emerenc desencadenará una serie de reacciones en la escritora de las cuales se arrepentirá toda su vida y este libro es un intento de expiar, o más bien confesar, lo que ella ve como su culpa. Un libro excelente. Una auténtica joyita. Y es que, <b>todas nosotras, en mayor o menor medida, tenemos una puerta que sólo los más allegados llegan alguna vez a cruzar.</b> </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxoJaygYpGGaGO3fW4ixPAp9wjPAJtIeMRrTHHZ-aTOCRUgDfbIP7Wa54_fh0Uc2Augrhnagq8IzWhSAbtrCB6OX0vIXzUFRVXW3d-x_agFRrMmMigFIuZ1jGofJlbJAqhKAo9EK0wxfN/s1600/9788483461310.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="505" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHxoJaygYpGGaGO3fW4ixPAp9wjPAJtIeMRrTHHZ-aTOCRUgDfbIP7Wa54_fh0Uc2Augrhnagq8IzWhSAbtrCB6OX0vIXzUFRVXW3d-x_agFRrMmMigFIuZ1jGofJlbJAqhKAo9EK0wxfN/s320/9788483461310.jpg" width="211" /></a></div>
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<b>5. Flannery O´Connor. <i>Cuentos completos</i>. </b>Hablar de Flannery O´Connor es, en mi opinión, mencionar a una de las más grandes cuentistas de todos los tiempos. Diagnosticada de lupus en 1952, sabía que tendría una muerte temprana al igual que su padre, quien también sufrió esa enfermedad. Recluida en una granja de <b>Georgia, ese ambiente cerrado en el que es difícil entrar pero también salir, determinaría en gran medida la atmósfera de sus relatos, en los que se entrecruza lo grotesco con lo miserable,</b> la violencia con el racismo, los valores éticos por un lado y lo que se hace por el otro, la hipocresía, la estupidez humana. Sus relatos pueden perturbarnos por lo inesperado de las reacciones de sus personajes al mismo tiempo que nos hace reflexionar sobre hasta qué punto llegamos a conocernos a nosotros mismos y a actuar en consecuencia. El simbolismo que rodea sus historias así como la gran complejidad de sus personajes han convertido a O´Connor en un auténtico referente de la literatura sureña de EEUU y leerla, aunque a veces nos confunda, es una delicia, sobre todo gracias a esos finales aparentemente abiertos que nos obligan a estar pendientes de cada detalle que nos cuenta a fin de no perdernos nada. ¿Mis relatos favoritos? «<i>Un hombre bueno es difícil de encontrar</i>», «<i>La persona desplazada</i>» y «<i>Un golpe de buena suerte</i>». Nota curiosa: a pesar de ser contemporáneas, O´Connor y McCullers nunca llegaron a conocerse personalmente pero si conocían la obra de la otra y parece ser que no se profesaban precisamente admiración. Una pena pues las dos me encantan. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimlp6W0WmKdiO-qXh4hLb1cntUaKHVPBS9DpdczgnrYNJOB0IMzfOx-ads5SWAw3tttxmD4IOW08QMTTQfCIhXvu85lh743k_1isJ2tcExfdyU2EcQ82c-pqzaaXbWILm4q4ykb8tmXXxY/s1600/portada_madre-de-leche-y-miel_najat-el-hachmi_201711271122.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="249" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimlp6W0WmKdiO-qXh4hLb1cntUaKHVPBS9DpdczgnrYNJOB0IMzfOx-ads5SWAw3tttxmD4IOW08QMTTQfCIhXvu85lh743k_1isJ2tcExfdyU2EcQ82c-pqzaaXbWILm4q4ykb8tmXXxY/s320/portada_madre-de-leche-y-miel_najat-el-hachmi_201711271122.jpg" width="186" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>6. Najat El Hachmi. <i>Madre de leche y miel</i>. </b>Si en «<i>La hija extranjera</i>», la anterior obra de El Hachmi en la que contaba la historia desde el punto de vista de la hija, la autora se raspó las rodillas, <b>en «<i>Madre de leche y miel</i>», el punto de vista de la madre, se las acabó de despellejar</b>. Comparando las dos obras se percibe una clara evolución en El Hachmi que ha redundado en unos personajes mucho más redondos, una técnica narrativa a dos voces, la primera persona y la narradora omnisciente, que funciona muy bien y unos saltos en el tiempo que da aun más dinamismo a un ritmo ya bastante ágil aunque también profundo. El Hachmi sabe manejar perfectamente las emociones y nos conmueve con esas referencias tan amorosas a las relaciones maternofiliales, a las abuelas, a las hermanas al mismo tiempo que denuncia el encierro que sufren las mujeres del Rif, cómo la sociedad heteropatriarcal las convierte muchas veces en rivales y cómo a pesar de ser quienes llevan todo el trabajo tanto en casa como fuera de ella no tienen derechos ni libertad, ni mucho menos un «cuarto propio» ya que éste es el del padre, primero, y luego el del marido. Leer a Hachmi es una delicia y al mismo tiempo nos obliga a mirar más allá de nuestra sociedad y de nuestro ombligo, algo que es fundamental. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvFABlDKxBDpAqSNQUDBHjCoByv0p2QNuFB31JgeLlEMMek6YgS0z7jo-QH1Q1J_JoSRIXR4QmaFgpHSITN8mpBUUQjtx93G8_DidBVqshJm4df5LAo7ZcjbbuR0CLlSR9NRGyBVqbZ4zX/s1600/9788439726333.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="934" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvFABlDKxBDpAqSNQUDBHjCoByv0p2QNuFB31JgeLlEMMek6YgS0z7jo-QH1Q1J_JoSRIXR4QmaFgpHSITN8mpBUUQjtx93G8_DidBVqshJm4df5LAo7ZcjbbuR0CLlSR9NRGyBVqbZ4zX/s320/9788439726333.jpg" width="186" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>7. Joan Didion. <i>Noches azules</i>. </b>Lo confieso. Tenía muchísimas ganas de leer a Didion, sobre todo porque no dejaba de encontrármela por las redes. Sin embargo, como a veces suele pasar en esas ocasiones, este libro no me ha llegado. Sabía de antemano que trataba el duelo tras la muerte de su hija y estaba preparada para leer algo inmensamente emotivo que me rasgase por dentro pero con lo que me encontré fue con una prosa preciosa pero superficial y un manejo de las elipsis excelente pero excesivo. Esos silencios lejos de ayudarme a empatizar con su historia me alejaron de ella pues los vi como una mezcla entre frialdad (algo que podría ser comprensible porque para hablar de algo tan impactante imagino que habrá que tomar distancia) y desvío pues falta mirar de cara a la situación (algo que también podría entenderse teniendo en cuenta que Didion parece culpabilizarse por no haber podido encontrar a tiempo una solución o no haber hecho más de lo que hizo). Quizá mis expectativas eran demasiado altas, aunque recuerdo que «<i>Paula</i>» de Isabel Allende me impactó en su momento, o quizá la cercanía en el tiempo de la muerte de su marido la imposibilitó para ir en ese momento más allá. <b>A pesar de todo intuyo que Joan Didion puede llegar a gustarme en alguna de sus otras obras y probablemente le de otra oportunidad</b>.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>Ensayo feminista del mes: </u></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGCUCT5ArJHpTUqlIAF6nr0-9zyVrywH-QwJY5Z8HWRgGLhZvXBeA3a6mnojnW6u8BP7vhXMeXfRcHdBdnh4yd2pYScMKjZUPSzJ7VD2pS8H8jVTfja8fv31ve4AK2dth85bOWAlL1eSX/s1600/9788417454050_L38_04_l.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="454" data-original-width="305" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGCUCT5ArJHpTUqlIAF6nr0-9zyVrywH-QwJY5Z8HWRgGLhZvXBeA3a6mnojnW6u8BP7vhXMeXfRcHdBdnh4yd2pYScMKjZUPSzJ7VD2pS8H8jVTfja8fv31ve4AK2dth85bOWAlL1eSX/s320/9788417454050_L38_04_l.png" width="215" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Jacqueline Rose. Madres. </b>Rose es crítica literaria y de ahí que este estudio sobre el papel de las madres a lo largo de la historia se ilustre de forma minuciosa con precisos ejemplos literarios que son un auténtico filón de títulos, autoras e ideas, desde las tragedias griegas hasta Elena Ferrante (a quien dedica un capítulo completo, y no es para menos), pasando por Edith Wharton y Charlotte Perkins. Y es que, dado que es un tema que tradicionalmente sólo se ha entendido como algo que pertenece a la esfera íntima de las mujeres, en los grandes cánones literarios apenas encontraremos referencias a él. Por otro lado, se consideraba que pertenecía al espacio privado muy alejado a lo que podía interesar a los grandes dramaturgos, así que no es hasta la historia reciente, cuando las mujeres por fin han empezado a ver cómo su voz es oída, que empiezan a aparecer relatos sobre él. Rose enlaza noticias de actualidad para poner de relieve que no sólo las mujeres han sido invisibilizadas sino que las madres lo son doblemente, sin transición, pero paradójicamente es a ellas (a nosotras) a quienes se nos exige una perfección sin parangón a fin de criar futuros ciudadanos y ciudadanas ejemplares que no sólo sean civilizados sino que también sean felices. De lo contrario, serán (seremos) los chivos expiatorios de cuantos males haya en este mundo. De esta manera, no se permite a las madres dictar las reglas, por ejemplo, participando de la vida pública y política, pero sí se les exige cumplirlas y es esta incongruencia la que destaca Rose en este lúcido y contundente ensayo. Un imprescindible. </div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-25335025803471090302018-10-24T14:43:00.001+02:002018-10-26T14:50:21.884+02:00Prestigio - Rachel Cusk<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQTdKpOMHNuOOF8bjYd_rl_lD-LSKJG-rK6yr4Bw-J62TkPcAEjucb7cNysBSP1FLFNSMRxSPeVkeuCr6anOVS4ubAhuXqt0bWeZXxPIH0BsTAw6qfdrVnnKMvJ7ec_C31A6XCxkMkBwOe/s1600/IMG_2027.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQTdKpOMHNuOOF8bjYd_rl_lD-LSKJG-rK6yr4Bw-J62TkPcAEjucb7cNysBSP1FLFNSMRxSPeVkeuCr6anOVS4ubAhuXqt0bWeZXxPIH0BsTAw6qfdrVnnKMvJ7ec_C31A6XCxkMkBwOe/s320/IMG_2027.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado: </b>La fluidez con la que la autora encadena un testimonio tras otro. Leer a Rachel Cusk es como navegar por los canales de Amsterdam, vas por uno y de repente desembocas en otro; lo navegas y llegas sin darte cuenta a uno diferente; y luego a otro y a otro. Parecen diferentes pero pronto te das cuenta de que empiezas a moverte por terreno conocido, que ya otro personaje anterior mencionaba las campanas que retumbaban en la ciudad y que el compañero de avión anteriormente había hablado de los triángulos en una relación. <b>Los temas se repiten y Cusk demuestra su talento magistral para relacionar, escuchar y transcribir al ahondar en el leit motiv de su obra: el punto de vista. </b><br />
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado: </b>Todo me ha gustado, absolutamente todo. Eso sí, un aviso a navegantes que no conozcan a la autora: por lo que leo por las redes, debido a su original voz narrativa y a que no es una novela al uso con una trama, una típica estructura de planteamiento-nudo-desenlace ni giros, su obra provoca dos tipo de reacciones extremas: o la amas o la odias. Yo la amo porque a pesar de que no genera un suspense, una vez que abro el libro no puedo soltarlo pues todo lo que cuentan en él me parece tan sumamente interesante y cercano que sé que es un libro que me va a enriquecer y, como no, darme otros puntos de vista; de nuevo, el punto de vista. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #fce5cd;">Betsy afirmaba que la mayoría de las cosas que decía la gente eran falsas, hipócritas, y cuando él le preguntaba cómo podía saberlo, contestaba que lo sabía por el sonido</i>». (Pág. 23)</blockquote>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGVSEvy4xsHkKnQZv89EghsPCXEKld6SD_zHtWiq43N-QuvLMJx6SoqdDa8i1Wuw_l5CdNXoSLVnFwMjAW7paNb1B72UanJiRf9WJKrNhAlGu8jjF82_vag6kka4dYNnPhtvYONM5WS3P/s1600/457718240-1024x1024.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="697" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGVSEvy4xsHkKnQZv89EghsPCXEKld6SD_zHtWiq43N-QuvLMJx6SoqdDa8i1Wuw_l5CdNXoSLVnFwMjAW7paNb1B72UanJiRf9WJKrNhAlGu8jjF82_vag6kka4dYNnPhtvYONM5WS3P/s320/457718240-1024x1024.jpg" width="218" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rachel Cusk. Foto: gettyimages</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Rachel Cusk, nacida en Canadá en 1967 pero asentada en el Reino Unido desde 1974, consiguió un gran reconocimiento como escritora gracias a la publicación de dos libros autobiográficos (desgraciadamente no editados aun en castellano, guiño a las editoriales) en los que habla sin tapujos de su maternidad, <i><b>A Life´s Work</b></i> (2001) y de su divorcio, <i><b>Aftermath</b></i> (2012). <b>Ambos fueron controvertidos no sólo por lo que contaba en ellos sino por la forma en la que rompe con el Yo autobiográfico para narrar su historia. Rachel Cusk descubre ahí la que será su gran pasión literaria: la exploración del punto de vista.</b> Esta exploración la continuará en la trilogía que forman las tres novelas editadas en nuestro país por Libros del Asteroide: <i><b><a href="http://elmomentoderaquel.blogspot.com/2017/03/a-contraluz-rachel-cusk.html">A contraluz</a> </b></i>(2014), <a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2017/11/transito-rachel-cusk.html"><i><b>Tránsito</b></i> </a>(2016) y <i><b>Prestigio</b></i> (2018). </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #fce5cd;">La historia avanza como una apisonadora, señaló, aplacando todo lo que encuentra en su camino, mientras que la infancia mata las raíces. Y ese es el veneno que se filtra en el suelo</i>». (Pág. 59)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Prestigio sigue la misma estructura de los dos títulos anteriores. Si en A contraluz, Cusk iba narrando las conversaciones que mantenía con las personas que se encontraba durante su viaje a Grecia y en Tránsito las de aquellos con los que se cruzaba tras su regreso o a Londres, en Prestigio, como si quisiera cerrar el círculo, aprovecha el viaje que hace a un país de Europa (por las pistas que nos va dando podemos intuir que se trata de <b>Motosinhos, Portugal,</b> donde estuvo en mayo de 2017 en un festival literario) y a través de una serie de personajes vuelve a desdoblarse hasta el punto de que intuimos que muchas de las historias que éstos le cuentan son realmente experiencias vividas por Cusk en primera persona. <b>Es como si ella se viese a sí misma desde fuera y pusiese en boca de otros sus propias palabras y cubriese con su propia piel otros cuerpos.</b> </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #fce5cd;">Podría ser que solo cuando ya es demasiado tarde para escapar nos demos cuenta de que siempre hemos sido libres</i>». (Pág. 98)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Una de las cosas que más me llamó la atención de este libro fue precisamente su título. Comencé a leerlo buscando el porqué del mismo con gran curiosidad, sobre todo porque Cusk es una autora que no deja absolutamente nada al azar y todos y cada uno de los detalles que menciona son de gran trascendencia, máxime el título. La respuesta me la dio Hermann, un joven que va a estudiar matemáticas en la universidad y que hace de guía de Rachel Cusk por la ciudad, quien le pregunta en un momento de la conversación: «<i><b>¿Era posible dar un premio a quien no lo merecía, aun cuando se hiciera sin mala intención?</b></i>» Con otras palabras, ¿es posible que el «<i>Prestigio</i>», <b><i>Kuros</i></b> en griego, de una persona sea injusto y que realmente corresponda a otra? ¿Es posible que la persona que se lleva el «<i>Prestigio</i>» lo haga dando por hecho que es lo justo, que corresponde a ella exclusivamente y sin valorar que lo ha conseguido gracias a terceras personas invisibilizadas? </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<span style="background-color: #fce5cd;"><i>Mamá le dije, tu caso es diferente, porque papá siempre se ha ocupado de todo y no has tenido que trabajar. Y me dijo que sí, y que pensara a dónde me había llevado a mí tanta igualdad. Los hom</i>bres <i>ya no te respetan, dijo. Te tratan como a la porquería que se pega a la suela del zapato</i></span>». (Pág. 191)</blockquote>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpslP8VLpFZcoLzVKkTn8wzU-7GGWZH9skWy3qvmZSzxRr1J2OBy4_ehnCpFZjwx5FA5FF_qcNfyfx7cqyYTrbI5o7FTz0GW8DNcNYqGVreJcklnCw-IXPkLAMhJ_Ilk779avFojFn83wz/s1600/Boy_Sleeping_in_Blue%252C_pastel_on_glass_paper%252C_22_x_28_cms_%25282%2529_for_web_.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="880" data-original-width="1068" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpslP8VLpFZcoLzVKkTn8wzU-7GGWZH9skWy3qvmZSzxRr1J2OBy4_ehnCpFZjwx5FA5FF_qcNfyfx7cqyYTrbI5o7FTz0GW8DNcNYqGVreJcklnCw-IXPkLAMhJ_Ilk779avFojFn83wz/s320/Boy_Sleeping_in_Blue%252C_pastel_on_glass_paper%252C_22_x_28_cms_%25282%2529_for_web_.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Joan Eardley. <i>Boy sleeping in blue</i>. Foto: The Scottish Gallery</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b>Tras la lectura de esta obra de Cusk la respuesta es un rotundo SÍ.</b> SÍ, es posible que unas personas se lleven el Prestigio mientras otras permanecen a la sombra, como es autor galés que confiesa que mientras su mujer se dedica en exclusiva a cuidar de los hijos y de la casa, él dispone del tiempo y del cuarto propio para dedicarse a escribir. SÍ, es posible que por el hecho de ser mujer tu trabajo como artista no sea tomado en serio, como le pasó a <b>Joan Eardley</b>, una brillante pintora galesa sobre quien la entrevistadora del programa de televisión hizo su tesis por ver en ella «<i>un ejemplo de la tragedia de la autoridad femenina</i>» y que fue cayó en el olvido tras su muerte. SÍ, es posible que muchos hombres autores logren fama internacional gracias a la tarea en las sombras de mujeres, como esa traductora que confiesa que su traducción de autores portugueses a otros idiomas ha hecho que traspasen sus fronteras. SÍ, es posible que los hombres quieran seguir adueñándose de la historia, como el exmarido de Sophia, que tras el divorcio se llevó todos los álbumes de fotos para que no volviese a verlos su hijo. SÍ, es posible que muchas mujeres por el mero hecho de serlo ocupen planos secundarios en comparación con los hombres debido a una sociedad en la que éstos ocupan las calles y los espacios públicos, como denuncian prácticamente todas las mujeres portuguesas que aparecen en esta obra pero que puede extenderse a las mujeres de casi todos los demás países. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #fce5cd;">En este país, el único poder que se les reconoce a las mujeres es el poder de la esclavitud, y la única justicia que entienden es la justicia fatalista del esclavo</i>». (Pág. 121)</blockquote>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAU9AIO6Z-KGPARtk3TDomRvTbcCVMOANCe8fZCJY84yj6WSwCko2Dm4fa-8R6sAgjhsJtQgEEIW-N_ZXw0UoEazO0yhzkBOWHJz7k9SCkv6LSBMZ03BmeA6nkWbLI21nOP_w4jS5Yd2WO/s1600/Bourgeois-mama.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="235" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAU9AIO6Z-KGPARtk3TDomRvTbcCVMOANCe8fZCJY84yj6WSwCko2Dm4fa-8R6sAgjhsJtQgEEIW-N_ZXw0UoEazO0yhzkBOWHJz7k9SCkv6LSBMZ03BmeA6nkWbLI21nOP_w4jS5Yd2WO/s1600/Bourgeois-mama.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Louise Bourgeois. <i>Ama</i>. Foto: Museo Guggenheim</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Y así, un ejemplo tras otro, un testimonio tras otro, Cusk va desgranando una multitud de temas. Cada uno de los personajes con los que se cruza se abre en canal, ese mismo por el que luego navegamos plácidamente, y van repitiendo imágenes, de tal manera que esta novela, al igual que pasaba con «<i>A contraluz</i>» y «<i>Tránsito</i>» parece más una serie de relatos encadenados tanto por los diferentes escenarios en los que se produce cada escena (un avión, un hall del hotel, un parque, un restaurante...), la heterogeneidad de sus personajes y el exquisito cuidado que pone en las imágenes y en los detalles, ninguno accesorio, todos importantes; si una palabra se repite, es por algo, si una idea se menciona, no es casual. <b>Al igual que Cusk, asombrada por la estructura circular del hotel en el que se aloja, en el que para ir a un sitio tienes que pasar por todos los demás, a lo largo del relato vamos viendo cómo sus interlocutores nos hablan de justicia, divorcio, maternidad, creación, diferencias de género, literatura, libertad y la complejidad de las relaciones personales con un intimismo que conmueve y una cercanía que remueve. </b>Sin duda, después de leer a Cusk nunca volveré a escuchar a una persona con los mismos oídos, caminaré por la conversación como si deambulara por esa arquitectura circula e intentaré aspirar, como uno de los periodistas con los que Cusk habla, ser más entrevistadora que entrevistada, tejiendo igual que las arañas tan típicas de la obra de <b>Louise Bourgeois</b>, otro ejemplo de mujer artista que se cita en el libro, y que vivió escondida gran parte de su vida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<i>«<span style="background-color: #fce5cd;">El vino me está mareando —dijo, con una sonrisa maliciosa y torcida—, como cuando él me agarraba del pelo y me daba vueltas, solo que esto no duele</span>». (Pág. 193)</i></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Las historias que nos cuenta Cusk son como los fragmentos del espejo en el que ella vio su reflejo antes de tirar un ladrillo y romperlo.</b> Cada fragmento se asigna a un personaje que narra su historia sorprendiéndonos por la sinceridad con la que la relata y que se une a las demás como en <b>un mapa de canales, un entramado de vasos comunicantes</b> que lejos de ser testimonios aislados se van uniendo formando un todo. Recomiendo prestar especial atención a la descripción del ambiente, fundamental para crear la atmósfera y preludio de lo que nos vamos a encontrar en cada escena (edificios en ruinas, auditorios construidos bajo tierra, muros grises y pesados de hormigón...). Leer a Rachel Cusk es nadar en la esencia humana. Leerla nos reconcilia también con la buena literatura. <b>El tirón comercial no siempre va reñido, afortunadamente, con la calidad literaria y este libro es un buen ejemplo de ello. Puedo afirmar que se ha consolidado como una de mis escritoras favoritas contemporáneas (junto a Elena Ferrante, Pilar Adón o Maggie O´Farrell), </b>lo que es una suerte pues eso me permite esperar con ansia su nuevo libro.<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>10/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-weight: bold;">Título original:</span><b> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Kudos</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Catalina Martínez Muñoz</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Libros del Asteroide (1ª edición, 2018)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 200</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-17007-58-4</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: </span>18,95 €</span></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-66816154109534410112018-10-22T14:35:00.002+02:002020-05-02T00:08:57.351+02:00Madre de leche y miel - Najat El Hachmi<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado: </b>el libro está narrado siguiendo la estela de la tradición oral haciéndonos sentir que estamos allí sentadas con Fatima, la protagonista, que somos una de sus hermanas, escuchándola atentamente, llorando con ella, acompañándola en las risas, sufriendo en nuestras carnes cuanto nos cuenta. El amor con el que Fatima habla de las mujeres de su familia, de su madre, quien la acogía en su regazo y llamaba «<i>higadito mío</i>», de su abuela, quien la llamaba «<i>Fatima inu, Fatima mía</i>», a cuya casa iba corriendo siguiendo el camino de tierra, buscando un refugio y un consuelo que siempre encontraba, de su hija, carne de su carne que de repente se convirtió en una extraña, es e<b>ntrañable, cálido, como una vuelta al útero materno.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado:</b> se trata más bien de un aviso. Al final da un salto temporal que deja sin explicar porque ya está narrado en su anterior novela, «<i><b>La hija extranjera</b></i>». Es por ello que aunque ambos libros se pueden leer independientemente es aconsejable leer ambos para rellenar lagunas. «La hija extranjera» es el punto de vista de la hija; «<b><i>Madre de leche y miel</i></b>» es el punto de vista de la madre. <b>Ambas novelas se complementan y se necesitan como una madre y una hija, nunca mejor dicho. </b>Ambas son diferentes: la primera se centra más, a veces desde la rabia, otras veces desde el intento de comprender, en la búsqueda de la hija de su identidad propia e independiente de la madre y su cultura; la segunda es la historia vital de la madre desde el dolor y la nostalgia más profundos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Era como si en su boca se acumulara el saber narrativo de todas las mujeres que la habían precedido, generaciones y generaciones de mujeres que controlaban el ritmo, que dosificaban la materia que tenían entre manos, que respiraban y sembraban sus relatos de silencios calculados para cautivar la atención de quien las escuchaba</i>».</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Najat El Hachmi (Marruecos, 1979) recupera las historias de su familia para hacer un homenaje a todas sus mujeres y, por extensión, a tantas y tantas de toda nacionalidad, cultura y raza, que han sido silenciadas social e históricamente. Con su novela «<i>La hija extranjera</i>» cosechó un gran éxito de crítica y ventas gracias a la narración de su llegada a Barcelona con siete años de la mano de una madre que abandonó todo el mundo conocido para ellas entonces para adentrarse en una nueva lengua, una nueva cultura, una nueva manera de hacer las cosas. <b>La belleza, y también dureza, de la historia que contaba se ve ahora complementada con el punto de vista de la madre que comienza su relato desde la infancia hasta el día de hoy y en el que podemos percibir una notable evolución en su estilo, en la construcción de los personajes y en su voz, íntima y refrescante, capaz de decir cosas tan bellas como esta:</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Los espejos engañan, no son buenos. Por eso no dejamos que los niños pequeños se acerquen a ellos y, en su casa, los pocos que tenía estaban siempre cerrados con una especie de postigos de madera pintada. El mejor espejo, decía, son los ojos de quienes te quieren bien</i>».</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>La novela comienza con un reencuentro. </b>Tras años sin poder verse Fatima regresa a su pequeño pueblo marroquí para visitar a su familia. En este relato se alternan los capítulos narrados en primera persona, en los que Fatima recuerda su matrimonio y cómo tuvo que tomar la decisión de irse con su hija a Barcelona, con los capítulos narrados en tercera persona en los que una narradora omnisciente nos pone en antecedentes de la infancia de Fatima y de las costumbres de la sociedad que le tocó vivir. Una sociedad bastante dura por la pobreza de la tierra y la falta de comodidades que en el caso de las mujeres suponía una celda de la que no podían salir. Así, la mujer sabe desde niña que la casa de sus padres nunca será la suya. Está ahí de paso desde que nace hasta que contraiga matrimonio y así tenga una «<i><b>habitación propia</b></i>» que no tiene nada que ver con lo que eso significa en nuestra sociedad occidental, ya que quiere decir que será la habitación de su marido en la casa de los padres de éste. Las mujeres no poseen nada, la libertad de la que pueden gozar de niñas para ir a lavar al río, comprar al mercado o pasear por los caminos desparece cuando al casarse deben quedarse encerradas en casa. Dependen del marido para todo y, en el caso de Fatima, de la «caridad» de su familia política. <b>No deben ocupar espacio, porque no tienen un sitio propio pero, eso sí, son las que trabajan en el campo, las que hacen las labores de la casa y las que cuidan de los hijos.</b> Si se divorcian o son repudiadas pueden regresar a la casa de su padre pero sabiendo que, a partir de los siete años, las crías pueden ser reclamadas por el marido, ya que son de su propiedad, y tener que renunciar a volver a verlas nunca más.</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>De repente me encontraba allí, en medio de aquel país desconocido, con el cuerpo que no sabía cómo adaptarse, cómo ponerse. Entendí aquella expresión de nuestras abuelas, aquella que dice que no te sostienen ni la tierra ni el cielo y que expresa tan bien la pena, la incertidumbre</i>». </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Para salir de ese panorama tan asfixiante, no solo por el calor de la tierra o la estrechez de las casas, en el que se nos forma «en la garganta un nudo áspero y seco» que no se puede deshacer «ni con toda el agua fresca del pozo»,</b> Fatima decide ser valiente y huir con su hija para no entregarla a su suegra. En Barcelona empezará de nuevo y poco a poco conseguirá, esta vez sí, su habitación propia. Najat El Hachmi, con su voz suave pero también crítica, habla lo que todas las mujeres han tenido que callar: el patriarcado imperante en su cultura, la falta de identidad propia y de sentido de pertenencia de las mujeres, su papel fundamental en la sociedad pero tan poco valorado sino despreciado y aprovecha también para hacer hincapié en lo importantes que son los lazos familiares entre las mujeres, la sororidad que ellas ponen en práctica sin saber que existe una palabra para ello. Pero no sólo da Najat El Hachmi voz a las mujeres rifeñas sino también a todas las mujeres inmigrantes al relatar la complejidad de su situación desde su aislamiento inicial, la búsqueda de trabajo, los trámites, la explotación y su vulnerabilidad social. <b>Una historia cuya lectura es necesaria para abrirnos los ojos respecto a muchos temas y que además es una auténtica #joyita bien redactada y elaborada con una gran sensibilidad que nos sumerge en diversos climas. Se confirma: El Hachmi es una escritora a tener muy en cuenta.</b><br />
<b><br /></b>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>8/10</span></div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b>Mare de llet i mel<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">(2018)</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Rosa Maria Prats</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Destino (1ª ed. marzo 2018)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 380</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-233-5337-8</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: 20,50€</span></span></div>
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</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-63961894741547911272018-10-22T11:33:00.000+02:002018-10-22T11:33:52.772+02:00El quinto hijo - Doris Lessing<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjorxF_WVnn-T4ZE1pEsSbFZgpxV0lV4LJgL6rlq8pERBlyjecZ4m40Vd58RSxRxDEzkdmmV0v3onTk70t_M57ymLXD542mYTdVMyr20oSXSIZv6bM2uK9fFT-zE3AbU6HfBliD1GeyELKl/s1600/IMG_1776-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1470" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjorxF_WVnn-T4ZE1pEsSbFZgpxV0lV4LJgL6rlq8pERBlyjecZ4m40Vd58RSxRxDEzkdmmV0v3onTk70t_M57ymLXD542mYTdVMyr20oSXSIZv6bM2uK9fFT-zE3AbU6HfBliD1GeyELKl/s320/IMG_1776-1.jpg" width="294" /></a></div>
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<br /></div>
<br />
<b>Lo que más me ha gustado</b>: El dilema que en este libro nos plantea. Cuando lo terminé me quedé sin palabras con una mezcla de angustia y de alivio, un sabor agridulce con reflujos admirativos ante la aparente sencillez de una historia narrada de forma amena y coloquial pero con unas corrientes subterráneas de un contenido ético y de crítica social inconmensurables. ¿Quieren saber por qué Doris Lessing recibió el Nobel y es considerada como una de las grandes voces de la narrativa europea del siglo XX? Lean «El quinto hijo».<br />
<br /></div>
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<b>Lo que menos me ha gustado:</b> la brusquedad con la que Lessing nos sumerge en un mundo oscuro lleno de dudas e incertidumbres tras haber buceado durante los primeros capítulos por las aguas tranquilas de la felicidad, la realización personal, la armonía familiar, la belleza de la familia tal y como siempre nos la han presentado en anuncios de televisión. No podía ser de otra manera porque la historia que cuenta y que ella definió como de «classic horror story» es dura hasta el punto de que reconoció que odió escribirla y mientras lo hacía sudaba sangre. Sintió un gran alivio al acabarla, alivio que, sin embargo, yo no he sentido al terminar la última página pues aun no se contestar a la pregunta clave: ¿qué hubiera hecho yo en el lugar de Harriet?</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>—Sencillamente es un castigo — le dijo Harriet a David.<br />—¿Por qué? —quiso saber él, ya en guardia por el tono de ella; detestaba aquel tono de voz.<br />—Por engreídos. Por creer que podíamos ser felices, porque nosotros lo habíamos decidido.<br />—Sandeces —dijo él irritado—. Fue una casualidad. Cualquiera podría haber tenido a Ben</i>».</blockquote>
</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVWD8ZsFHzIebMIRoA4WSe4zmBaLJkn1Mox-C3KmzDAcccX3N9j_hQY3OStDBNqyudO0YUqrWrckn_eqM_IY8GiWEDvloK8zTWRzIZXHaBdNdJagpetsqt3DP6fXvWG5NJXNYk0jSsljGn/s1600/TheFifthChild.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="219" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVWD8ZsFHzIebMIRoA4WSe4zmBaLJkn1Mox-C3KmzDAcccX3N9j_hQY3OStDBNqyudO0YUqrWrckn_eqM_IY8GiWEDvloK8zTWRzIZXHaBdNdJagpetsqt3DP6fXvWG5NJXNYk0jSsljGn/s320/TheFifthChild.jpg" width="206" /></a></div>
¿Qué tienen en común Harriet y David?, nos pregunta Lessing para a continuación darnos la respuesta: «<i>¡Su actitud hacia el sexo!</i>». Corren los años sesenta y ambos, en medio de esa explosión de libertad, experimentación y destrucción de etiquetas convencionales, se mantienen firmes en sus ideas conservadoras, anticuadas incluso. <b>Ambos tienen claro que la felicidad radica en la estabilidad familiar, </b>si bien por distintos motivos: mientras que Harriet aspira a ella siguiendo la estela de su madre y lo que ha visto en su propia casa, David lo hace porque al ser hijo de padres divorciados considera que careció de ella. Tener dos casas, dos padres y dos madres le volvió exigente y receloso de cualquier tipo de estilo familiar que se apartara del modelo tradicional y por ello ve en Harriet la horma de su zapato, sintiéndose atraídos inmediatamente el uno por el otro desde el momento en que sus miradas se cruzaron en esa fiesta a la que acudieron por compromiso, comenzando a hablar sin poder parar, como si todo lo vivido hasta ese momento hubiese sido una preparación para ese instante, «<i>como si el hablar les hubiera sido vedado a ambos, como si se estuvieran muriendo por hablar</i>». Comienzan su noviazgo, poco después se casan, ¿para qué perder más el tiempo?, y compran una casa tan enorme para llenar de niños que sus familiares les preguntan si pretenden abrir un hotel. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Harriet y David estaban juntos en la ventana. Harriet tenía al bebé en brazos. Él le pasó un brazo por los hombros. Intercambiaron una mirada rápida, casi culpable, por las reprimidas sonrisas de sus rostros, que creían que irritarían a los demás.</i>» </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizJMQUa3DN5i56ws__Fn0qso2ZO76cEp4mprCAJdQ80ErREqlQldikLXSzbO8YXAykhxzj7gMdO-eEb6nuVRf0w1IAq9DHZI0fy_S6gCOTnGS8EEudOqAloKpjIRw3WZZGf3cxThZ5oQUG/s1600/1384699418_834154_1384699973_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="462" data-original-width="560" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizJMQUa3DN5i56ws__Fn0qso2ZO76cEp4mprCAJdQ80ErREqlQldikLXSzbO8YXAykhxzj7gMdO-eEb6nuVRf0w1IAq9DHZI0fy_S6gCOTnGS8EEudOqAloKpjIRw3WZZGf3cxThZ5oQUG/s320/1384699418_834154_1384699973_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Doris Lessing</td></tr>
</tbody></table>
Hasta aquí todo podría parecer una historia normal de dos adultos que se enamoran y ponen su futuro en común si no fuese porque la forma en la que Lessing nos lo cuenta, con esa tensión latente que desde el primer instante nos hace sospechar, como en un buen relato de suspense, que algo terrible va a suceder. <b>Con un ritmo fluido nos va narrando el estilo de vida y las aspiraciones de esta peculiar pareja que se enfrenta a todo su entorno familiar por perseguir su ideal de felicidad y nos va presentando a todo el clan a través de diálogos llenos de acidez pero también de empatía y cariño.</b> Tienen el primer hijo, la casa se llena de adultos y de niños en Navidad. Tienen el segundo hijo, la casa se llena de adultos y de niños en Semana Santa. Tienen el tercer hijo, la casa se llena de adultos y de niños en verano. Tienen el cuarto hijo, Harriet cada vez está más cansada, David cada vez aparece menos por casa para trabajar pero la casa se sigue llenando con las carcajadas de los pequeños, los consejos de los adultos, «<i>¿es que no pensáis parar?</i>», «<i>necesitáis un descanso</i>», el millonario padre de David extiende talonarios, la pragmática hermana de Harriet se queja de que acapara a su madre para que la ayude, la glamurosa hermana de David va de divorcio en divorcio desenvuelta y libre... La tensión puede cortarse en el ambiente con un cuchillo de mantequilla, la tragedia se aproxima.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>—El problema no es Ben, sino usted. A usted no le gusta demasiado.<br />—Oh, Dios mío. ¡Otra vez no, por favor! —estalló Harriet en un tono malhumorado, lastimero. Miraba a la doctora Gilly, atenta a su reacción.<br />—He de decirle, en primer lugar, que no es culpa suya. Y también que es bastante frecuente. No podemos elegir lo que nos saldrá en la lotería... y eso es tener un hijo. Por suerte o por desgracia, no podemos elegir.</i>»</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Llega entonces el quinto hijo, Lessing no nos ha engañado. Hay un antes y un después de su llegada. Lo que era una familia unida y una casa acogedora se va convirtiendo en una espantada sin mirar atrás, en un sálvese quien pueda. La propia Harriet ya percibió durante el embarazo que ese niño iba a ser diferente por la fuerza de sus patadas, la contundencia de su exigencia. Le llama «monstruo», es «el enemigo». El nacimiento de Ben podrá patas arriba todo lo que sus padres creían y defendían hasta ese momento de modo. ¿Qué hacer con él, con ese «Neanderthal» que no se sabe de dónde a salido ni a quién? La forma en la que Lessing describe a Ben así como el modo en que todos reaccionan ante su presencia me ha recordado inevitablemente a <b>«<i>La niña de oro puro</i>» de Margaret Drabble, por la forma en la que plantea cómo aceptar al que es diferente, cómo integrarle social y familiarmente, cómo es necesario que los padres en este tipo de situaciones se sientan acompañados y apoyados por especialistas, docentes y doctores</b> y cómo también, en este caso, el miedo que este nuevo miembro inspira al resto provoca la ruptura de la armonía familiar hasta el punto de que obliga a Harriet a plantearse un <b>dilema sin salida</b>: ¿qué hacer? ¿cómo actuar cuando su propio padre duda de que sea hijo suyo? ¿cuando sus hermanos le evitan? ¿cuándo todos los familiares que antes se pegaban a la casa ahora no aparecen por ella? ¿abandonarle en una institución a fin de preservar así al resto de los miembros y recobrar la felicidad, o, por el contrario, no olvidar que es su hijo, su responsabilidad, y aceptarle como uno más aunque eso suponga la tragedia? <b>¿hacer lo más conveniente o hacer lo correcto?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Nadie me ha dicho nunca, nadie, jamás: "¡Qué habilidosa eres, has conseguido tener cuatro niños preciosos extraordinariamente inteligentes y normales! Puedes estar orgullosa. ¡Muy bien, Harriet!". ¿No le parece a usted extraño que nadie me lo haya dicho nunca? Pero con lo de Ben... ¡soy una delincuente!</i>»</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPNgQb1muvjxGfQ8ifPcyCRCIR2bKfzwPrtKnc0KXq11wwa-Li54eDs4QEeHwuCzGuNLne7qv_0efGeEoeNnAxh5uxGGtsgbVbaAzRiiwHeV42ijKtYT5We0VigUa-fW2XsH-1ZnDXH2GK/s1600/The-Grass-is-Singing-Doris-Lessing.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="328" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPNgQb1muvjxGfQ8ifPcyCRCIR2bKfzwPrtKnc0KXq11wwa-Li54eDs4QEeHwuCzGuNLne7qv_0efGeEoeNnAxh5uxGGtsgbVbaAzRiiwHeV42ijKtYT5We0VigUa-fW2XsH-1ZnDXH2GK/s320/The-Grass-is-Singing-Doris-Lessing.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Doris Lessing</td></tr>
</tbody></table>
Cuando Lessing (Irán, 1919- Londres, 2013) fue preguntada sobre el significado de esta obra publicada en 1988 (alguna críticos aseguraban que se refería a la situación de Palestina, otros veían en él paralelismos políticos) ella contestó que lo que realmente le fascinaba era la necesidad de quien se acercaba a este libro de encontrarle una explicación ante el malestar que sentía al leerlo (1). De esa manera, dice, encontrándole un sentido, pueden pasar página y olvidarse de él. <b>Sin embargo, eso no es posible con «El quinto hijo» pues el problema que en él nos plantea no tiene solución, no hay una forma correcta de actuar, hagan lo que hagan los protagonistas las consecuencias serán terribles para unos o para otros, especialmente para Harriet,</b> la madre que es vista como un «<i>chivo expiatorio</i>», la culpable de todo cuanto está sucediendo<b>.</b> Lo cierto es que Lessing, la undécima mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura en 2007 de las catorce que lo han recibido hasta el momento (de hecho he llegado a ella gracias al reto #WomenPNL impulsado por mi querida Diana del blog <i><a href="https://todo-mi-ser.blogspot.com/">Con todo mi ser</a>), </i>lanza en este libro un dardo envenenado: ¿tú qué harías? A simple vista, si alguien se limitase a plantear el problema de forma fría y distante, la solución parecería obvia, pero los personajes de Lessing son tan cercanos que parecen un abrigo a colgar sobre nuestros hombros y nos hace difícil incluso desde la distancia, tomar una decisión. ¿Qué hubiese hecho yo de haber sido Harriet? Sinceramente, no puedo contestarles a esa pregunta y mi decisión cambiaba de forma alternativa según cada página, cada párrafo. Ahondando en la <b>biografía</b> de la autora descubrí que la estela de «<i>mala madre</i>», de anteponer su vida profesional a la maternal, la persiguió toda su vida puesto que al mudarse de la antigua Rodesia (hoy Zimbabue) a Londres dejó a los dos hijos de su primer matrimonio con su primer marido llevándose únicamente a Peter, nacido de su segundo matrimonio. Conocidas son también unas declaraciones en las que afirmaba que «<i>no hay nada más aburrido para una mujer inteligente que pasar horas interminables rodeada de niños pequeños</i>» (2). <b>Quizás por ello la maternidad y la responsabilidad sobre la misma es el eje alrededor del cual gira este libro como si ella también estuviese planteándose preguntas y buscando respuestas.</b> <b>Si Lessing lo que pretendía con su literatura era que quien la lea no la olvide, que el eco de sus libros resuenen en su alma </b>de tal manera que cada vez que vea escrito su nombre o se cruce con un libro suyo en una librería se le encoja el estómago en una mezcla de curiosidad, temor y admiración, sin duda conmigo lo ha logrado y me consta que no he sido la única atrapada por los barrotes de sus letras.<br />
<br />
(1) <a href="https://archive.nytimes.com/www.nytimes.com/books/99/01/10/specials/lessing-child.html?mcubz=0">Artículo del New York Times (1988) </a><br />
(2) <a href="https://www.telegraph.co.uk/culture/books/10467963/Doris-Lessing-A-mother-much-misunderstood.html">Artículo de The Telegraph</a> (2013) </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-22997002979948619092018-10-17T08:42:00.000+02:002018-10-17T08:42:27.699+02:00Cuentos completos - Flannery O´Connor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9yGgXkjCZ5_lDZUBtQHB2J0FLw9WbHCkWOSj_u0Bi3UPqTHmkl7oaH-fO6YafXUchAXMziGNDAm4xETn8M9xEuxNi7u8gIQVgY5ynL0cwZZUk0MjowghgnOe8lO-yRXqNhtI-UwCPOZbS/s1600/IMG_1871.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1283" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9yGgXkjCZ5_lDZUBtQHB2J0FLw9WbHCkWOSj_u0Bi3UPqTHmkl7oaH-fO6YafXUchAXMziGNDAm4xETn8M9xEuxNi7u8gIQVgY5ynL0cwZZUk0MjowghgnOe8lO-yRXqNhtI-UwCPOZbS/s320/IMG_1871.jpg" width="256" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado:</b> cada relato es una sorpresa. Nunca sabes muy bien qué te vas a encontrar en ellos debido al carácter imprevisible de sus personajes que tan pronto manifiestan unas fuertes convicciones morales como que reaccionan de forma ruin humillando al prójimo. O´Connor les coloca en una posición alta, no económicamente ni socialmente, pero sí éticamente y luego va poco a poco desnudándoles de esos principios que resultan vacíos, pura fachada. De esta manera, la autora consigue poner de manifiesto la sociedad sureña decadente que, sin embargo, en muchos aspectos no parece tan lejana a la nuestra. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado: </b>muchos de los personajes no tienen salida. O bien son ancianos que no tienen a dónde ir, o bien son niños que se intuye que el día de mañana se convertirán en ese tipo de ancianos. La mayoría culpa a los demás de sus problemas, ya sea a los negros (la esclavitud, aunque abolida parece añorada por muchos blancos sureños e incluso por un sector de los propios negros), a las mujeres, a la madre, al vecino, a la guerra. Carentes de espíritu de autocrítica y de ambición, son dejados llevar a menudo por las circunstancias y como hoja que lleva el viento, se pierden por el camino. No, no son precisamente relatos alegres aunque es cierto que invitan a la reflexión.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>—Uno de los derechos fundamentales del hombre es el derecho a no comportarse como un imbécil. El derecho a ser diferente. —Y con voz ronca añadió—: ¡Por el amor de Dios! El derecho a ser tú mismo.</i>» [Del cuento «Partridge en fiestas»]</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUaHXGkCRzVtRdKHM_hJ0TvBSdtoL75YDGjskqbuwzohOQL4u792lOHV3H7PIh-QwesQxGmjpv5kaNpgDG04-0QI44vWSsXbhEP6RNvUbUSSRpVJzbMQSmkigWcJlVtEA12t-O563N7WZK/s1600/FlanneryOConnor1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="474" data-original-width="749" height="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUaHXGkCRzVtRdKHM_hJ0TvBSdtoL75YDGjskqbuwzohOQL4u792lOHV3H7PIh-QwesQxGmjpv5kaNpgDG04-0QI44vWSsXbhEP6RNvUbUSSRpVJzbMQSmkigWcJlVtEA12t-O563N7WZK/s320/FlanneryOConnor1.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Flannery O´Connor</td></tr>
</tbody></table>
Flannery O´Connor (EEUU, 1925-1964) ha sido comparada en múltiples ocasiones con otros de los grandes pesos pesados de la literatura norteamericana del siglo XX. Al igual que <b>Carson McCullers</b> o <b>William Faulkner</b> ambienta sus obras en los estados sureños mostrando la decadencia de una sociedad que, por una parte aun es reacia a aceptar la abolición de la esclavitud y sigue viendo en la comunidad afroamericana una clase inferior, y que por otra lucha por mantener una economía basada en la agricultura y la ganadería. Sin embargo, mientras que McCullers (a quien recuerda por esas descripciones de la naturaleza con esas puestas de sol sangrantes o esas casas de madera en las que algún personaje cree ver magníficos templos orientales) o Faulkner (con quien tiene en común esos diálogos internos llenos de connotaciones morales y a veces nihilistas) lograron mantener su nombre en los cánones literarios, O´Connor cayó tras su muerte en el olvido. Ha sido en décadas recientes, gracias a la recuperación de su obra y a su estudio crítico, que ha sido recuperada deslumbrando por su gran coherencia narrativa y su estilo tan identificable.<br />
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«<i>—En mis tiempos —dijo la abuela entrecruzando los dedos, delgados y venosos—, los niños tenían más respeto por su estado natal y por sus padres y por to lo demás. La gente era buena entonces. ¡Oh, mirar qué negrito más mono! —Y señaló a un niño negro plantado ante la puerta de una choza—. Qué estampa más bonita, ¿verdá?</i>» [Del cuento «Un hombre bueno es difícil de encontrar»]</blockquote>
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Generalmente, ante una recopilación de cuentos, mi tendencia es ir leyendo uno cada día a fin de poder asimilarlo e interiorizarlo, para que su huella quede grabada en mi memoria. Sin embargo, con estos «<i>Cuentos completos</i>» que reúnen los treinta y uno que escribió O´Connor me ha pasado algo curioso: no podía soltarlos. <b>A pesar de que todos son diferentes entre sí presentan unos rasgos comunes que nos dan la clave de la técnica narrativa de esta excelente escritora</b>. <b>En primer lugar,</b> siempre presenta a un <b>personaje frente a otro</b>, uno en un nivel de superioridad social (un empleador, un blanco, un joven) y el otro en un nivel inferior (un empleado, un negro, un anciano). El que se considera «superior» suele hacer un alarde de plenitud moral, de principios válidos e inamovibles, poseedor de la verdad universal, mientras que el otro suele ser observador o partícipe de cómo aquel ve caer su castillo de naipes. Los giros de sus relatos son en ocasiones inesperados porque, como en la vida misma, la reacción de las personas que tenemos enfrente son imprevisibles y sorprendentes, desconcertantes incluso, y es esa sensación de perplejidad la que nos atrapa y la que nos empuja, a pesar o quizá debido a, sus finales abiertos, a seguir leyendo sus relatos del tirón.</div>
<blockquote class="tr_bq">
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«<i>—Jesús murió pa redimirte —le dijo.</i></div>
<i></i><br />
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<i><i>—Yo no se lo he pedío —masculló él.</i>» </i>[Del cuento «El pelapatatas»]</div>
<i>
</i></blockquote>
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<b>En segundo lugar</b>, O´Connor escribe haciendo referencias continuas a las Escrituras, lo que ha provocado que se le considere como una escritora católica. Sin embargo, los temas que ella trata y la forma en la que los aborda va mucho más allá de consideraciones religiosas pues realmente está hablando de <b>cómo las personas conocemos a pies puntillas los principios éticos pero luego nos cuesta llevarlos a la práctica </b>o <b>cómo nos negamos a aceptar un rasgo de nuestra personalidad que no nos gusta y lo escondemos bajo discursos que después contradecimos con nuestros actos</b>. Con un sentido del humor ácido, que incluso puede rozar el absurdo (como en «<i><b>Enoch y el gorila</b></i>», donde un hombre roba al otro su disfraz de simio para conseguir ser tan fuerte y admirado como él) logra ir al grano y esbozar sus personajes con tan solo un par de líneas, dotando también de gran simbolismo todos sus relatos, como si fuesen una parábola, algo que también Eudora Welty, otro de los grandes nombres de la narrativa estadounidense, hacía en sus relatos, no dejando nada al azar, no dando puntada sin hilo. </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>El mundo se creó pa los muertos. Piensa en tos los muertos que hay —dijo y luego, como si hubiera concebido la respuesta a todas las insolencias, añadió—: ¡Los muertos son un millón de veces más que los vivos y el tiempo que los muertes se pasan muertos es un millón de veces más que el tiempo que los vivos se pasan vivos!— Y soltó al chico lanzando una carcajada</i>» [Del cuento «Más pobre que un muerto, imposible»]</blockquote>
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Por último, O´Connor fue diagnosticada de <b>lupus</b> (la misma enfermedad de la que falleció su padre) en 1951 y a partir de ahí pasó largas temporadas ingresada en hospitales o en la granja que regentaba su madre, dedicada a escribir. Ese ambiente <b>claustrofóbico</b> fue aprovechado por ella al máximo diseccionando exhaustivamente cuanto le rodeaba. Las <b>madres</b> que aparecen en sus relatos, sacrificadas, abnegadas, recordando a sus hijos que están en deuda con ella al mismo tiempo que ellos intentan romper el cordón umbilical sin conseguirlo, podemos imaginarlas fácilmente como un reflejo de su propia madre. Así mismo cada vez que uno de los habitantes de esas granjas en las que todo transcurre como si no hubiese vida ni mundo más allá de ellas, se arriesgan a salir de ellas a la <b>ciudad</b> o a la carretera suceden cosas horribles como que te traicione la única persona que te quiere (como sucede en «<b><i>El negro artificial</i></b>»), que te asesine un peligroso delincuente huido («<i><b>Un hombre bueno es difícil de encontrar</b></i>») o que te abandonen y no sepas cómo volver («<i><b>La vida que salvéis puede ser la vuestra</b></i>») son también un espejo de la vida que llevó O´Connor en sus últimos años. Pero no sólo es difícil salir de la granja. Pero si difícil parece salir de la granja, más aun parece entrar en ella como sucede a los refugiados polacos que llegan huyendo de los pogromos nazis en «<b><i>La persona desplazada</i></b>».</div>
<blockquote class="tr_bq">
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«<i>—Está en el corazón y en cómo se hacen las cosas. El modo de hacer las cosas está determinado por ser quien eres.</i></div>
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<i>—A nadie en ese maldito autobús le importa quién eres.</i></div>
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<i>—A mí me importa quién soy.</i>» [Del cuento «Todo lo que asciende tiene que converger»]</div>
</blockquote>
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En definitiva, una lectura magnífica que nos sumerge en la narrativa gótica sureña, cuyo acento y dicción peculiares mantiene O´Connor en sus relatos con esa exactitud que la caracteriza y que a ratos nos hará reír, a ratos llorar, a ratos escandalizarnos, siempre reflexionar. <b>Los títulos de sus relatos son maravillosamente gráficos, sus diálogos, espléndidos, sus tramas, magníficas, sus desenlaces, imprevisibles, sus personajes, universales.</b> Critica el mundo rural cerrado, las personalidades rígidas, la soberbia, la falta de empatía y humanidad, las relaciones de poder, la hipocresía, las desigualdades, el racismo, y aunque parezca que lo hace con resignación, como diciendo esto es así, nadie puede cambiarlo y para sobrevivir el hombre debe ser un lobo para el hombre, lo cierto es que si ahondamos en sus trasfondos no podemos dejar de encontrar una cierta esperanza. Leerla nos ayuda a comprender por qué a día de hoy se la considera una de las grandes. </div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u><br /></u></span></b>
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>9/10</span></div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">The Complete Stories</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Marcelo Covián / Celia Filipetto / Vida Ozores</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>De Bolsillo (3ª edición, 2014)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 841</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-8346-131-0</span></div>
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<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: 14</span>,95 €</span></div>
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Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-4582505354729112352018-10-08T12:38:00.001+02:002018-10-08T12:42:47.964+02:00Madres - Jacqueline Rose<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdRq81TMhhIRU1WP-YBCP7hy-dGFHAN8IYZLWxb8bGBxHLZpoiMshZ4CGSTYhwKXaMM5imcSbYMU6D-XlInyTl0ivW7TVxrW921Zl_8w4Rc4Ys2imuE0alarlA641QPQBdZU-pV5Wqkoc9/s1600/IMG_1806.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1281" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdRq81TMhhIRU1WP-YBCP7hy-dGFHAN8IYZLWxb8bGBxHLZpoiMshZ4CGSTYhwKXaMM5imcSbYMU6D-XlInyTl0ivW7TVxrW921Zl_8w4Rc4Ys2imuE0alarlA641QPQBdZU-pV5Wqkoc9/s320/IMG_1806.jpg" width="256" /></a></div>
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<b>Lo que más me ha gustado:</b> En mi búsqueda de libros que aúnen Maternidad y Literatura, este libro es una de las #joyitas de mi biblioteca. Por un lado es un ensayo en el que ahonda en la responsabilidad que tienen las madres social y personalmente así como su invisibilización en prácticamente todos los ámbitos; por otro, va poniendo ejemplos muy gráficos de sus argumentos no sólo de noticias y artículos sino también de obras literarias, mencionando a escritoras que han tratado el tema de una u otra manera como Rachel Cusk, Doris Lessing, Adrienne Rich, Virginia Woolf, Edith Wharton, Alison Bechdel, Sindiwe Magona, Simone de Beauvoir, y, por supuesto, Elena Ferrante (a la que dedica un capítulo entero por esa conspiración que denuncia del mundo para ocultar el cuerpo de las madres y por declarar que «Para escribir bien hay que hablar desde el fondo del claustro materno»). ¿Cómo no enamorarme de este libro que he subrayado, disfrutado y anotado hasta la saciedad?</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>O reconocemos qué es exactamente lo que les estamos pidiendo a las madres que hagan en el mundo —y por el mundo—, o seguiremos destrozando el mundo y a las propias madres</i>». </blockquote>
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Si escuchamos conversaciones cotidianas no es difícil encontrar alguna en la que hablando sobre el comportamiento de una persona alguien se pregunta: «<i>¿qué tipo de educación recibió en su casa?</i>», lo que equivale si leemos entre líneas a «¿qué tipo de educación le dio su madre?». Si ese comportamiento es especialmente cruel o inhumano en algún momento se plantea la cuestión de «<i>¿qué vio en su casa para llegar a convertirse en alguien así?</i>», o lo que es lo mismo, «<i>¿qué clase de madre tuvo que no fue capaz de controlarle/ inculcarle valores/ enseñarle a comportarse según las normas sociales?</i>, «<i>¿sería que no le quiso, no se ocupó de él, o le sobreprotegió y no le puso límites?»</i>. Y este es el eje sobre el que gira este libro de título tan sugerente como revelador: <b>la madre es ese chivo expiatorio sobre el cual no sólo descargamos nuestras frustraciones personales, nuestros defectos y fracasos sino también todo aquello que va mal en la sociedad. </b>Exigimos a las madres que eduquen, que lancen a sus hijos al mundo ya maduros, responsables, sensibles, pacifistas pero al mismo tiempo, y he ahí la paradoja, no se habla de qué condiciones deben acompañar a esas madres para que puedan cumplir ese cometido, a saber, una estabilidad económica, un tejido familiar o social que las apoye, una condiciones laborales que les permitan compatibilizar ambas facetas, un entramado sanitario y de prestaciones que vea a los hijos como algo que no es únicamente responsabilidad de las madres sino de la sociedad como un todo ya que redunda en beneficio de la misma. Ahí es cuando la política se lava las manos, la carga que se exige a las madres es excesiva y se manda un mensaje contradictorio: vive por y para tu hijo pero al mismo tiempo edúcale para que no sea un ser ni caprichoso ni violento ni egoísta. </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Asistimos en la actualidad a lo que la socióloga feminista Angela McRobbie ha descrito como la "intensificación neoliberal de lo materno": esas madres, que suelen ser blancas, con un acabado perfecto en toda su persona (...) Y ello posee el valor añadido de que se exime de toda responsabilidad a los Gobiernos, cuyas políticas de austeridad siempre caen con todo sus peso sobre las mujeres y las madres más vulnerables</i>». </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>Haciendo un recorrido histórico que va desde cómo las madres son tratadas en la literatura griega, con esos arquetipos de madre violenta capaz de hacer daño a sus propios hijos, tipo Medea, o dedicar su vida a ellos, al estilo Démeter hasta llegar a esos menores no acompañados que recalaron desde el continente africano en la denominada Jungla de Calais actual, cuyas madres no tienen voz ni parecen interesar a nadie,</b> Jacqueline Rose hace un recorrido completo por cómo la figura de la madre ha sido tratada históricamente: ¿qué se le ha exigido? ¿qué se le ha recriminado? ¿qué alternativas tiene? Llega así a una conclusión: «<i>en la cultura occidental de nuestros días, las madres son casi siempre objeto o bien de demasiada atención, o no de la suficiente</i>». Así, <b>la maternidad sigue siendo una parcela íntima que las madres deben comentar en susurros, encerradas en un «silencio nuevo», como señaló Melissa Benn, «sabemos lo que hacemos pero sin hablar de ello en público», sin molestar. </b> Es más, cuando la mujer se convierte en madre es mejor que desaparezca de la escena pública, no vaya a herir sensibilidades. «<i>Ser padre no es hacer ninguna transición sino pasarse al enemigo; es un acto político</i>», escribió <b>Rachel Cusk</b> (la autora de las magníficas obras «<i>A contraluz</i>» y «<i>Tránsito</i>») . Leyendo el libro recordé el escándalo que hace poco se montó en nuestro país cuando la diputada <b>Carolina Bescansa</b> quiso reivindicar el derecho de las madres a formar parte de la vida pública y política al llevar a su bebé al Congreso de los Diputados. Sólo si eres una madre enajenada por el dolor, como <i>las madres de Plaza de Mayo en Argentina</i>, se toma en serio su opinión y reivindicaciones, siempre y cuando no indaguen ni hablen demasiado. Pero, ¿qué habría pasado si fuesen los hombres quienes parieran? ¿Se trataría de igual manera temas como la anticoncepción, el aborto, la maternidad en soltería, la adopción, la política de conciliación?</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Según escribe Adrienne Rich en su revolucionario </i>Nacemos de mujer<i> (1976) "Hay algo que sugiere que la mente masculina ha estado siempre obsesionada con la idea de dependencia de una mujer para vivir"»</i>. </blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIM9I1TN-ZYUJB8XRSZZ_D-Vgmj4szhiIA7gvrcSSUbKGw_fOZ05RSE7x-hHIuMLGp6rwhNiUwdg27mnGg0oNpewAMVoH0BQzHgHiTPC9_5tchmSG-l-qAjx0Bw902wd8lpwsBodHi8GcI/s1600/Rose__Jacqueline_colour-efd6cfd6774cc7d34ac36fc0a5478571.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="453" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIM9I1TN-ZYUJB8XRSZZ_D-Vgmj4szhiIA7gvrcSSUbKGw_fOZ05RSE7x-hHIuMLGp6rwhNiUwdg27mnGg0oNpewAMVoH0BQzHgHiTPC9_5tchmSG-l-qAjx0Bw902wd8lpwsBodHi8GcI/s320/Rose__Jacqueline_colour-efd6cfd6774cc7d34ac36fc0a5478571.jpeg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jacqueline Rose. </td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b>Jacqueline Rose </b>(Londres, 1949)<b>, reconocida crítica literaria y feminista</b>, usando un lenguaje sencillo y a través de ejemplos realmente gráficos tanto de la literatura como de artículos de actualidad, <b>critica de forma contundente un patrón que ha venido repitiéndose desde el principio de los tiempos</b>: las madres son invisibles y deben quedarse encerradas en casa, conviviendo con su propia condición de extranjeras que es como Julia Kristeva denomina a esa dimensión de la maternidad como «<i>la forma de contacto más intensa con la extrañeza del ser próximo a nosotros y con nuestra propia extrañeza</i>», pero cuando hay que buscar culpables en por qué la sociedad es injusta ahí sí, se las pone en primera línea de tiro y se carga contra ellas. Da igual en qué condiciones fueron madres, dónde están los padres, de qué recursos económicos dispusieron, cuál es el origen de la educación que ellas mismas recibieron. Poner el foco en la falta de recursos y en el desmantelamiento del estado de bienestar significaría tener que replantearse toda una estructura económica, social y jerárquica y eso, obviamente, no interesa, siendo más fácil el recurso a una cabeza de turco aunque ello suponga un desgaste desastroso para las madres como colectivo y a título individual que, aunque se quiera mirar para otro lado, repercute también en la sociedad como conjunto. <b>En conclusión, un ensayo imprescindible que con gran lucidez y contundencia nos hace abrir los ojos ante las flagrantes desigualdades, descorrer las cortinas de humo que nos distraen del auténtico foco del fuego y nos impele a la acción</b>.<br />
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>10/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Mothers</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Carlos Jiménez Arribas</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Siruela (1ª edición, 2018)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 219</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-17454-05-0</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: </span>19,95 €</span></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
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Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-49037575189256969042018-10-06T19:17:00.000+02:002020-05-02T00:08:57.294+02:00Cuentos completos - Flannery O´ConnorLeo que con el transcurso del tiempo, mientras el prestigio y el estudio de McCullers o Faulkner suben como la espuma, el de Flannery O´Connor cae estrepitosamente en el olvido y no entiendo el porqué, como si admirar a estos tres autores al mismo tiempo fuera incompatible cuando, en mi opinión, se complementan a la perfección y es imposible entender la literatura norteamericana del siglo XX prescindiendo de alguno de ellos. Si Faulkner ahonda en la técnica literaria innovadora y McCullers logra crear unos relatos de juventud atemporales, O´Connor aúna los pilares de la literatura sureña al mismo tiempo que llena sus relatos de personajes a veces ingenuos, a veces perversos que no entienden de geografía ni de ámbito temporal.Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-32863412995879100772018-10-06T18:29:00.000+02:002020-05-02T00:08:57.095+02:00La puerta - Magda Szabó<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkRjYn5QmtX2AFDWBCryyytJKs-UcG21VPSQsGanlShquZye_a6zp4aMzSJFTbV6Fp6rBxeEln4XZz0nuaAsjJLfFEpLbXmxlMAmSfZLfQc4oUJ8Zudpfvowe46v5o_UXr-Sq5rClfs6B3/s1600/IMG_1873.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1086" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkRjYn5QmtX2AFDWBCryyytJKs-UcG21VPSQsGanlShquZye_a6zp4aMzSJFTbV6Fp6rBxeEln4XZz0nuaAsjJLfFEpLbXmxlMAmSfZLfQc4oUJ8Zudpfvowe46v5o_UXr-Sq5rClfs6B3/s320/IMG_1873.jpg" width="218" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado: </b>La relación entre la escritora y su empleada de hogar es fascinante pues va mucho más allá de una mera relación laboral y se convierte en una relación casi maternofilial con todas sus complejidades. La distinta clase social a la que ambas pertenecen y sus distintos caracteres serán limados para permitir un acercamiento entre ambas mujeres y dar pie así a una exploración profunda de las relaciones femeninas. Cada anécdota que nos narra Szabó sobre la personalidad de Emerenc, su pasado y su presente, es un abalorio que va engarzando uno tras otro hasta formar un hermoso collar que es la historia de «La puerta», llena de capas y llena de cerraduras que poco a poco se van desatrancando para permitirnos ver el interior invadidos por el suspense y la curiosidad.<br />
<b><br /></b>
<b>Lo que menos me ha gustado: </b>Me es difícil señalar algo negativo de esta obra porque si algo le caracteriza es un enorme completud. Tanto los personajes principales como los secundarios son de una viveza extraordinaria; nada es dejado al azar y todo se sucede o se menciona por algo; al mismo tiempo juega con los factores psicológicos pero sin entrar en la justificación ni en la autocomplaciencia. Es una obra templada cuando tiene que serlo y visceral cuando la narración lo requiere.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Era en esa habitación donde escondía los verdores componentes de su identidad, y hasta que ella no estuviera dispuesta a abrir su puerta, por propios voluntad y rompiendo los siete sellos del secreto, no sabríamos quién era</i>». </blockquote>
<b>La puerta es uno de esos elementos cotidianos que a menudo pasan desapercibidos. Sin embargo, su componente simbólico es tan potente que ha sido usado como recurso por el arte, el psicoanálisis, la arquitectura y, por supuesto, la literatura.</b> La puerta permite la entrada a un recinto, a una habitación, a un compartimento armario. Mientras la abrimos desconocemos qué habrá al otro lado y es inevitable que a nivel inconsciente nos provoque un cierto desasosiego, una curiosidad, al desconocer con qué vamos a encontrarnos. La puerta impide también la entrada a curiosos, a desconocidos y a indeseables, garantiza nuestra intimidad, nuestra habitación propia, un lugar seguro en el que se nosotros mismos a salvo de intromisiones que puedan coartarnos o juzgarnos; un espacio donde podemos guardar bajo llave nuestros secretos, esos que todos tenemos no porque sean importantes y el mundo se vaya a desestabilizar si salen a la luz, sino porque son necesarios para conservar un refugio personal. La puerta es algo físico y tangible pero también es algo metafórico y es en este doble sentido del que se sirve Magda Szabó para construir el pilar sobre el que se sustenta esta novela que es una muestra de por qué estamos ante una <b>autora excepcional, inteligente y brillante. </b></div>
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<blockquote class="tr_bq">
«<i>El oficio de escritor es de una servidumbre durísima, no puedes bajar la guardia en ningún momento porque si abandonas las frases a medio hacer se rebelan, se van por otro camino y si las recuperas, tienes que enderezarlas para que encajen en la nueva estructura</i>». </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjatBUVO-EYb0qSPekVBeAipT2_m1YCZmJcwsEVA5Mx0llqdMTTu-bIEx3Ls8dUx5YGwXjY5qO1Lg_2_fzWJY2s_CKbQGdrA3hW4px3VkTzo4tjvr2EVCJIQqXHql47G5ROAwVNBeHr7iDC/s1600/magda-zsabo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="727" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjatBUVO-EYb0qSPekVBeAipT2_m1YCZmJcwsEVA5Mx0llqdMTTu-bIEx3Ls8dUx5YGwXjY5qO1Lg_2_fzWJY2s_CKbQGdrA3hW4px3VkTzo4tjvr2EVCJIQqXHql47G5ROAwVNBeHr7iDC/s320/magda-zsabo.jpg" width="320" /></a></div>
<b>Magda Szabó </b>(Hungría, 1917-2007) es la autora más traducida de su país. El tratamiento que da a sus personajes es de un calado psicológico tan profundo que crea auténticos <b>arquetipos literarios</b> que se quedan grabados en nuestra piel tras leerlos. Si en «<i><b><a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/10/el-corzo-magda-szabo.html">El corzo</a></b></i>» ahonda en el tema de la obsesión, la envidia, los sentimientos negativos que paralizan e impiden vivir con plenitud, en «<i>La puerta</i>» Szabó recurre a un episodio de su propia vida para, según ella, hacernos una confesión, expiar un pecado, pero al mismo tiempo, deleitarnos con una historia universal de abismal calado con múltiples capas, políticas incluidas. Cuando Magda se muda de barrio se da cuenta de que necesita contratar a una empleada de hogar que la libere a fin de poder dedicarse a escribir. Es así como Emerenc, una anciana que cubre siempre sus cabellos con un pañuelo, llega a su vida. A pesar de su avanzada edad se trata de una mujer fuerte, nerviosa y activa capaz de hacer el trabajo de cinco personas. Lo que comienza siendo una convencional relación empleadora-empleada va estrechándose paulatinamente hasta el punto de que cada vez se parece más a una relación madre-hija. Emerenc ve en Szabó y en su marido, también escritor, a un par de niños caprichosos e inmaduros que no levantan los ojos de los libros y que no dan palo al agua. <b>Emerenc tiene un carácter de mil demonios, es imprevisible, agresiva cuando estalla y de una sinceridad brutal no apta para pieles finas, sin embargo, esconde un carácter bondadoso, honrado y auténtico con unos principios morales tenaces que cumple a rajatabla. Pero también esconde algo aun más enigmático:</b> una habitación de su casa a la que nadie. Esa puerta permanece cerrada para todos los vecinos que ven en ello una muestra más de la excentricidad de la anciana, pero que la respetan como una figura de autoridad en el barrio, de referencia, porque ella es:<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>la protectora de todos, generosa (...) la reina de la nieve, la seguridad, las primeras cerezas del verano, la primera casaca que caía madura del árbol en otoño, las dulces calabazas al horno en invierno y el brote verde primaveral en el seto del jardín</i>». </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
El hecho de que la historia esté narrada en primera persona hace que desde la primera página nos sentamos identificados con la autora al mismo tiempo que vemos a Emerenc a través de sus ojos y, como ella, vemos cómo pasamos de sentir por esa mujer temperamental y caprichosa algo parecido al amor-odio a venerarla a medida que comprobamos la fortaleza y la resolución de esta mujer. Todo enfermo en el barrio cuenta con que ella preparará su famoso «guiso de comadrona» para acelerar su recuperación; la nieve apenas molesta a los vecinos porque en cuanto cae un copo ahí está ella con su pesada escoba apartándola; los hijos siempre están bien cuidados porque es una niñera excelente; y si alguien pasa un momento de necesidad allí estará ella consiguiendo la ropa, el dinero, la comida, el trabajo o el utensilio que necesite. <b>El mundo gira en torno a ella pero ella no se permite girar en torno a nadie.</b> Los varapalos de la vida la han convertido en una mujer desconfiada y recelosa que guarda un mutismo absoluto sobre su pasado y sobre qué esconde al otro lado de la puerta. Hasta que un día decide confiar en Szabó y le permite traspasar el umbral a cambio de que nunca revele a nadie qué esconde y que se comprometa a salvaguardar su privacidad. </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Durante mis años de estudiante universitaria sentía una gran aversión hacia Schopenhauer. Más adelante, la experiencia me enseñó a aceptar una de sus tesis: aquella que sostiene que toda relación afectiva nos hace vulnerables ante el sufrimiento, y que cuantos más los de este tipo establezcamos en la vida, más flancos débiles tenemos</i>». </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Una novela sobre la dinámica de los <b>secretos</b>, la amistad y la lealtad, lo difícil que es crear vínculos afectivos y mantenerlos cuando venimos ya con la espalda llena de cicatrices y cómo actos bienintencionados de amor pueden ser vistos por la otra persona como una traición en toda regla. <b>Un relato íntimo que explora en profundidad el vínculo entre dos mujeres que se necesitan y que a veces se odian con esa misma intensidad con la que lo hacen madre e hija paseando por Nueva York en la inolvidable «<i>Apegos feroces</i>» de Vivian Gornick </b>e incluso a la de las dos amigas napolitanas,<b> Lenú y Lina de Elena Ferrante </b>en su famosa tetralogía. <b>Si tuviera que hacer mi propio canon de autoras imprescindibles sin duda incluiría a Magda Szabó, una escritora capaz de hacer literatura con mayúsculas al mismo tiempo que no teme mostrarse tal y como es. </b>Te echaré de menos, Emerenc...<br />
<b><br /></b>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>10/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Az ajtó</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Márta Komlósi</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>De Bolsillo (4ª edición)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 314</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-8346-652-0</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><span style="font-weight: normal;"><b>Precio</b></span><span style="font-weight: normal;">: 9</span>,95€</span></div>
</div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-21864560498026691092018-10-06T10:02:00.000+02:002018-10-06T10:02:50.180+02:00Las sangres - Audrée Wilhelmy<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrOruiCv6FVma_qs-ss9_eNR2h8aCCAvHbCeJCiCBUWWIgBYa01TOBPFOZZqs_r3B9n0XyLLLpdW_9W0LvSWFDzVH138h2JM8D6I1zpcMaKrqrEPWcpTeyVfRxjS7ds9GvYK6o74hhhFAE/s1600/IMG_1860.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrOruiCv6FVma_qs-ss9_eNR2h8aCCAvHbCeJCiCBUWWIgBYa01TOBPFOZZqs_r3B9n0XyLLLpdW_9W0LvSWFDzVH138h2JM8D6I1zpcMaKrqrEPWcpTeyVfRxjS7ds9GvYK6o74hhhFAE/s320/IMG_1860.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<b>Lo que más me ha gustado: </b>Los diarios de las siete mujeres de Barba Azul tienen una cualidad que no abunda en la literatura y que por ello se reconoce en cuanto se ve y nos hace dar un grito de emoción porque Audrée consigue algo realmente único: sorprendernos. Una sorpresa que además baila en un rango muy amplio que va desde la estupefacción hasta el sobrecogimiento pasando por la fascinación, la repulsa, el horror y el embeleso. <b>La amoralidad, hilo conductor de todos los diarios, así como de las anotaciones posteriores del propio Féléor «Barba Azul», es un tema difícil de tratar sin caer en el esperpento y Audrée consigue cruzar la cuerda como una auténtica equilibrista.</b><br />
<br />
<b>Lo que menos me ha gustado:</b> La versión original recogida por Perrault fue poco a poco cayendo en el olvido debido a que esa escena del cuarto prohibido con los cadáveres de las anteriores esposas de Barba Azul no era considerada apta para los tiernos oídos infantiles según la moral de la época puritana posterior. Sin embargo, poco a poco se ha ido reivindicando no solo por su vigencia a la hora de estudiar la normalización del maltrato en la esfera doméstica hasta hace poco tiempo sino también por su final apoteósico en el que la última esposa evita morir asesinada gracias a la intervención de sus hermanos y se hace así justicia. <b>Por el contrario, Audrée Wilhelmy </b>(Québec, 1985)<b>, da un paso atrás en esta versión y cierra la puerta para cualquier salida posible.</b><br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>«Creo que cuando soñamos mucho tiempo con el peligro y el mal, ya nada, ni siquiera la verdadera violencia de la vida real, nos parece auténtica o grave. Lo mismo pasa con el amor, las esperanzas, los miedos...»</i></blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX0FJowG2-z7sZ8yC984pAxV_rBhoehCRPzZyoDeKZUPrnzHo_aisRI2NB4qWV9zfA4yO9LhzU-t9t4qMcj_Ad2h-FJU-D3_EU-5sWUky8CNeNN0J4Bmo8q0dgNGP9R_6WX11GzFk4zE_Z/s1600/800px-Barbebleue.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="800" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX0FJowG2-z7sZ8yC984pAxV_rBhoehCRPzZyoDeKZUPrnzHo_aisRI2NB4qWV9zfA4yO9LhzU-t9t4qMcj_Ad2h-FJU-D3_EU-5sWUky8CNeNN0J4Bmo8q0dgNGP9R_6WX11GzFk4zE_Z/s320/800px-Barbebleue.jpg" width="256" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Barba Azul. Litografía de Gustave Doré (1862)</td></tr>
</tbody></table>
<b>Érase una vez</b> un hombre muy rico y poderoso que tenía numerosas propiedades y una hermosa y enorme casa decorada con hermosas telas, grandes chimeneas, costosos muebles, suntuosos cuadros, vajillas de oro y plata... Ese hombre se llamaba Barba Azul y todas las mujeres le temían porque había estado casado en numerosas ocasiones y sus mujeres habían desaparecido de forma misteriosa. Un día una joven accede a contraer matrimonio con él y, tras desobedecer la orden de no abrir la puerta misteriosa, descubre tras ella una estancia en la que cuelgan los cadáveres de las anteriores esposas. En 1697, Charles Perrault publica este cuento infantil que recupera de la tradición oral. Es tal el realismo del cuento que sumado a la ausencia de elementos mágicos ha propiciado numerosas teorías sobre si está basado en hechos reales. <b>La autora canadiense Audrée Wilhelmy le da una vuelta de tuerca para, en primer lugar, dar voz a las siete mujeres de Barba Azul y, en segundo lugar, contestar a la siguiente pregunta: ¿y si hubieran sido ellas mismas las que hubiesen pedido que las matasen?</b><br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>No pienso escribir en ninguna parte que quiero que me maten</i>». </blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie5LQY0w8Tr9Z-grGfP-ncT2xbUHbggwh2J2yQd2VSwX6Wxlq1jIptVhyphenhyphenceUa7pKoZRrhAJzgKI8CCd9qP71sQ68eZntfycuAeGKzdofQtmMHAmQoCvTiMQgV4KBC9uJUgTJ11ysDICo1u/s1600/9782760936560_large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1515" data-original-width="920" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie5LQY0w8Tr9Z-grGfP-ncT2xbUHbggwh2J2yQd2VSwX6Wxlq1jIptVhyphenhyphenceUa7pKoZRrhAJzgKI8CCd9qP71sQ68eZntfycuAeGKzdofQtmMHAmQoCvTiMQgV4KBC9uJUgTJ11ysDICo1u/s320/9782760936560_large.jpg" width="194" /></a></div>
A lo largo del libro leemos los diarios de cada una de las siete mujeres y, al final de cada uno, una anotación a posteriori del propio Barba Azul que aquí es llamado <b>Féléor Barthélémy Rü</b>. A diferencia de Barba Azul, temido y odiado, Féléor es un joven apuesto, atractivo y rico, descendiente de la noble estirpe de los Rü, plagada de generaciones y generaciones de hombres fuertes, luchadores y cazadores, amantes de la sangre y con un concepto de la masculinidad muy enraizado en la violencia y la dominación. De niño, dedicaba el tiempo libre a estudiar los retratos de su casa y localizar a sus ascendentes en el prolijo árbol genealógico. Le fascinan los retratos en los que aparecen escenas de caza y desarrolla una pasión por la carne cruda, la sangre, el dolor infligido, las experiencias al límite que poco a poco desarrollará con sus distintas compañeras.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>El plato está cubierto por una campana de plata. La pequeña sirvienta la levanta y descubre una pechuga de pato que está sin cocinar y el costillar crudo y despeinado de un cordero. Féléor sonríe y da las gracias con mucha delicadeza».</i></blockquote>
El amor platónico de <b>Mércredi</b> que le idealiza de tal manera que el propio Féléor lucha por convertirse en el hombre que ella soñó que él sería, una especie de Hannibal Lécter sin escrúpulos pero elegante, pausado, sereno, masculino. La dolorosa <b>Constance</b> que contrae matrimonio con él para olvidar a su difunto marido. La masoquista <b>Abigaëlle</b> que asocia el dolor que infringe a su cuerpo en sus prácticas de ballet clásico con el éxtasis sexual. La desolada <b>Frida</b>, una mujer madura que culpa a sus hijos y al paso del tiempo de su pérdida de juventud y de firmeza en su piel y que se siente tan halagada por que Féléor se haya fijado en ella que accede a casarse de nuevo. La fría y racional <b>Phélie</b>, que ve la muerte como algo tan natural que acepta como inevitable que Féléor la asesine. La bellísima <b>Lottä</b>, marcada por la profecía que le auguró su madre antes de morir, rota por su ausencia, busca en el taro el reencuentro con ella y en ese camino del destino, se une a Féléor en un intento de escapar del mismo destino sufrido por las mujeres de su familia. Y por último <b>Marie</b>, la curiosa, la que intenta ser todas las anteriores a la vez, y la más despreciada por un Féléor ya viejo pero aun imponente.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Dice que le gusta mi deseo, pero que la muerte de ella fue un placer más fuerte, más intenso, aunque ella no lo amara nunca. Entonces comprendo que, mientras yo viva, esa otra mujer valdrá más que yo (...) Así es como se me ocurre la idea de dejarlo que me mate».</i></blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjogaLbsSN_MFMK_95Dr81LJ5KqIyKoRgrj2WgFxX3Ijx5ABQh3nUbnJPmDl5q9kOM3pm1PA1cMqVdAS5v1DnJqYadS_qMvwMoZ52oUDpxx1w01cRh0HLo_0tR46Df18I4FM0tM0KxQiPVQ/s1600/Audre%25CC%2581e-Wilhelmy_web.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="360" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjogaLbsSN_MFMK_95Dr81LJ5KqIyKoRgrj2WgFxX3Ijx5ABQh3nUbnJPmDl5q9kOM3pm1PA1cMqVdAS5v1DnJqYadS_qMvwMoZ52oUDpxx1w01cRh0HLo_0tR46Df18I4FM0tM0KxQiPVQ/s320/Audre%25CC%2581e-Wilhelmy_web.jpg" width="213" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Audrée Wilhelmy</td></tr>
</tbody></table>
El placer que siente al someter a sus mujeres va en aumento con cada una de ellas, necesitando a cada paso más violencia, más erotismo, más estímulo, como el drogadicto que requiere cada vez de una dosis mayor. En un primer momento todas acuden a él por voluntad propia, por una supuesta libertad de elección (¿De verdad lo eligen con libertad? ¿Hasta que punto están condicionadas por sus antecedentes, por su historia personal?), atraídas por su riqueza, por las leyendas que se cuentan de él y por el deseo de pasar a la historia. Todas saben que tarde o temprano serán asesinadas, eso sí, cuando ellas decidan. <b>Una de las cosas que más me han llamado la atención de este libro es la múltiple capas que lo componen.</b> Si nos quedamos con una lectura superficial lo más probable es que nos quedemos con una mezcla a caballo entre el horror y la repulsión. Sin embargo, si profundizamos en lo que sus protagonistas nos cuentan, nos damos cuenta de que <b>cuando la reseña del semanario francés L´Obs afirma que «<i>bebe del medievalismo, del romanticismo y del freudismo</i>», está dando en la clave del mismo.</b> Así, en la más pura tradición medieval, Audrée nos sumerge en un mundo casi onírico de peligros que acechan, de aventuras y encierros que entrañan una moraleja más que moral, amoral. Siguiendo la estela del romanticismo todas las pasiones son llevadas al extremo: el amor exclusivo y absorbente, el mundo que gira en torno al otro, la búsqueda de la salvación o de la destrucción a través de sentimientos vehementes que toman el control de uno mismo. Y sus personajes, que habrían hecho la delicia de cualquier analista freudiano, se sumergen en un erotismo sin límites (Sade, por supuesto, es mencionado) y manejan sus instintos más salvajes, crueles incluso, cayendo en espirales de autodestrucción que escandalizan por su perversión y fascinan por el ímpetu de la pluma narrativa de Audrée.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Soy la Luna. Es a mí a quien aúllan los animales. Los hombres son los animales y el cangrejo agazapado en el agua es la locura que los acecha».</i></blockquote>
<b>Sin duda, estamos ante una obra arriesgada, un excelente ejercicio literario, de esos que no tienen término medio: o te atrapa o te repele. </b>Leer «<i>Las sangres</i>» es romper la línea que separa emociones tan dispares como dolor y placer, amor y odio, repulsa y atracción, y puede llevar a quien la lee a sorprenderse por verse seducido, o por el contrario, escandalizado, por los relatos que contiene. Cada mujer entraña un estereotipo, tienen en común los celos y la inseguridad así como un aislamiento social, ahí, en la opulenta mansión rodeadas de lujos, sin más aspiraciones que vivir por y para Féléor, intentando colmar la copa vacía de su interior mediante la sensualidad, adictas a ella. Todas pueden ser analizadas y eso también es interesante: Audrée no nos da el trabajo hecho; somos las lectoras quienes tenemos que apartar las cortinas para descubrir qué esconden. <b>Un libro excelente para que quien lo lea ponga a prueba sus propias reacciones. En todo caso, un libro que en ningún caso dejará a nadie indiferente. </b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>8/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Les Sangs</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Luisa Lucuix</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Hoja de Lata (1ª edición, 2018)</span><br />
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Páginas</b>: 186</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-16537-39-6</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b style="font-weight: normal;">Precio</b><span style="font-weight: normal;">: </span>18,90€</span></div>
</div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-34217747059676504782018-10-05T10:23:00.000+02:002018-10-05T10:23:58.324+02:00El corzo - Magda Szabó<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx66LUffb_X3sAkUIzRlCUCJOiYl38RPMN_hW5OatPF10evfJK97azveoocb1_2-TU8BFhvLMR3PFkVVQjRCNWkNRo1W0Y9SrA7H1zkxPRRYIQLzB-e1uJ-IiD5TW0piX-vrdTyqdGxb01/s1600/DfqhibJWkAA0g_7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx66LUffb_X3sAkUIzRlCUCJOiYl38RPMN_hW5OatPF10evfJK97azveoocb1_2-TU8BFhvLMR3PFkVVQjRCNWkNRo1W0Y9SrA7H1zkxPRRYIQLzB-e1uJ-IiD5TW0piX-vrdTyqdGxb01/s320/DfqhibJWkAA0g_7.jpg" width="240" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<u><b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></u></div>
<div style="text-align: center;">
<u><b><span style="font-size: large;">LA ESPIRAL DE LA VIDA.</span></b></u></div>
<div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioG9r7OIMMcST9FHDMUBFJ9lmfl50BR5F99K8LnpCjmADCRXwkxnu5umeB38OO8bLXKROb86fuiHzYagwjk72TflmUwD-jG2xsfoN8vkeVp4sX5-FaCfrN87gx5TeSmhwkbuB9LOBimgab/s1600/DfqiitcXcAAX2Ki.jpg-large.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="727" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioG9r7OIMMcST9FHDMUBFJ9lmfl50BR5F99K8LnpCjmADCRXwkxnu5umeB38OO8bLXKROb86fuiHzYagwjk72TflmUwD-jG2xsfoN8vkeVp4sX5-FaCfrN87gx5TeSmhwkbuB9LOBimgab/s320/DfqiitcXcAAX2Ki.jpg-large.jpeg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Magda Szabó</b> (Hungría, 1917-2007) es una de las escritoras húngaras más traducidas de todos los tiempos. Merecedora de un gran prestigio internacional y también en su propio país (incluso a pesar de que su obra fue censurada entre 1949 y 1957 por ser declarada <b>enemiga del Partido Comunista</b>) esta obra alcanzó una gran repercusión al ser publicada en 1959 por ser interpretada como una crítica a la represión de ese régimen político y <b>un alegato a la libertad de expresión y de ser uno mismo</b>. Independientemente de las lecturas en clave política que puedan hacerse de esta obra, lo indudable es que el trabajo de estudio psicológico que Szabó realiza sobre los recuerdos, la envidia, el odio y la obsesión y cómo éstos pueden determinar nuestra vida y las decisiones que tomamos, es, simplemente, magistral.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i style="background-color: #fce5cd;">En mi infancia callé durante tantos años que después nunca aprendí a hablar; solo sé mentir o callar</i>». (Pág. 11)</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>Estzer</b>, una prestigiosa actriz de teatro de la Hungría comunista, camina sola, desorientada y angustiada, cojeando, con un tobillo hinchado, en unos zapatos que no son los suyos hacia un césped donde se sienta. Allí, por fin, puede liberarse de ese calzado que la aprisiona y dejar respirar sus doloridas fibras. Pero no sólo es ese zapato el que deja caer sino también sus máscaras, las que toda la vida ha llevado para transformarse en quien quisiera o le conviniera en cada momento, las que han ocultado su verdadero yo. <b>Es ahí cuando Estzer comienza uno de los monólogos más bellos, honestos, intensos y crudos que se hayan escrito jamás, un monólogo en el que cuenta su verdadera historia, no la oficial de su biografía y que realmente dirige a Él. Pero, ¿quién es Él? Y, ¿quién es ella realmente?</b> En un primer momento, como si de una espiral se tratase, Eszter nos hipnotiza con una profusión de nombres, de símbolos, de objetos, de saltos en el tiempo, que nos hacen sentir tan desorientados como ella misma. Poco a poco, mientras el relato va avanzando, logramos entender de qué nos habla y, lo que es aun mejor, comenzamos a conocer su infancia y el por qué de sus fobias y enconos.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i style="background-color: #fce5cd;">Yo no tengo cara, no tengo rasgos, todo se difumina si no lo arreglo con el maquillaje; solo poseo máscaras, ni siquiera una cabeza. Por la mañana soy diferente que por la tarde, y por la tarde diferente que por la noche</i>». (Pág. 24)</blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtBwNLLpi4CkTwK0Tlcl8r3jktWD3L2Dm_3QNUIaziOQXuovThVxdKsgp_AtI3H1-g3R90NbbwVNvGh9jZBdCaEPUiignXgtZp1vjspYuRWdQd3w4RjW7J1r6A15opboYOaHtxXHdREzA9/s1600/bignonia-naranja-03-1280x720x80xX.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtBwNLLpi4CkTwK0Tlcl8r3jktWD3L2Dm_3QNUIaziOQXuovThVxdKsgp_AtI3H1-g3R90NbbwVNvGh9jZBdCaEPUiignXgtZp1vjspYuRWdQd3w4RjW7J1r6A15opboYOaHtxXHdREzA9/s320/bignonia-naranja-03-1280x720x80xX.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tecomaría </td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Y es que Eszter odia a Mozart, a Czerny, a Chován, a cualquier compositor de piezas de <b>piano</b>, instrumento al que culpa de haberle arrebatado su infancia, ya que su madre, repudiada por su aristocrática familia por haber contraído matrimonio en su contra, se ve obligada a dar clases de este instrumento a niños de familia bien durante todo el día. Por la noche, extenuada y obligada a proteger sus manos, no tiene tiempo para enseñar a su única hija a tocarlo y dedica toda su energía y amor a cuidar de su marido enfermo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y es que Eszter odia la <b>bondad, </b>a la que nunca ha considerado un «estado natural» sino una consecuencia de unas circunstancias favorables<b>, </b>y los principios nobles pues su padre, un hombre rubio tímido y bello al que todos apodan «<i>el abogado loco</i>», se aferró hasta tal punto a ellos que murió enfermo y sumido en la más absoluta miseria.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y es que Eszter odia también las <b>flores, </b>especialmente las campanillas rojas de la tecomaría, que le recuerdan a Angéla, igual que odiaba el corzo que tenía esa niña que deseaba ser su amiga pero a la que ella veía como enemiga porque representaba todo aquello que anhelaba tener y ser y que ni tenía ni era: bondad, belleza, don de gentes, generosidad, buena estrella, riqueza, altruismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Y es que Eszter, por encima de todo, se odia a sí misma.</b></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<span style="background-color: #fce5cd;">Me he quedado con el peso de mis culpas, pero por fin he podido desahogarme y, en consecuencia, todo se ha vuelto más pesado para mí. No sabría explicar por qué, aun así, me he sentido tan a gusto</span>». (Pág. 11)</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Los años han pasado, ella ha logrado el éxito gracias a esa asombrosa capacidad para mentir que logró desarrollar en su infancia a fin de sobrevivir. Es avara, mezquina y cruel pero lo oculta tan bien que pocas personas logran detectar esas grietas en su carácter. Se mantiene distante respecto a todos, crece en la creencia de que nunca nadie le ha amado, ni siquiera sus padres, quienes solo tenían ojos el uno para el otro y a ella la usaban de criada de la casa. Aprendió a robar huevos, a reclamar el dinero que le debían, a saber qué hacer para asegurarse una cena caliente cada noche, en definitiva, a ser adulta antes de tiempo en una manera que recuerda a los inolvidables «<i><b>Claus y Lucas</b></i>» (de la también escritora húngara y contemporánea <b>Agota Kristof</b>). Y en ese fluir narrativo, a medida que las máscaras van cayendo, vamos descubriendo quién es la verdadera Eszter, esa mujer de carácter complejo a la que a veces deseamos abrazar con todas nuestras fuerzas y a la que, otras veces, desearíamos golpear con saña su tobillo dolorido por ser tan miserable. Y es que nada es ni blanco ni negro y Szabó juega magistralmente con los grises y con los arquetipos universales hasta llegar al negro más absoluto, al resultado del odio que, enconado, se enquista y supura debiendo ser amputado de la forma más determinante posible. He aquí la grandeza de esta obra, su atemporalidad pues todos hemos codiciado alguna vez un corzo, envidiado unos ojos o un pelo o nos hemos obsesionado con un don. <b>Angéla reaparece en la vida de Eszter, el corzo vuelve a correr hacia las vías del tren, comienza un camino hacia un futuro que realmente es un regreso al pasado porque aquello que no ha sido superado siempre regresa, otra espiral de la vida que Szabó relata en esta pequeña obra maestra que ha encumbrado a esta autora en mi pequeño altar literario particular. </b><br />
<b><br /></b>
<br />
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">
<b>Título original: </b>Az öz<br />
<b>Traducción: </b>Adan Kovacsics<br />
<b>Edición</b>: Minúscula (1ª edición. Febrero 2018)</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">
<b>Páginas</b>: 258</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">
<b>ISBN</b>: 978-84-9483480-6</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">
<b>Precio</b>: 19,50€</div>
<div style="text-align: start;">
<b style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Calificación</b><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">: 9/10</span></div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-1598975889551247282018-10-01T08:46:00.000+02:002018-10-01T08:46:28.723+02:00Lecturas de agosto y septiembre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiz-6aKiTucSIl4DffyDgktIZIVgDU9IATFhjtL7Iah3XR-rP4TBGBUOvLKK5zYiNuoo3zSQPkk1NEwNqDKgYPsW3OQiN7pMycvaKCQlATTItWWHJxbriw0R5dCWBqWUVIkIw2s56HPBca/s1600/IMG_1893.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiz-6aKiTucSIl4DffyDgktIZIVgDU9IATFhjtL7Iah3XR-rP4TBGBUOvLKK5zYiNuoo3zSQPkk1NEwNqDKgYPsW3OQiN7pMycvaKCQlATTItWWHJxbriw0R5dCWBqWUVIkIw2s56HPBca/s320/IMG_1893.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">«</span><i style="color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Quien carece de un país emocional puede considerar a otra persona su casa</i><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">» («Agua verde, cielo verde. <b>Mavis Gallant</b>)</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Y no hace falta carecer de ese país emocional para que sintamos que otras personas son nuestro hogar. Igual que nuestra casa no tiene por qué ser sólo una persona. Para <b>Jesmyn Ward</b> es una canción. Para <b>Doris Lessing</b>, una moral a la que aferrarse. Para <b>Simone de Beauvoir</b> lo fue durante unas semanas la habitación 114 de un hospital y para <b>Carol Oates</b> lo es su propio país al que ama y odia a partes iguales. Para <b>Gioconda Belli</b> la casa es una causa justa. Para Audrée Wilhelmy la casa es un lugar que atrae y aterra y algo parecido le sucede a <b>Holly McNish</b>, quien se refugia en el suelo a los pies de la cuna de su hija. Para «<b>Colombine</b>» esa casa es cualquier sitio menos la suya, y para <b>Terry Tempest</b>, sin embargo, su hogar es su casa y la naturaleza que le rodea, refugio no sólo de aves sino de ella misma. </div>
<div style="text-align: justify;">
Y una casa también pueden ser los libros. </div>
<div style="text-align: justify;">
Estas han sido mis casas durante agosto y septiembre:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1aUpkSD7OnBcBomVBe1D6a18_z4knUaRd-T_TmqWScpYETzLEuHYhdwZvQohY2wu5cl5nziazmptqmC6e7qPSheHc5jZl-YgFuKar-vZ0bMtJkpftJlMOm-WNEdESCMnH_A3t3z2WZBFv/s1600/9788420431680.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="487" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1aUpkSD7OnBcBomVBe1D6a18_z4knUaRd-T_TmqWScpYETzLEuHYhdwZvQohY2wu5cl5nziazmptqmC6e7qPSheHc5jZl-YgFuKar-vZ0bMtJkpftJlMOm-WNEdESCMnH_A3t3z2WZBFv/s320/9788420431680.jpg" width="202" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>1. <i>Un libro de mártires americanos.</i> Joyce Carol Oates.</b> Quienes ya conocemos a esta autora sabemos que sabe surfear como nadie en los recovecos de la mente, que no tiene miedo a lo que pueda encontrarse en ese trayecto y que lo expone con una claridad y un nivel literario excelentes. Pero además, en este libro lucha con denuedo contra muchos de los recovecos de la sociedad norteamericana presentándonos un comienzo demoledor y atrayente a partes iguales: el asesinato de un ginecólogo abortista a manos de un cristiano fundamentalista. Ambos se convierte en mártires para las respectivas causas pero, mientras tanto, sus esposas y sus hijas deben afrontar el duro varapalo y comprender por qué pasó lo que pasó. Oates nos habla de matrimonio, maternidad, religión, diferencias de clases, educación, manipulación ideológica y de los medios de comunicación, el boxeo como mercado asfixiante y explotador, y muchos temas más en este tocho-libro con un genio desbordante. <b>No se dejen intimidar por la extensión del mismo y si les gusta las buenas historias, bien contadas y que te remueven el suelo, léanlo</b>. Para mi, lo mejor que he leído de Oates hasta el momento. </div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKumLn07cw43Kzj-OyH7UEO7zkc85bVQJI3we5I8C3IfxFA3YCIjCbTeN1CwLopMujUqDur-XAdhikoeVAVMqTBhNjJ4FgyXafiJRK52H_VKhdX2OArjZsK9ySLwMdc4RnA4b9bnZeC52D/s1600/9788435015035.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1046" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKumLn07cw43Kzj-OyH7UEO7zkc85bVQJI3we5I8C3IfxFA3YCIjCbTeN1CwLopMujUqDur-XAdhikoeVAVMqTBhNjJ4FgyXafiJRK52H_VKhdX2OArjZsK9ySLwMdc4RnA4b9bnZeC52D/s320/9788435015035.jpg" width="209" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/09/una-muerte-muy-dulce-simone-de-beauvoir.html">2. <i>Una muerte muy dulce.</i> Simone de Beauvoir.</a> </b>Este cuarto volumen de sus memorias sorprende por su brevedad (los tres anteriores sobrepasaban las quinientas páginas) y también porque, a pesar de intentar hacer un relato equidistante sobre la muerte de su madre, <b>Simone no puede evitar que la emoción le abrume y que entre líneas se perciba con claridad el dolor por una pérdida que no por ser inevitable</b> («ya tiene edad de morir», repite Simone varias veces, intentando racionalizar su muerte) <b>y conocida</b> (el cáncer era irremisible) <b>resulta menos dolorosa</b>. Simone es aquí hija y también hermana (de hecho el libro se lo dedica a su hermana Hélène a quien llama cariñosamente Poupette, muñeca), reflexiona sobre el transcurso del tiempo, cómo queda el mundo cuando un ser querido desaparece y cómo intentar hacer lo correcto hasta el último momento para así evitar que los remordimientos o la culpa sigan haciendo de las suyas aun cuando sea el daño irreparable. Un testimonio tierno y también inspirador sobre la vida, la muerte, las relaciones familiares y el dar la importancia justa a cada cosa. Nunca olvidaré que con este libro recorrí con Simone esos pasillos asépticos del hospital hasta llegar a una habitación, la 114. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_k5u9v3LaUNtc86WRb9Y4aHELCS2qSPWFq749vQu1OgBAPTg624mOss3pgA9ZLxggfnF_n-GT8GFYsd2Kd4MvA2t8As63BMe1Zv9BCnQXoqIRI9Nyce8srW1ICUNH3rMW2po9BX2eKmVs/s1600/PORTADA_Agua+verde+cielo+verde_BAJA_RGB.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1043" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_k5u9v3LaUNtc86WRb9Y4aHELCS2qSPWFq749vQu1OgBAPTg624mOss3pgA9ZLxggfnF_n-GT8GFYsd2Kd4MvA2t8As63BMe1Zv9BCnQXoqIRI9Nyce8srW1ICUNH3rMW2po9BX2eKmVs/s320/PORTADA_Agua+verde+cielo+verde_BAJA_RGB.jpg" width="208" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/09/agua-verde-cielo-verde-mavis-gallant.html">3. <i>Agua verde, cielo verde</i>. Mavis Gallant.</a></b> La obra de Mavis Gallant, que destaca especialmente por sus relatos (nota mental para mí misma: leerlos lo antes posible) se ha querido caracterizar desde buena parte de la crítica como «<i>literatura del exilio</i>». Tras decidir dedicarse plenamente a la escritura, Gallant dejó su Canadá natal que tan malos recuerdos le traía para romper con sus raíces y empezar de cero en otro lugar. Recorrió Europa (vivió incluso una temporada en España) hasta asentarse en París, donde viviría hasta su muerte. Harta de que la crítica sólo se focalizase en ese aspecto de su obra con «<i>personajes exiliados de sí mismos</i>» se sentó un día a hacer un recuento y declaró que sólo una minoría de sus relatos podían definirse así. Sin embargo, en «<i>Agua verde, cielo verde</i>» nos encontramos con una novela que sí puede clasificarse como el «<i>desarraigo del exilio</i>». Una madre y una hija norteamericanas, con tres escenarios aparentemente idílicos de fondo (nótese el «aparentemente») como son Venecia, París y Cannes, sobreviven intentando mantener su estatus social al mismo tiempo que luchan por aprender a convivir entre ellas. Esa relación ambivalente que las une y las separa, basada en el amor y también en el hastío, los reproches y las frustraciones, es el eje sobre el cual Gallant hace girar su voz narrativa original y vibrante, desplegando, como un abanico, las opciones de los personajes y por cuáles se decantan. Así, les vemos avanzar, evolucionar y desarrollarse si bien hace hincapié en un aspecto: las debilidades y miserias humanas son trágicas e insalvables. <b>Una #joyita ideal para quienes busquen historias diferentes pero intensas contadas de una manera brillante y única</b>. Me declaro fan absoluta de Gallant. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhif5bD-AJ9nu0rligbcc3_Yi2grUYZ4P3rrMP7xZY16jyAxB6G4bUbn7NvQyTMLppTgxgDt72pB7macN8sD3tJXeU43BwspZcIMJwJhULrOttgTiHPGA6CGliJDOOtvfx2OLt8YspXFhtf/s1600/9788483468203.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="505" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhif5bD-AJ9nu0rligbcc3_Yi2grUYZ4P3rrMP7xZY16jyAxB6G4bUbn7NvQyTMLppTgxgDt72pB7macN8sD3tJXeU43BwspZcIMJwJhULrOttgTiHPGA6CGliJDOOtvfx2OLt8YspXFhtf/s320/9788483468203.jpg" width="211" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>4. <i>El quinto hijo.</i> Doris Lessing. </b>En el marco de la iniciativa #WomenPNL de Diana (https://todo-mi-ser.blogspot.com) este mes tocaba leer a esta autora, la undécima mujer en ganar el PN Literatura en 2007 y no pude evitar decantarme para ello por esta obra tan ideal para mis #MaternidadesLit. Leer a Lessing es como ver una obra de teatro en vivo, con esos personajes tan reales, esos escenarios tan arquetípicos e identificables y esos diálogos que dicen tantas cosas que demuestran la elevada altura literaria ante la que nos encontramos. El argumento es, en apariencia, sencillo. David conoce a Harriet, se enamoran, se casan y comienzan a formar de inmediato una familia con la que lograr la felicidad prometida que se merecen. Todo un enjambre de familiares revolotean por esa casa disfrutando de la hospitalidad, de los hijos que no cesan de llegar, al mismo tiempo que se escandalizan porque en plena década de liberación sesentera esta joven pareja sea tan conservadora y tradicional. El peso de los embarazos empieza a pasarle factura a Harriet; el trabajo cada vez más agotador se la pasa a David; la armonía empieza a agrietarse; algo trágico está por suceder, lo intuimos casi desde la primera página, incluso desde el título, gracias a la habilidad de Lessing. Y así es. Todo se va al garete cuando nace «El quinto hijo». ¿Qué habrían hecho ustedes en el lugar de Harriet? ¿Y en el de David? <b>Los dilemas que plantea Lessing usando para ello situaciones cotidianas son, sin duda alguna, el punto fuerte de esta obra en la que, por otro lado, ella no nos da ninguna respuesta. Eso tenemos que hacerlo nosotros. </b></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkPr3DVgWj11lfzeENjQAUfqd5VuPC9nEjH1FdRsFedAF67qNNTwZyuTLiw_nv53PmTVE9CJ4HmSiXq77s-URUrk1_Vpv8z73iQT7bub1v4vEgVNo7hHwLcifXKX-nXJ5PFFI_0hX5AixF/s1600/91q4Y36VBzL.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1043" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkPr3DVgWj11lfzeENjQAUfqd5VuPC9nEjH1FdRsFedAF67qNNTwZyuTLiw_nv53PmTVE9CJ4HmSiXq77s-URUrk1_Vpv8z73iQT7bub1v4vEgVNo7hHwLcifXKX-nXJ5PFFI_0hX5AixF/s320/91q4Y36VBzL.jpg" width="208" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>5. </b><b><i>Puñal de claveles</i>. Carmen de Burgos «Colombine».</b> <b>Si leer a mujeres, que diría Belen García Abia, es un deber para con nosotras mismas, leer a mujeres que fueron arrinconadas por la historia cayendo en el olvido, lo es aun más, una obligación, una cuestión de justicia absoluta.</b> La vida de Carmen de Burgos es apasionante. La vida de una mujer que un día, harta de soportar malos tratos, y con los cadáveres de tres hijos a sus espaldas, decide abandonar a su marido y con su única hija viajar a Madrid, donde empezará a trabajar como redactora y activista. De carácter fuerte y decidido, logrará abrirse paso en un mundo eminentemente masculino asistiendo a tertulias literarias y considerándose la primera mujer periodista de nuestro país. En «Puñal de claveles» recrea el mismo suceso trágico que inspiró a Lorca «Bodas de Sangre», pero mientras que éste se decanta por el final dramático, Colombine hace un canto a la libertad de la mujer al mismo tiempo que critica sin piedad el encorsetamiento social, tan rígido y asfixiante, para las mujeres de su época. Un librito de lectura fácil pero lleno de simbolismo, pasión y con un alto componente de crítica social. Una #joyita que merece la pena leer y que nos permite apreciar cómo, poco a poco, Colombine empieza a ocupar el lugar del que el franquismo nunca debería haberla expulsado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaTG-WKgMQtcSs3av_GPzvSAWDtpoLGCZgc_oXd1x2_YsZILYJQJrgMEYzTj-PzTNdM5J12IsUSRiSz7z4n2L0GTKhbjFnCzVo0Aj3oIKsFrYeKAcem9diZQKSGlb-OsyRKS1yvgCd-S0J/s1600/9788416544714.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="782" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaTG-WKgMQtcSs3av_GPzvSAWDtpoLGCZgc_oXd1x2_YsZILYJQJrgMEYzTj-PzTNdM5J12IsUSRiSz7z4n2L0GTKhbjFnCzVo0Aj3oIKsFrYeKAcem9diZQKSGlb-OsyRKS1yvgCd-S0J/s320/9788416544714.jpg" width="208" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>6. </b><b><i>Refugio</i>. Terry Tempest Williams. </b>El Gran Lago Salado va subiendo de nivel día a día, amenazando a las colonias de aves que acuden a él buscando un refugio para reproducirse o para hacer un alto en su camino migratorio. Ese posible desbordamiento camina paralelo de otro más personal, el del cáncer de la madre de la autora, que se ha reproducido y esta vez amenaza con no irse. Ambas tragedias, la ecológica y la emocional, van de la mano en este libro en el que la autora, a modo de <b>diario</b>, va narrándonos la evolución de ambas. Es un libro emotivo, sentido y auténtico que no cae en el sentimentalismo fácil y que relaciona ecología con maternidad, amor por las personas y por cuanto nos rodea como algo indisoluble. Leerlo es una delicia, con todas esas descripciones tan gráficas del Gran Lago en las distintas estaciones del año, aprendiendo tanto sobre las aves que lo habitan, cada una con sus propias curiosidades, costumbres, miedos y manías, no tan diferentes a nosotros y descubriendo a dos mujeres, madre e hija, con un vínculo sano, personalidades fuertes y empáticas, dos personas de esas que te caen bien. Hay libros que llegan para quedarse. <b>Libros a los que, mientras los lees y los subrayas, sabes que algún día volverás porque tienen muchas cosas que decirte e intuyes que no estás escuchando todas. Este es uno de esos libros. Otra joyita en forma de libro salvaje para sumar a mis #MaternidadesLit</b></div>
<b><br /></b>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG0WPCZJRFWLkG2V2dKRaVdqNq8f08muU3FqF7ElIvHavYUDeaLzwvkEehxcroRWxkTr7fBeFWqwt4ope0gEcfsPQdZFHgmBe3wWSatPMQqEfHwMkDLj4sWvT3oPJfA__tWan8WRiIz307/s1600/978841667791.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="787" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG0WPCZJRFWLkG2V2dKRaVdqNq8f08muU3FqF7ElIvHavYUDeaLzwvkEehxcroRWxkTr7fBeFWqwt4ope0gEcfsPQdZFHgmBe3wWSatPMQqEfHwMkDLj4sWvT3oPJfA__tWan8WRiIz307/s320/978841667791.JPG" width="209" /></a></div>
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<b><a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/09/la-cancion-de-los-vivos-y-los-muertos.html">7<i>. La canción de los vivos y los muertos.</i> Jesmyn W</a>ard. </b>Hay libros que te entran por los ojos, así, sin más. Es una superficialidad, dirán algunos, pero es inevitable. Te llaman. Puede ser un título, una portada, su tacto, un olor, una faja. En este caso lo que me llamó fue todo él y la frase de inicio me lo confirmó. «<i>Me gusta creer que sé lo que es la muerte</i>», dice Jojo, un adolescente de trece años el día de su cumpleaños. Así comienza esta novela en la que disfrutamos de <b>un talento narrativo extraordinario que recuerda a Flannery O´Connor, a Carson McCullers, a Eudora Welty, a Toni Morrison, a Maya Angelou</b>, a la mejor literatura sureña. Ward combina dos voces narradoras: la de Jojo y la de su madre, Leonie, cada una con sus cadencias, sus dejes, sus metáforas certeras. Una historia triste y oscura, como su portada y su título, en la que la autora ahonda en los fantasmas del racismo que aun deambulan ululando y los de la esclavitud, cuyas sombras son alargadas. Y todo ello a través de un matrimonio interracial que sufre la incomprensión de sus familiares por haber roto los límites de los amores prohibidos, y de sus dos hijos, víctimas del amor intermitente de sus padres. La violencia, siempre presente en este libro, se alterna también con la esperanza; los pasajes duros que abundan en él se alternan con otros de una ternura superlativa como esos diálogos entre Jojo y su abuelo y esos bracitos de Kayla buscando a su hermano. <b>Una tragedia hermosa que deja un sabor agridulce pero que cuenta una historia que nunca debemos olvidar porque el pasado sigue estando presente y los muertos siguen aun vivos. </b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-DysRoQJcX5C1pAumiNZXjYxSojsQAFF4wpRy9Sofj7q1xMMIdmfMtdXlM79gw7OGWAMKJ3jcsWH_FiI39ZEe4O9Uc0idFcZUm8CNr8RBE-lTqm8qf9Oo3z6MS2BlEpxp0fJfp8wriZRG/s1600/412df8954a28fd39cbeed7cba1d53d2f.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="528" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-DysRoQJcX5C1pAumiNZXjYxSojsQAFF4wpRy9Sofj7q1xMMIdmfMtdXlM79gw7OGWAMKJ3jcsWH_FiI39ZEe4O9Uc0idFcZUm8CNr8RBE-lTqm8qf9Oo3z6MS2BlEpxp0fJfp8wriZRG/s320/412df8954a28fd39cbeed7cba1d53d2f.jpeg" width="212" /></a></div>
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<b><a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/09/nadie-me-dijo-hollie-mcnish.html">8. <i>Nadie me dijo</i>. Holly McNish.</a> </b>En el prólogo de «El nudo materno» de Jane Lazarre, Laura Freixas se pregunta, emulando a Simone de Beauvoir y su atinado «¿Dónde están las mujeres?»: «¿Dónde están las madres?», las madres reales, las que hasta ahora hacían todo en silencio por miedo o vergüenza a hablar, las que por no sentirse juzgadas socialmente se encerraban en su casa o, con suerte, en lo que Carmen García de la Cueva llama «la tribu». Bien, pues esas madres empiezan a aparecer, han comenzado a hablar y tienen muchas cosas que contarnos. Holly McNish es una de esas madres, una poeta que un día descubre que está embarazada y comienza un periplo personal que abarca hasta que su <i>Pequeña</i> cumple los tres años. Un testimonio en el que alterna, a modo de diario, prosa y poesía escritas a los pies de la cuna, en el baño, esperando el tren, en esos escasos y breves ratos de los que dispone. <b>Este «<i>rascar el tiempo</i>» es lo que da a su relato una frescura y una espontaneidad inigualables al mismo tiempo que con gran rapidez mental enlaza todo lo que narra con los condicionamientos sociales</b> (azul para niños, rosa para niñas; no le cojas mucho en brazos que le malcrías; para dar el pecho escóndete como una criminal en las, a veces, apestosas salas de lactancia; cansancio, mucho cansancio y dudas, muchas dudas) y también económico-políticos (conciliar vida familiar y profesional, asistencia médica, marketing de la maternidad y cuanto le rodea, aislamiento). <b>Sin duda, uno de los mejores libros sobre #MaternidadesLit que se han publicado hasta el momento.</b> Leánlo aunque no sean madres. Leánlo aunque no sean mujeres. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEeQDNmBRtTXQ-uwj_Rr0Mbznf4p7Mns9CChMwQ00Jjf35zDZs8YkDzwJpxV2Q3pGoyNDdklzjdwBGUe_vPgr_GS_8-A8zbthrIic0kXdvNkBCpP-kaV6gU-2lEGWbm1_yBRfQrnrJHwr-/s1600/9788432212888.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1181" data-original-width="693" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEeQDNmBRtTXQ-uwj_Rr0Mbznf4p7Mns9CChMwQ00Jjf35zDZs8YkDzwJpxV2Q3pGoyNDdklzjdwBGUe_vPgr_GS_8-A8zbthrIic0kXdvNkBCpP-kaV6gU-2lEGWbm1_yBRfQrnrJHwr-/s320/9788432212888.jpg" width="187" /></a></div>
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<b>9. <i>La mujer habitada</i>. Gioconda Belli.</b> Leyendo este libro me di cuenta de que Belli es la primera autora que leo de Nicaragua. «<i>La mujer habitada</i>» está ambientada en la ficticia Fraguas, tras la cual es fácilmente reconocible Managua en los convulsos años ochenta. De la mano de Itzá, una mujer indígena que murió asesinada por los invasores españoles y que siglos después se reencarna en un naranjo, conocemos la historia de Lavinia, una joven arquitecta que regresa de estudiar en Europa para trabajar en su país. Ambas, a pesar de los años que las separan, tienen muchas cosas en común: se rebelan contra la dominación masculina en la sociedad, rompen tabúes y se enfrentan a lo que consideran injusto recurriendo a la violencia por considerar que es la única salida posible. Lavinia conoce a Felipe y, lo que comienza siendo una historia de amor, acaba convirtiéndose en una historia desde dentro del Movimiento de Liberación Nacional que se rebela contra la dictadura. <b>Esta novela tiene todos los elementos necesarios para que sea redonda:</b> un marco histórico real, elementos de realismo mágico llenos de bellas imágenes y un lenguaje poético cautivador, un objetivo a conseguir, una historia de amor y, sobre todo, mujeres fuertes, empoderantes, que dudan pero se deciden a cambiar la realidad que les rodea. Es este, sin duda, uno de esos libros que no sólo te dejan un delicioso sabor de boca sino que también te regalan un halo de buena energía y sororidad. </div>
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<b>10. </b><b><i>Las sangres</i>. Audrée Wilhelmy. </b>La autora se sirve de la mítica historia de Barba Azul para darle una vuelta de tuerca a la misma y darle voz a todas las mujeres que pasaron por su vida partiendo de una pregunta: ¿y si estas mujeres hubiesen muerto porque ellas mismas pidieron a Barba Azul que las matase? ¿Qué podría llevar a unas mujeres a hacer algo así? Estos diarios íntimos son escritos por ellas tras su llegada a la residencia de Féléor, un hombre rico y poderoso, descendiente de una familia de alto linaje y gran tradición, al que en un primer momento se nos presenta como un joven tímido y acomplejado que siente pasión por comer carne cruda. Poco a poco, este hombre va evolucionando hasta convertirse en un sádico que, como un drogadicto, necesita ejercer la violencia cada vez en unas dosis más altas sobre las mujeres que sucesivamente van casándose con él, elevación que se percibe en cómo la tensión va aumentando con cada diario íntimo, siempre sorprendiéndonos, dejándonos estupefactos. Un libro contado con esa aureola de cuento clásico de hadas pero relleno de erotismo, masoquismo y amoralidad que hace que los límites de un simple relato se sobrepasen hasta contagiar de emociones que pueden llegar a fascinar en la misma media en que provocan arcadas. <b>Una obra compleja, no apta para todos los gustos lectores, que, o amas u odias.</b> <b>Intenso, muy bien narrado, con un lenguaje etéreo que crea una atmósfera asfixiante y claustrofóbica, y que consigue con creces lo que la autora confesó que era su principal objetivo: no dejar a nadie indiferente.</b> </div>
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<br />Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-55242158092892325552018-09-27T08:37:00.001+02:002018-09-27T08:37:37.156+02:00La canción de los vivos y los muertos - Jesmyn Ward<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrrUJyzxDeEAJP6YEomUqHz_W62CuQ5OZAgPiO8-twZKJJIxauZHwCoUadAk3MZGMTMZ_WowXCYyHpChX5CcgtseoVD3qGFEhOkQWn8UYRMyiqHG0BVF-LyL-uwIDyMpik-RcowaBhQgGS/s1600/IMG_1834.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1107" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrrUJyzxDeEAJP6YEomUqHz_W62CuQ5OZAgPiO8-twZKJJIxauZHwCoUadAk3MZGMTMZ_WowXCYyHpChX5CcgtseoVD3qGFEhOkQWn8UYRMyiqHG0BVF-LyL-uwIDyMpik-RcowaBhQgGS/s320/IMG_1834.jpg" width="221" /></a></div>
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<b>Lo que más me ha gustado: </b>El talento narrativo de Jesmyn Ward es refrescante, chispeante. A pesar de la oscuridad de la historia que nos cuenta, las imágenes que usa nos sumergen en la misma al mismo tiempo que nos sorprenden por su coherencia e intensidad. Una de las claves por las que logra con éxito narrar la historia a través de Leonie, una madre que se refugia en las drogas como una forma de evadirse de la maternidad y la situación familiar que le supera, y a través de su hijo Jojo, un adolescente de trece años, es precisamente la precisión con la que escoge esas alegorías.</div>
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<b>Lo que menos me ha gustado: </b>A medida que avanza la historia es cada vez más difícil empatizar con Leonie. Si bien en un primer momento ahonda en los motivos de su comportamiento disoluto y su presencia intermitente, cuando la trama va desenvolviéndose se nos presenta como una mujer egoísta e inmadura, insegura y perdida, sin que se profundice en los porqués de esa negativa a cambiar de actitud. Así mismo, la tercera voz narradora en dos capítulos, la de Richie, un niño de trece años que murió asesinado décadas antes, aun siendo interesante por lo que aporta sobre el racismo y la esclavitud, me dio la sensación de que cortaba el ritmo narrativo del tándem Jojo-Leonie.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Me gusta creer que sé lo que es la muerte. Me gusta creer que es algo a lo que podría mirar de frente».</i></blockquote>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl3khqvM7y246A6d6yf5Trz0VYyA-s9oakC8PnIRBK9aANL1ded1cQ76jdaHXHfp2P5MQI36fBASPcBTW2_vqkWwvSMcrSM_ZMutzNP1wZRHO1hkZuoj_Ya3Fb4Jdeb4gfWQt8Fai4whS1/s1600/%257B15974AAA-D25A-4E0E-B35C-DD0DB10A3A2C%257DImg100.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="510" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl3khqvM7y246A6d6yf5Trz0VYyA-s9oakC8PnIRBK9aANL1ded1cQ76jdaHXHfp2P5MQI36fBASPcBTW2_vqkWwvSMcrSM_ZMutzNP1wZRHO1hkZuoj_Ya3Fb4Jdeb4gfWQt8Fai4whS1/s320/%257B15974AAA-D25A-4E0E-B35C-DD0DB10A3A2C%257DImg100.jpg" width="240" /></a></div>
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<b>Esta potente frase no sólo marca el comienzo de la novela sino que también presagia lo que nos vamos a encontrar a lo largo de ella: un canto oscuro y desgarrador que es a la vez un alegato a la vida y a la responsabilidad con nuestros propios actos.</b> Quien la pronuncia es <b>Jojo</b>, un niño de trece años al que le ha tocado madurar antes de tiempo. A través de su relato descubrimos que su padre está en la cárcel y que no le llama «papá» sino por su nombre de pila, <b>Michael</b>; descubrimos también que su madre desaparece días enteros y que su afecto es irregular, y que no es «mamá» sino <b>Leonie</b> pues también ha perdido el derecho a ser llamada con apelativos familiares cariñosos. Jojo levanta los hombros, estira la espalda, quiere demostrar a su abuelo materno, <b>Pa</b>, gracias al cual ha conocido el amor y el cariño verdaderos, que ya es un hombre hecho y derecho que mira de cara a la muerte, capaz de degollar una cabra que servirá para celebrar su cumpleaños, cuyo hígado, lo más sabroso del animal, será la comida de su abuela, <b>Ma</b>, quien ha hecho de madre y que está enferma de cáncer. Jojo aprovecha que su abuelo ha creído oír el llanto de su hermana pequeña, Kayla, para ir a consolarla y así poder huir de ese ritual de muerte. Aun no está preparado para ello. Lo que no sabe es que pronto sí lo estará.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Criarme aquí, en el campo, me ha enseñado cosas. Me ha enseñado que después del primer gran arrebato de vida, el tiempo lo va devorando todo: oxida las herramientas, envejece a los animales hasta dejarlos calvos o sin plumas y marchita las plantas».</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El relato de Jojo se va alternando con el de su madre, Leonie, una mujer que es consciente de que, efectivamente, el tiempo lo devora todo, así como es consciente de que si no cambia de estilo de vida todo va a ir a peor y perderá a unos padres que la adoraron y a unos hijos que cada vez la adoran menos. <b>Sin embargo, en ocasiones, saber no basta para actuar en consecuencia, y hay impulsos más oscuros que tiran con fuerza arrasando con todo</b>. Leonie nos cuenta que su pareja, Michael, es blanco y que su familia política nunca aceptó ese matrimonio interracial no sólo por el racismo que aun sigue arraigado a día de hoy en <b>esa pesadilla americana que es el contrapunto del tan explotado sueño americano</b>, sino también porque años atrás accedieron a tapar el asesinato del hermano de Leonie, <b>Given</b>, a manos de un primo de Michael, alegando que fue un accidente de caza. Esa tremenda injusticia, frente a la que la familia de Leonie no pudo reaccionar porque todo el mundo creyó a los poderosos blancos, sirvió para que Michael y ella comenzaran a apoyarse mutuamente dando lugar a una relación absorbente y posesiva, tóxica, que ambos colocan por encima de sus propios hijos. <b>Esa incapacidad de ambos para ser padres, a pesar de las buenas intenciones y de las promesas de enmienda, es claramente detectada por Jojo y su hermana Kayla, de tres años (</b>otro claro ejemplo de la pérdida de autoridad de ambos padres es que aunque insisten en llamar a la niña por su verdadero nombre, Michaela, Jojo les recalca una y otra vez que se llama Kayla, que Pa, Ma y él la llaman así). Ambos crean un dúo hermético en el que solo tienen entrada los abuelos Pa y Ma y en el que cualquier intento de acercamiento de los padres es mirado con recelo. Ante ese rechazo Leonie y Michael reaccionan de forma violenta, se encierran como pareja en ellos mismos, huyendo solos, dejando a los niños con los abuelos maternos. La pescadilla que se muerde la cola...</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>«El hogar no siempre tiene que ver con un lugar (...) El hogar tiene que ver con la tierra. Si la tierra se abre para ti. Si tira de ti tan fuerte que el espacio entre tú y ella se funde y sois sólo uno y late como si fuera tu corazón.»</i></blockquote>
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<b>El hogar a veces no es tampoco la familia que te corresponde por nacimiento. La canción familiar que se canta con esos nudos marineros que unen a los miembros de la familia y que a veces aprietan tanto que hacen daño</b> es interpretada a coro cuando Jesmyn Ward mete a Leonie acompañada de su amiga Misty, junto a Jojo y a Kayla en un coche rumbo a la prisión de Pachman para recoger a Michael tras haber cumplido su condena. Ese trayecto de ida y vuelta es asfixiante. A la claustrofobia propia de ese ambiente cerrado, de ese metal rodante, se le une el olor a vómito de una indispuesta Kayla. Jesmyn Ward a través de ese viaje convierte la obra en una <b>novela de carretera</b> que supone para algunos de los personajes un retroceso vital mientras que para otros será decisivo a la hora de tomar decisiones futuras.<b> La autora confirma en ese momento lo que ya sabíamos: tiene una gran historia que contar, dura, brutal, pero sin miedo la cuenta de una forma magistral, hipnótica.</b> Hace que parezca fácil lo difícil: enfrentar a los personajes entre sí con un realismo con una tridimensionalidad de sus personalidades que percibimos los rencores, los temas no resueltos, las esperanzas que se disuelven más rápido que un grano de azúcar en un vaso de agua, las decepciones, la resignación.</div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="text-align: start;">«</span><i style="text-align: start;">Todos tenemos una debilidad: un punto por donde rompernos».</i></blockquote>
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Y, efectivamente, algunos de los personajes se rompen. Otros, sin embargo, resurgen más fuertes, al menos en apariencia. Los <b>fantasmas del pasado</b> están vivos, encarnados por aquellas personas que murieron de forma violenta, injusta, irracional, por el mero hecho de ser negros, muertes no resueltas cuyos autores quedaron impunes dejando en la sociedad un rastro fétido peor que el del vómito de Kayla en el coche. Pero también perviven los <b>fantasmas del «<i>antes</i>»</b>. Antes de que Given muriera, recuerda Leonie, eran una familia feliz, su madre le masajeaba el cuero cabelludo, su padre la enseñaba con amor las tareas de la granja, su hermano le guiñaba el ojo para que guardase un secreto. Antes de que Michael fuera a la cárcel, recuerda Jojo, Michael era papá y le llevaba a pescar, era su día de sólo chicos y su madre era mamá y le acariciaba la espalda para tranquilizarle, le abrazaba antes de dormirse, le cantaba canciones. Y también <b>los espectros del presente</b>: el racismo, el desempleo, la exclusión social, los prejuicios, la necesidad de pertenecer a algo o a alguien, las vías de escapatoria fácil...</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>A veces el mundo no te da lo que necesitas por más que te esfuerces en buscarlo. A veces se lo queda para él».</i></blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO_Qm1ajSLJpzxwoUqB7NB9dOnCwLLz-SG-64qWQSlVCSn0KR7i5v8C8PiQ3pOh6zEBddkHlDUhpI6XzC7a0xFCw-SbG-tx447gSE-cnD31BOnhwmkp_eTUgmxO9nJkpPSlGVcpotNtZQO/s1600/Jesmyn_Ward.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="407" data-original-width="604" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO_Qm1ajSLJpzxwoUqB7NB9dOnCwLLz-SG-64qWQSlVCSn0KR7i5v8C8PiQ3pOh6zEBddkHlDUhpI6XzC7a0xFCw-SbG-tx447gSE-cnD31BOnhwmkp_eTUgmxO9nJkpPSlGVcpotNtZQO/s320/Jesmyn_Ward.jpeg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jesmyn Ward</td></tr>
</tbody></table>
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<b>Jesmyn Ward </b>(Misisipi, 1977), <b>única ganadora en dos ocasiones del National Book Award</b> (la primera en el 2011 por «<i>Quedan los huesos</i>», editada por Siruela; la segunda por esta «<i>Canción</i>» en 2017) es una digna sucesora de la honestidad que <b>Maya Angelou</b> desplegó en «<i><a href="http://elmomentoderaquel.blogspot.com/2017/01/yo-se-por-que-canta-el-pajaro-enjaulado.html">Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado</a></i>». Comparte con <b>Toni Morrison</b> la ferocidad al denunciar el racismo y la determinación de hacerlo a través de historias crudas pero reales tales como «<i>Beloved</i>» o «<i>La noche de los niños</i>». Nos viene también a la mente esos paisajes sureños llenos de simbolismo con personajes que huyen y con otros que se quedan que tanto marcaron la escritura de <b>Carson McCullers, </b>especialmente en «<i><a href="http://elmomentoderaquel.blogspot.com/2017/02/la-balada-del-cafe-triste-carson.html">La balada del café triste</a></i>». Y leerla nos recuerda a <b>Flannery O´Connor</b> en la sensibilidad con que araña la superficie brillante de la realidad que acompaña de un lenguaje poético que remueve y abruma por su belleza trágica. <b>Sin duda, una gran historia que pone voz a unos fantasmas que siguen vivos, a un pasado heredado que arrastra sus cadenas y que se sirve de los vínculos familiares como vehículo para viajar a un trasunto social que muchas veces nos negamos a aceptar. Una historia que cuando acaba, nos acompaña, como esa canción pegadiza que no podemos quitarnos de la cabeza.</b></div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>8/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Sing, unburied, Sing</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>Francisco González López</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Sexto Piso (1ª edición, 2018)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>978-84-16677-91-7</span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: -webkit-standard; font-style: normal; font-variant-caps: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b style="font-weight: normal;">Precio</b><b style="font-weight: normal;">: </b>19,90€</span></div>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-70264141318697657362018-09-24T08:31:00.001+02:002018-09-24T08:31:34.567+02:00Una muerte muy dulce - Simone de Beauvoir<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0OB_nwFHwR8-DTmi1ivNiyfyC1ToXYGLLCO4ZwVajupLzacfDDKdEiaork9wYfHMpqekXglV7WMWQY-1zbDoTurQSUk2FLHgYdH_-VY7Xx-IeXJDiyhnfV3a9_7saURocgyBYJPVxu4Bl/s1600/IMG_1835.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0OB_nwFHwR8-DTmi1ivNiyfyC1ToXYGLLCO4ZwVajupLzacfDDKdEiaork9wYfHMpqekXglV7WMWQY-1zbDoTurQSUk2FLHgYdH_-VY7Xx-IeXJDiyhnfV3a9_7saURocgyBYJPVxu4Bl/s320/IMG_1835.jpg" width="240" /></a></div>
<b><br /></b>
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<b>Lo que más me ha gustado:</b> creo que es, sin duda, el libro más honesto, y eso que todos lo son, de los que llevo leído de sus Memorias. Aquí vemos a una Simone que no es filósofa, ni cronista, ni socióloga, ni investigadora. Aquí Simone es, simplemente, y no es poco, hija. A pesar de que se nota que su dolor está contenido como si fuese el agua de un embalse, éste desborda las compuertas y se percibe en cada línea, en cada reflexión, en la descripción de su madre, en sus recuerdos compartidos. Françoise de Beauvoir falleció en 1963. Simone escribió este libro en 1964, un año después. Su narración concisa no logra esconder la desolación. <b>Su carácter a veces reflexivo es la máscara tras la que se esconde el dolor, asumible desde la lógica, inabarcable desde la emoción.</b></div>
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<b>Lo que menos me ha gustado: </b>los que tenemos madres ya mayores no podemos evitar sentir la congoja y el aliento de la muerte casi fantasmal al leer este relato. Mi madre tiene cinco años menos que Françoise al morir. Recientemente he hablado con amigas sobre ese momento que llegará porque es ley de vida y nos consolamos hablando de que hemos disfrutado mucho de ellas, aunque nunca nos parecerá el suficiente, de que aunque hayamos pasado tiempo distanciadas, nunca nos hemos perdido de vista, de que estos últimos años nuestras madres están teniendo una vida plena. Pero nada será un consuelo cuando llegue el momento. <b>Eso he aprendido de Simone. A pesar de que sea esperada, la muerte de una madre nunca será aceptada; aunque sea conocida o natural, siempre será «<i>una violencia indebida</i>».</b></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Cuando desaparece un ser querido, amamos el pecado de existir con mil añoranzas desgarradoras. Su muerte nos desvela su singularidad única; se torna vasto como el mundo que su ausencia hace desaparecer para él, y que su presencia hacía existir en su totalidad».</i></blockquote>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZkVxSI0urPRGsHplRA6gp7TL1-sFTI-0IVA5JpDhH5v3d4ZDz1drWhnrULLUmt2Qr_C0IWBmpffolplnq7qycsRw9uqcRSxMV-1Yr1174BG3Fgvvgvdq8J8IoGEz_8CsNo8BU6loMmr23/s1600/22775386131.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="729" data-original-width="477" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZkVxSI0urPRGsHplRA6gp7TL1-sFTI-0IVA5JpDhH5v3d4ZDz1drWhnrULLUmt2Qr_C0IWBmpffolplnq7qycsRw9uqcRSxMV-1Yr1174BG3Fgvvgvdq8J8IoGEz_8CsNo8BU6loMmr23/s320/22775386131.jpg" width="209" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo primero que llama la atención sobre este libro respecto a los tres volúmenes anteriores de las memorias de Simone de Beauvoir (París, 1908-1986) es su brevedad.</b> Mientras que «<i>Memorias de una joven formal</i>», «<i>La plenitud de la vida</i>» y «<i>La fuerza de las cosas</i>» sobrepasan holgadamente las quinientas páginas, este librito no llega a las ciento veinte. <b>El segundo aspecto que destaca también en él es su tono sobrio y escueto</b>. Si en los volúmenes anteriores Simone nos acribillaba con nombres de personajes que vienen y van, títulos de las lecturas y películas que la acompañaron en esos años, ciudades que visita en su andar incansable, en «Una muerte muy dulce» se reduce a tres los personajes que aparecen: su madre Françoise, su hermana Hélène (a la que cariñosamente llama Poupette, muñeca en francés) y ella misma y a uno solo el escenario: la habitación 114 de un hospital. Y es que <b>Simone tuvo muy claro qué quería contar en este libro: la muerte de su madre, y a ello se limita.</b> Sin rodeos, sin artificios, con toda la crudeza de la realidad que nos cuenta, y es en esa templanza en la que se percibe lo doloroso que tuvo que ser para ella escribir este libro. </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>No existe muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia cuestiona al mundo. Todos los hombres son mortales: pero para todos los hombres la muerte es un accidente y, aun si la conoce y la acepta, es una violencia indebida».</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>El libro es tristísimo y, a pesar de que por el propio título conocemos de antemano el desenlace, no podemos evitar sentir la angustia que ella nos transmite desde las primeras páginas.</b> Todo comienza con una llamada que le informa de que su madre ha sufrido una caída. Lo que en un primer momento no parecía ser más que una sencilla rotura de fémur va derivando, tras la realización de varias pruebas, en un cáncer fatal. Simone nos narra las últimas semanas de vida de su madre en el hospital y la acompañamos por esos asépticos pasillos dirigiéndonos a la habitación 114, abrimos con ella la puerta sin saber muy bien qué vamos a encontrar cada mañana, si su madre estará lúcida o desorientada, clamando su pasión por la vida o rogando por una muerte rápida, con una nueva escara supurante o con un color de tez rejuvenecedor. Annie Ernaux en «<i>No he salido de mi noche</i>» relata también la muerte de su madre, enferma de Alzheimer, con esa misma mezcla de estupor al comprobar que esa mujer que está al otro lado del ascensor cuando se cierran las puertas no es ni de lejos la que ella recuerda como su madre, y de dolor profundo por <b>el paso inevitable del tiempo que conlleva ya pérdidas</b>. Simone intenta racionalizar lo que siente, se aferra a ese dogma de que la vida es así y que la madre, con setenta y siete años «ya tiene edad para morir», pero estos pensamientos, lejos de darle consuelo, la hunden aun más es la resignación desesperada de saber que no se puede hacer nada.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Como nunca se hace todo lo que se puede hacer, por nadie, nos queda todavía muchos reproches por hacernos. Estos últimos años sobre todo, nosotras éramos culpables, con respecto a mamá, de negligencias, de omisiones, de abstenciones. Nos pareció haberlas compensado con las jornadas que le dedicamos, con la paz que le daba nuestra presencia, con las victorias libradas contra el miedo y el dolor».</i></blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCxzL4we2xrH_UYR2Cmn-zcUTOGcoYCQw2dTCfAE0jBr27igjAn5W4vs0lwVj4T_x2FnnoVifOKY0IkB_n0J9sd99f7abeStiuVIutrahPEx2LHJ9Px-cyySaj9l3XW6Os-SBncz98Y8gk/s1600/tumblr_o0oppp0tsz1qk8tqwo1_500.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="636" data-original-width="462" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCxzL4we2xrH_UYR2Cmn-zcUTOGcoYCQw2dTCfAE0jBr27igjAn5W4vs0lwVj4T_x2FnnoVifOKY0IkB_n0J9sd99f7abeStiuVIutrahPEx2LHJ9Px-cyySaj9l3XW6Os-SBncz98Y8gk/s320/tumblr_o0oppp0tsz1qk8tqwo1_500.jpg" width="233" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Simone, Françoise y Poupette.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
En esos momentos, inevitablemente, Simone recuerda cómo era su madre cuando ella era niña. Esa infancia lleno de dulces momentos en los que a ella se le consentía todo, forjando así su carácter seguro y decidido, pero también la necesidad de la madre de acaparar a sus dos hijas con un ansia por amar y ser amada que se reforzó a medida que la relación con el marido se debilitaba y era cada vez más evidente que él le era infiel. La madre amorosa pero también posesiva que hubiera querido mantener a sus hijas «en la palma de la mano», la madre que disfrutó por primera vez en su vida de auténtica libertad cuando se quedó viuda y gritó a los cuatro vientos: «<i>He vivido demasiado para los demás. Ahora me voy a convertir en esas viejas egoístas que viven sólo para ellas mismas</i>», la madre a la que todo el mundo amaba porque era alegre, es hoy un cuerpo a cuya desnudez Simone comienza a acostumbrarse cada vez que le hacen las curas o la bañan y que sufre de forma terrible como consecuencia de la enfermedad. Su preocupación es darle todos los cuidados paliativos posibles que le permitan una muerte digna, sin alargar su agonía, sin operaciones innecesarias, sin falsas esperanzas de recuperación. Poupette y ella se vuelcan en cuidarla, se turnan, y ambas le leen y la hablan en esa habitación 114. <b>Es por ello, porque no murió sola y porque ambas tuvieron la oportunidad de reencontrarse con su madre en sus últimos momentos, por lo que Simone da la razón a una enfermera y coincide en que, en verdad, tuvo «<i>una muerte muy dulce</i>», con un reencuentro dejando atrás los reproches ya perdonados y con los silencios de lo que nunca será hablado:</b><br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>«Un día me dijo: "Los padres no comprenden a los hijos, pero es recíproco...". Hablamos de esos malos entendidos pero de un modo general. Y nunca volvimos a tocar el asunto».</i></blockquote>
</div>
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<b><br /></b></div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><u>Ficha técnica</u></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Puntuación: </b>10/10</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Título original:</span> </b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Une mort très douce</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Traducción: </b>María Elena Santillán</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Editorial: </b>Pocket Edhasa (2ª ed. 1979)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>ISBN: </b>84-350-0179-2</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><b>Precio: </b>3€ (comprado en librería de segunda mano)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
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Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-52002136237600742812018-09-19T09:07:00.000+02:002018-09-19T09:07:23.100+02:00Puñal de claveles - Carmen de Burgos «Colombine»<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4GvKsYn6zDxnl0o8nG23fZDJiSXvucNwr5pKgJ09BlSIbIj8yITVEa-EUsI0uT13-2wyQfU-b-i15yFsKxOVfAMunsfKHvixR-S2sDnX8YCJhAJNTYFSIf9gdZYn5Qd0jBRp7KKXqjEoV/s1600/IMG_1782.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4GvKsYn6zDxnl0o8nG23fZDJiSXvucNwr5pKgJ09BlSIbIj8yITVEa-EUsI0uT13-2wyQfU-b-i15yFsKxOVfAMunsfKHvixR-S2sDnX8YCJhAJNTYFSIf9gdZYn5Qd0jBRp7KKXqjEoV/s320/IMG_1782.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>No era raro en la comarca que un antiguo novio robase a la desposada en su boda, en el momento supremo de ir a perderla, y de que una boda preparada con alegría, terminase con sangre</i>». </blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoqwb91gjbzfrLmzLES09d7IEWT5ti1jxgOlNfwUq8GDgCI8ezNB6y75nJNWu3FKto6682CzcddY-XAmhfRPnUpU-1YLvBhfZCYIg2Jluuy9Z88JBOFNnEQCOdWo22Q1-awiZ3gjI9o7m9/s1600/1512263824_712147_1512264936_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="523" data-original-width="360" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoqwb91gjbzfrLmzLES09d7IEWT5ti1jxgOlNfwUq8GDgCI8ezNB6y75nJNWu3FKto6682CzcddY-XAmhfRPnUpU-1YLvBhfZCYIg2Jluuy9Z88JBOFNnEQCOdWo22Q1-awiZ3gjI9o7m9/s320/1512263824_712147_1512264936_noticia_normal.jpg" width="220" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Carmen de Burgos.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b>En 1928 un suceso recogido por la prensa de la época tuvo repercusión en todo el país: el crimen del Cortijo del Fraile.</b> La noche del 22 de julio, Francisca Cañadas, hija pequeña del encargado del Cortijo de dicho nombre, uno de los más ricos de toda Almería, se subió a lomos de una mula para huir con su primo Francisco Montes, su gran amor. Abandonaba así en plena víspera de boda a su prometido. Comienza entonces una persecución de los amantes que acabó en una tragedia de tal magnitud que el propio García Lorca, al leer la noticia en el periódico días después, exclamó a sus amigos: «<i>¡Leed esta noticia! Es un drama difícil de inventar</i>». Como ya habrán podido intuir, radica aquí el germen de esa gran obra de nuestra literatura que es «<i><b>Bodas de sangre</b></i>». <b>Pero no fue solo Lorca quien quedó conmocionado por esta noticia sino también una mujer adelantada a su época considerada la primera periodista de nuestro país: Carmen de Burgos.</b> Nacida en Rodalquilar, Almería, en 1867, es probable que se sintiese fuertemente identificada con Francisca Cañadas no sólo por ser paisanas sino por su mismo destino de mujer. Carmen de Burgos contrajo matrimonio muy joven, con dieciséis años, «como mandaba la época», con un hombre doce años mayor que ella del que se creía enamorada. Sin embargo, pronto descubrió que estaba atrapada. La atrapaba ese paisaje árido almeriense que la impelía a soñar con huir pero la atrapaba también un marido que la sometió a malos tratos mientras ella veía morir a tres de sus cuatro hijos. Harta de esta situación, Carmen cogió a su única hija y huyó a Madrid donde se sacó el título de maestra. En 1902 comienza sus primeras colaboraciones periodísticas y en 1905 obtuvo una beca para estudiar los sistemas de enseñanza de otros países. A su regreso retomó su actividad docente y periodística, empezando a especializarse en la reivindicación de los derechos de la mujer, consolidándose como una de las primeras figuras de nuestro feminismo. Comienza a rodearse de intelectuales en las tertulias, entra así en el grupo de la Generación del 98 y empiezan a conocerla por su pseudónimo, «Colombine», la de La Commedia dell´arte, primera formación profesional italiana del teatro. Fallece en Madrid en 1932 y la posterior llegada de la dictadura franquista borró de los libros de historia su nombre y su obra... hasta hoy. </div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Pura apareció en la puerta del solitario cortijo, puso la mano derecha como toldo a los ojos y tendió la vista a lo largo del camino, que se extendía zigzagueando entre los declives de las montañas</i>». </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Seguramente Pura se preguntaría qué habría al final de ese camino, a dónde llevaba. Igualmente es seguro que Colombine se lo preguntaría alguna vez al observar algún solitario camino de su Rodalquilar desierto, como también lo haría Francisca y muchas más mujeres encerradas en sus pueblos.<b> Leyendo la biografía de esta excepcional mujer no es difícil imaginar la impresión que el crimen del Cortijo del Fraile debió causarle</b>. Francisca Cañadas era ella, pudo haber sido ella, la joven hermosa, pretendida por los solteros de la zona, deseosa de libertad, a la que ese entorno le parecía desolador, cuyo silencio la ahogaba, pero presionada para no poder salir de allí y contraer un matrimonio que preservase su buen nombre y su posición social. Así, Colombine crea el personaje de <b>Pura</b>, de nombre limpio, reputación intachable, que accede casarse con un contrabandista, <b>Antonio el Peneque</b>, soltero empedernido, mayor que ella, que pone el mundo a sus pies. Ella se engaña soñando con «el lujo que va a desplegar en la boda, la envidia que iba a despertar», y sustituye la falta de atracción que él le suscita por el sentimiento de triunfo al haber conseguido que un hombre al que todas querían se haya fijado en ella. Le regala anillos, vestidos, sábanas, muebles. Le prepara el mejor ajuar de la zona, le promete un futuro en el que no le faltará de nada. Pero pronto Pura descubre que sí carecerá de dos cosas: de pasión y de libertad. </div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Su cautividad le impedía ya salir a la calle. Una mujer amonestada no se presentaba en ninguna parte ni salía de su casa.<br />Le pareció que los ojos de Antonio la miraban con expresión distinta, con algo de amo, de vencedor, como si la valuase y tomase posesión de su cuerpo. Experimentaba algo doloroso, algo de vergüenza</i>».</blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgzpA9JC8oS5eSVUwsejB2os_rF1wZzrZR4lCnOs9Nxke0_t1GNP24r_OqgC0PleConSJqYcSD-xOnU2SB9CNLRk7Aqup5dq7sjl6YFJpRhDJOfL0pZsgJ5FUkkX8vWzPoigF3_rbHkGH6/s1600/colombine_texto_06.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="260" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgzpA9JC8oS5eSVUwsejB2os_rF1wZzrZR4lCnOs9Nxke0_t1GNP24r_OqgC0PleConSJqYcSD-xOnU2SB9CNLRk7Aqup5dq7sjl6YFJpRhDJOfL0pZsgJ5FUkkX8vWzPoigF3_rbHkGH6/s320/colombine_texto_06.jpg" width="199" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cubierta de la primera edición.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b>Colombine se zambulle en la narrativa costumbrista para mostrarnos con un ritmo ágil y un lenguaje sencillo pero lleno de simbolismo cómo de estrictas eran las normas que regulaban todo lo relativo a la vida de la mujer, normas que, por supuesto, no se aplicaban a los hombres.</b> Esa doble vara de medir se constriñe aun más en ambientes tan conservadores como los de las pequeñas zonas rurales. Una vez alcanzada la adolescencia la vida de ella se reduce a la espera a que llegue el marido. Esas jóvenes recuerdan a las mujeres de <b>Natalia Ginzburg</b> que creen que con el matrimonio finalizará el aburrimiento de una vida cansada y monótona y por fin llegará la felicidad, la realización en la vida, todo lo que una mujer ha esperado y para lo que ha sido preparada. No se puede optar a nada más que eso. Todo es un revolotear de un encierro en la casa del padre a un futuro encierro en la casa del marido. Cuando Pura es amonestada por primera vez el círculo se constriñe. Ya no puede estar sola ni un solo momento, no puede ir a bailar a los pueblos, no puede salir de casa si no es con un pañuelo, toda la vida entorno a ella gira en un único objetivo: preservar su pureza. El prometido, él no. Él puede ir y venir, viajar o quedarse, salir, entrar, bailar, ir de farra e incluso echar alguna cana al aire. Su virtud no importa, es un hombre y <i>ya se sabe cómo son</i>.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Era una sensación fuerte y poderosa: la poseían los claveles, con el aroma que la penetraba como un puñal. Entonces pesaba en un hombre</i>».</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Pura percibe rápidamente la cárcel en la que ha aceptado entrar porque era el único destino que tenía su camino. Nunca ha podido llevar las riendas de su vida y con un marido menos aún. Dos guardianes ha tenido, <b>Antonia</b>, su madre, quien quiere a través de ella alcanzar sus sueños irrealidades de juventud y <b>Antonio,</b> el prometido, un hombre de largo recorrido que ansia poseer a la mujer más deseada. No es casualidad que Colombine pusiese a ambos el mismo nombre. <b>Y entonces aparece el ramo de claveles, fragante, revelador, hipnótico.</b> Claveles rojos pasión pero también rojos como la sangre, con un olor que despierta los sentidos pero que es lacerante como el tacto de un puñal. Colombine recrea con gran viveza la pasión que viven sus protagonistas, las miradas furtivas, los pensamientos escondidos, las dudas que asaltan, el desasosiego, el sinvivir. Un relato corto de gran intensidad que es un fresco maravilloso de una época y de unas circunstancias y un alegato a la libertad de elección o, al menos, al derecho de la mujer a escoger su propio destino sin que por ello tenga que pagar con su vida. <b>Ya era hora, sí, de que se recuperase a Colombine. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Ficha técnica:</b><br />
<b>Edición: </b>Descrito Ediciones (2ª edición, mayo 2018)<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Páginas</b>: 66</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>ISBN</b>: 978-84-945519-7-0</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Precio</b>: 11,95€</div>
<b style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><b>Calificación</b>: 9/10.</span></b></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-38941257986984741692018-09-17T15:45:00.001+02:002020-05-02T00:08:57.238+02:00La mujer habitada - Gioconda Belli<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPrYQTSwpnDAnGm55njk8Pl19xOZUfHnju8aWiDeQldwVqH3T0f3dkGL9IeBFPcGCYxlrrcj9rFIx-_ch9Hdg-tEh7WTD9ZuCyC9-qZ6QTBZcVMfeWlKicGZSkHcB_H31cB0bBVhnXiWvz/s1600/IMG_1795.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPrYQTSwpnDAnGm55njk8Pl19xOZUfHnju8aWiDeQldwVqH3T0f3dkGL9IeBFPcGCYxlrrcj9rFIx-_ch9Hdg-tEh7WTD9ZuCyC9-qZ6QTBZcVMfeWlKicGZSkHcB_H31cB0bBVhnXiWvz/s320/IMG_1795.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado:</b> la voz de Itzá, la indígena que luchó contra los invasores españoles. Su prosa es pura poesía atemporal. Nos habla de la identidad, del amor, de la vida. Ahonda en qué implicaba en su época ser mujer y cómo, a pesar del paso del tiempo, estas implicaciones no han cambiado tanto como deberían. Nos habla de maternidad, de libertad y de apego. De la ternura, de la lucha y de la sangre. Cada frase es una perla de sabiduría que nos permite deleitarnos con esa filosofía tan esencial como necesaria que nos reconcilia con nuestras raíces pero que también nos empuja a avanzar, a comprometernos con nuestros ideales hasta el final, de forma incansable porque, tarde o temprano, se podrá recoger lo que una vez se sembró.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado:</b> la narración de Lavinia, una joven que vive en los años ochenta, es menos poética que la Itzá y, dado que las comparaciones son odiosas pero inevitables, a ratos me ha resultado más repetitiva. Por ejemplo, insiste en numerosas ocasiones en cómo de pequeña se sintió abandonada por sus padres, más pendientes de escalar en sus estatus social y de disfrutar de su juventud que de cuidarla; o de cómo su mejor amiga, Sara, lleva la vida a la que ella también estaba predestinada, la cual le parece monótona y aburrida. Ambos temas son interesantes, sin duda, pero insistir tanto en ideas sin profundizar en ellas hace que el ritmo, en ocasiones, se estanque por momentos.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Nadie puede decir cuál habría sido nuestra historia si tanta tribu no hubiese sido aniquilada. Los españoles decían que debían civilizarnos, hacernos abandonar la barbarie. Pero ellos, con barbarie, nos dominaron, nos despoblaron.<br />¿Y de todo eso, qué de bueno quedó? Me pregunto.<br />Los hombres siguen huyendo. Hay gobernantes sanguinarios. Las carnes no dejan de ser desgarradas, se continúa guerreando.<br />Es lo único de nosotros que permaneció: la resistencia</i>».</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Una mujer despierta tras cientos de años dormida. Es un naranjo. Su sangre es la salvia y, gracias a la vida que renace en ella, el árbol, aun siendo época de frutos, comienza a florecer. Se encuentra en un patio amurallado que le recuerda a las construcciones de los españoles. ¿Dónde está? ¿Quién es ella? Poco a poco descubrimos su nombre, <b>Itzá</b>, su origen, una guerrera indígena que luchó hasta la muerte contra los conquistadores, y su historia, una historia de amor, de pasión, de ruptura con su propio género para poder incorporarse a la persecución de sus sueños, la defensa de su tierra, su religión, sus costumbres y su cultura aunque eso supusiera enfrentarse de forma incansable a esos españoles blancos con bastones de fuego que arrebató a su pueblo su razón de ser. También, poco a poco, descubriremos a la mujer que vive en esa casa del naranjo. Es <b>Lavinia</b>, una joven de familia acomodada que, tras su regreso de estudiar arquitectura en Europa, regresa a Fraguas (nombre que esconde inconfundiblemente a Managua, la capital nicaragüense) para retomar allí su vida, una vida en la que, al igual que Itzá, también rompe con todo, familia incluida, para asentarse como una mujer libre e independiente. Son los años ochenta y todavía está mal visto que una chica soltera de clase alta no viva con sus padres, que no aspire a casarse, que no vea en el hogar su lugar de futuro. Lavinia conoce a <b>Felipe</b>, un compañero de trabajo que milita en el Movimiento de Liberación Nacional pero que, a pesar de sus ideas avanzadas se resiste a que ella sea algo más que su oasis, «el reposo del guerrero». Lavinia duda sobre si unirse o no al movimiento, sobre si realmente la lucha armada es la vía posible, sobre si eso servirá o no para algo, sobre si lo mejor no sería seguir con su vida como si nada...</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>¡Ah! ¡Cómo duda! Su posición se lo permite. Piensa demasiado. Son tupidas las vendas sobre sus ojos. En nuestro tiempo, cuando llegó la guerra, muchas mujeres hubo que debieron despertar, reconocer la desventaja de haberse pasado tanto tiempo cultivando el ocio y la docilidad</i>».</blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhygld8KH16U5DP29EwE15eFsyleJIHRi63-GTfMIS1sGqVnZ17s00dwdHf1jSYLognAdaY7v1vFa3mv6LszUvqwN_yWlWqhigpZa8eqHPuAvLs7wV1kQzwsrK9U1OXAaJag7aImgfUziyM/s1600/1204249924_GBelli.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="401" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhygld8KH16U5DP29EwE15eFsyleJIHRi63-GTfMIS1sGqVnZ17s00dwdHf1jSYLognAdaY7v1vFa3mv6LszUvqwN_yWlWqhigpZa8eqHPuAvLs7wV1kQzwsrK9U1OXAaJag7aImgfUziyM/s320/1204249924_GBelli.jpg" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gioconda Belli</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<b>A medio camino entre el realismo mágico y la novela histórica, Gioconda Belli construye una historia bellísima pero también dura en la que con gran sensibilidad y realismo nos recrea dos épocas, la de la conquista de los españoles y la de la oposición del Movimiento de Liberación a la dictadura draconiana del «Gran General».</b> La propia Belli, nacida en Managua en 1948, no es sólo una poeta de reconocido prestigio premiada en innumerables ocasiones, sino que también conoció de primera mano la situación política de su país al militar activamente en el Frente Sandinista de Liberación Nacional que finalmente derrocaría a Anastasio Somoza y que la obligó a exiliarse a México y Costa Rica. Belli nos hace viajar en el tiempo a un pasado en el que los invasores españoles arrebatan el futuro a los indígenas, imponiéndoles por la fuerza todo un nuevo orden social y lo alterna con el relato de una dictadura que hace lo mismo en pleno siglo XX. Casi cinco siglos han pasado desde entonces pero la situación parece ser la misma: la crueldad del fuerte frente al intento de rebelarse del débil, la injusticia como hilo conductor de la historia de la humanidad, la desigualdad como una lacra de la que es difícil deshacerse. </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Muchos asuntos me son incomprensibles, debido al tiempo que ha recorrido el mundo. Pero hay cantidad de relaciones inmutables; lo primario sigue siendo esencialmente semejante. Comprendo sin temor a equivocarme, la paz y el desapego, el amor y la inquietud, el anhelo y la incertidumbre, la vitalidad y la pesadumbre, la fe y la desconfianza, la pasión y el instinto. Comprendo el calor y el frío, la humedad y lo áspero, lo superficial y lo profundo, el sueño y el insomnio, el hambre y la saciedad, el acurruco y el desamparo</i>».</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El tiempo ha pasado pero no parece que las cosas hayan realmente cambiado. Lavinia está rodeada de mujeres y, a través de ellas, Belli aprovecha para reivindicar la desigualdad de género, los prejuicios sociales, los micro y macro machismos y la necesidad de que el feminismo sigan trabajando activamente. Está <b>Sara</b>, la mejor amiga de Lavinia que vive la vida que le habría tocado vivir a Lucrecia y que encarna la perfecta ama de casa intentando justificar ese rol como el espacio propio de muchas mujeres, el «reino de atrás»; está <b>Flor</b>, una enfermera firme y decidida que será la puerta de entrada de Lavinia en el Movimiento de Liberación y en la lucha armada, representando a esas mujeres que no se conforman con lo que la sociedad espera de ellas y que abandonan la dicotomía casarse o no casarse, tener hijos o no tener hijos por otra: «<i><b>Patria libre o morir</b></i>»; está <b>Lucrecia</b>, la asistenta de hogar, una chica de clase muy humilde que representa esa realidad que Lavinia desconocía, que pasaba ante sus ojos sin prestarla atención, y que sufre la desigualdad, la injusticia y la tiranía en toda su tragedia; y está también, aunque no lo sepa, la voz de <b>Itzá</b>, que cual gota de rocío le inspira, le susurra, le aconseja a través de sueños, de ráfagas de viento, del hervor de la sangre. </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
«<i>Ella le respondió ciando un soneto de Vinicius de Moras, el poeta y músico brasileño, sobre el amor: "que no sea inmortal puesto que es llama, pero que sea eterno mientras dure", defendiendo la belleza del instante, de vivir el presente</i>». </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Gracias a ellas Lavinia se va construyendo como persona y su personaje crece incansablemente, con sus dudas, sus inseguridades, sus avances y sus retrocesos, a través de todo el libro. Radica aquí <b>uno de los grandes logros de Belli</b>: la construcción de sus personajes tan llenos de vida, con contradicciones tan humanas, que salen de las páginas para permanecer en nuestro imaginario literario. <b>En definitiva, una lectura apasionante, a caballo entre la novela de amor y de aventuras, entre la novela histórica y el activismo político, que por su carácter trascendental hace que sea una obra entretenida al mismo tiempo que conciencia y moviliza. Maravillosa.</b></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-72000783007728352362018-09-10T15:24:00.000+02:002018-09-13T12:49:16.985+02:00Agua verde, cielo verde - Mavis Gallant<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivIUj63QzP-7JQH4v8vzpz8tZXinLFU563yu7OzgpQZV4SswlS7OWLF6_nzvkaz0nH2KdtRMxvTY_jd_VKU1aiQ9AhefK3f2ldUWaXZn6uPxTRoC8K1qMVrwDdeMRmAjp-B5hm_1T1b2IY/s1600/IMG_1750.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivIUj63QzP-7JQH4v8vzpz8tZXinLFU563yu7OzgpQZV4SswlS7OWLF6_nzvkaz0nH2KdtRMxvTY_jd_VKU1aiQ9AhefK3f2ldUWaXZn6uPxTRoC8K1qMVrwDdeMRmAjp-B5hm_1T1b2IY/s320/IMG_1750.jpg" width="240" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Lo que más me ha gustado:</b> La original forma en la que esta escritora canadiense (en la que Alice Munro reconoce una de sus grandes inspiraciones) nos presenta a sus personajes. Así, nos acerca por primera vez a ese tándem siamés de madre e hija que son Bonnie y Florence a través de los ojos de un niño de siete años que acaba de descubrir que sus padres le han engañado y dejado con su tía y prima, respectivamente, para poder disfrutar ellos de un día libre. Este hecho que él recordará toda su vida como un «abandono traumático» será el punto de partida que nos coloca en situación ante lo que nos vamos a encontrar después.<br />
<br />
<b>Lo que menos me ha gustado:</b> El estilo de Mavis Gallant es complicado en un primer momento por los saltos en el tiempo y por las ensoñaciones y contradicciones de sus personajes. Sin embargo, una vez que nos damos cuenta de que no estamos ante la típica novela lineal sino ante un conjunto de situaciones paradigmáticas que nos van a dar la clave de qué ocurre en la mente de sus personajes y por qué actúan como lo hacen, no podemos dejar de sorprendernos ante el increíble dominio narrativo de Gallant. Comparada con Chéjov, admirada vehementemente por Munro, es una autora imprescindible.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Todos, no sé por qué, nos vengamos de alguien. Si tú eres tan mala con tu madre como ella dice que eres es porque te estás vengando de ella. Pero ten presente, Florence, que tu madre podría darse la vuelta y decir "Sí, pero mira a mis padres", y ellos podrían hacer y decir lo mismo. Comprenderás, pues, lo inútil que resulta repartir culpas</i>.» (Pág. 107)</blockquote>
La madre sueña que su hija es una sirena con una cola fea, como la de una carpa, un auténtico lastre que la impide caminar, sin ser consciente de que esa cola simboliza a la propia madre que la ha amputado y no la deja avanzar. La hija sueña con ser un pez y nadar, adentrarse en el mar y perderse en él pero ella es incapaz de ni siquiera mojarse los pies en la orilla por lo que comienza a nadar en el mar de su mente hasta que pierde la cordura. La madre se arrepiente de haber sido sacrificado su matrimonio por una aventura sin importancia, ¡ni siquiera estaba enamorada de él! y por ello se centra en su hija, se promete a sí misma no volver a fijarse en ningún hombre y así supedita su libertad a una dedicación maternal. La hija es apartada de sus raíces, sacada de su adorado Estados Unidos, de su adorado padre, de su adorado pony, de sus adoradas telarañas con gotas de rocío al amanecer, de su luz y sus colores brillantes y es arrastrada por su madre a una vida de nómada por Europa atravesando escenarios engañosamente idílicos... La madre cree que su obligación es cuidar de su hija pero realmente es ella la que necesita ser cuidada; la hija cree que su obligación es cuidar de su madre, de hecho se prometió que nunca «<i>volvería a hacer nada, nunca. me encargaré de que siempre esté conmigo</i>», pero realmente es ella la que necesita ser salvada. Encadenadas una a la otra. La madre sueña con un pasado en el que fue hermosa y deseada, admirada y venerada al que nunca podrá volver. La hija da muestras de tener «<i>una grieta en el cerebro</i>» que se agranda con el tiempo hasta convertirse en un foso. La madre culpa a su hija de no haber podido rehacer su vida; la hija culpa a la madre de haberle hecho desgraciada en la vida. Pero una no puede vivir sin la otra en un ejemplo paradigmático de relación tóxica. <b>No hay salida y este es uno de los aspectos más desesperantes de la narración de Mavis Gallant: la insistencia en que no hay esperanza y que las limitaciones del ser humano son insalvables y trágicas. </b><br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Aquella<b> </b>cercanía acabó convirtiéndose en una trampa, y ahora ambas pensaban: "De no ser por ti, mi vida habría sido diferente. Ojalá hubieras salido de mi vida en el momento oportuno</i>». (Pág. 74)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Todo en Mavis Gallant (Montreal, 1922 - París, 2014) es oscuro y a la vez brillante. Oscuro por la profundidad con la que excava en el análisis de la situación mental de cada personaje en cada momento. Brillante por la gran destreza narrativa que despliega, su original forma de usar el lenguaje, su riqueza estilística y una forma única de presentar a los personajes. <b>La narración transcurre en tres lugares aparentemente idílicos</b>: Venecia, con sus aguas estancadas en las que flotan melones y naranjas y basuras varias, donde todo es verde, tanto el cielo como el mar); Cannes con esa superficialidad estridente, ese dejarse ver, los hombres para ser alguien importante, las mujeres para encontrar marido en unas playas tediosas y unos restaurantes llenos de arena; París con esos colores grises y apagados, ese ruido estridente y ese mes de agosto en el que el vacío rellena las calles porque todos sus habitantes, o han muerto, o se han ido fuera (¿en cuántos libros el autor se atreve a dar una imagen tan deprimente y tan alejada de romanticismo de una ciudad tan glamurosa como París?). </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Tuvo la sensación pasajera de que el pasado y el presente se fundían; una deshilachada y manida corazonada de que lo mejor está fuera de nuestro alcance, o aún por llegar</i>». (Pág. 50)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo importante en Mavis no es la evolución de sus personajes ni siquiera el argumento. <b>Para Mavis, y aquí radica una de las claves de su original voz narrativa, lo importante es captar un momento, extenderlo en la narración y con él describir la totalidad de la vida y de la personalidad de los personajes. Como si desplegase un abanico</b>, con un estilo lleno de recursos metafóricos de gran riqueza y con un lenguaje original, nos muestra cómo esa escena se desarrolla y cómo los personajes se mueven en ella sin renunciar a un sentido del humor, a veces histrónico y ácido, a veces ingenuo, a veces cínico e incluso cruel que pone en relieve los recovecos más recónditos del ser humano como esa escena en la que Bonnie sonríe feliz al ver que su odiado yerno, quien presume de amar a las personas y de no importarle el ruido, es situado en el rincón de la mesa por el que todo el mundo pasa tropezando con su silla, gritando ruidosamente, mientras él se esfuerza, resignado y paciente, por mantener la compostura.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Quien carece de un país emocional puede considerar a otra persona su casa</i>» (Pág. 138)</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEiXAiHVhY8DbEnBAtrAqCBZtnqeeCh1LqiovsKwMh49yKDePAei8rsiV6nA4LbwPutiNNSOOGH8y2KugEggrXZl-_5d_ko0dt5wbDb6HyypNfcRrQABV9T-q2FDs2IfzTHWlpwaII33S5/s1600/Alfredo+Di+Molli+Courtesy+Mavis+Gallant.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="885" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEiXAiHVhY8DbEnBAtrAqCBZtnqeeCh1LqiovsKwMh49yKDePAei8rsiV6nA4LbwPutiNNSOOGH8y2KugEggrXZl-_5d_ko0dt5wbDb6HyypNfcRrQABV9T-q2FDs2IfzTHWlpwaII33S5/s320/Alfredo+Di+Molli+Courtesy+Mavis+Gallant.jpg" width="236" /></a></div>
<b>A poco que ahondemos en la vida de la propia Mavis encontramos que ese desarraigo, ese exilio, tiene su raíz en su propia historia vital.</b> Desde los cuatro años fue educada en internados y, cuando su padre murió cuando ella tenía sólo diez, su madre se casó inmediatamente después trasladándose a Estados Unidos con su segundo marido. Sin embargo, Mavis tardaría años en enterarse de que su padre había fallecido y mientras recorría un internado tras otro (hasta un total de diecisiete) nunca dejaba de esperar que éste acudiese a rescatarla. Jamás perdonó a su madre ese abandono, llegando incluso a decir que ella «t<i>uvo una madre que no debió tener hijos jamás</i>» y tampoco logró superar la muerte de su padre. Tras contraer un breve matrimonio nunca más volvió a casarse ni a tener hijos, situaciones que consideraba incompatibles con su libertad y su pasión por escribir. Tras la buena acogida que tuvieron sus relatos publicados en The New Yorker se dedicó a viajar por Europa buscando un lugar en el que instalarse y poder dedicarse en exclusiva a la escritura, ese lugar fue precisamente París. Mavis era una mujer viajera y extrovertida, una gran observadora de la mente humana como puede verse en pasajes como esa caída en la locura de Florence que va contando al detalle tras encerrarse sola en su apartamento y que resulta realmente claustrofóbica y angustiosa. Los personajes de Gallant toman vida propia, se convierten en seres de carne y hueso que sobresalen de las páginas para que les escuchemos, les admiremos y les consolemos. <b>Un maravilloso descubrimiento. </b><br />
<br />
<b>Título original: </b>Green Water, Green Sky<br />
<b>Edición: </b>Impedimenta (1ª Ed. mayo 2018)<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Traducción: </b>Miguel Ros González</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Páginas</b>: 187</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>ISBN</b>: 978-84-17115-56-2</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Precio</b>: 18,00</div>
<b style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><b>Calificación</b>: 8/10.</span></b></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-92138354182477245882018-09-07T13:53:00.002+02:002018-09-07T13:53:52.824+02:00Nadie me dijo - Hollie McNish<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOJ5kZN9tQ3VVwXVUcyZlsY30GsKV7kSG7nVEyy-uCmbQaDyBv_MNLbbGOjBkVSYxcrkAqncR2hccyF5bny8cgVTCrIgDDJK5gyNpw03bi3HhG29Fhw2j1msVsPPDIp65lRX-L-wQOINld/s1600/IMG_1505.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOJ5kZN9tQ3VVwXVUcyZlsY30GsKV7kSG7nVEyy-uCmbQaDyBv_MNLbbGOjBkVSYxcrkAqncR2hccyF5bny8cgVTCrIgDDJK5gyNpw03bi3HhG29Fhw2j1msVsPPDIp65lRX-L-wQOINld/s320/IMG_1505.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que más me ha gustado:</b> la honestidad con la que está escrito este libro. Porque si hay una palabra que define a la Holie McNish que se vislumbra a través de sus páginas es la de <b>auténtica</b>. Auténtica porque habla sin ningún tipo de pudor de todos aquellos temas que la preocuparon desde que se enteró de su embarazo hasta los tres años de vida de Pequeña. Auténtica porque rompe tabúes que aun imperan en nuestra sociedad sobre el deseo sexual durante el embarazo y el postparto, la implicación de la pareja en la crianza, la compatibilización de maternidad y trabajo, el cansancio, los cánones físicos, la pérdida de identidad como mujer de la madre y así un largo etcétera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Lo que menos me ha gustado:</b> reconozco que en un primer momento me chocó el estilo poético de esta autora, sobre todo al saber que había ganado con esta obra el premio de Poesía Ted Hughes 2016 pues más que poesía me parecía prosa cortada. Quizá porque la poesía es un estilo al que no me acerco todo lo que me gustaría; quizá porque aun sigo teniendo esa visión un poco clasista de la misma como algo difícil y enrevesado, lleno de imágenes recargadas y retorcidas, con ritmos cuidados y rimas exquisitas, y al encontrarme con estos poemas tan sencillos que parecían más canciones de hiphop o rap, torrentes de palabras más que otra cosa, me quedé un poco sorprendida. Sin embargo, esta estupefacción me duró poco. A las veinte páginas ya estaba deseando encontrarme con otro poema suyo para subrayar y recitar en voz alta... (he visto algunos de sus videos en Youtube y, la verdad, ahí ganan, y mucho).</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Nadie me dijo que no podías usar papel higiénico<br />Nadie me dijo que podías sangrar<br />Nadie me dijo que tal vez necesitarías un lugar secreto<br />desde el que poder gritar.</i>»</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Hay libros sobre los cuales es difícil hablar sin encadenar su historia con la nuestra. <b>Libros escritos desde dentro de las entrañas que cuando salen fuera despliegan sus tentáculos y nos atrapan entre sus líneas</b>, como si estuviesen hablando de nosotras mismas, como si nos estuviesen leyendo el pensamiento, y, lo que es aun más emocionante, como si hubiesen mirado por un agujerito en la pared cómo hemos sido nosotras o cómo seguimos siendo. Si en muchos libros se confunde autora con protagonista (este no es el caso pues el libro es claramente autobiográfico), en «<i>Nadie me dijo</i>» la confusión va mucho más allá y afecta a autora y lectora. Ay, si hubiese leído este libro cuando estaba embarazada, o cuando regresé a casa del hospital y ya no éramos dos sino tres, o cuando un día, harta de esconderme, en un ejercicio que para mi fue todo un acto de valentía, decidí dar el pecho a mi hijo en un restaurante para así yo también poder comer, o cuando me miraba en el espejo y esa supuesta felicidad que todo el mundo decía ver en mí se convertía en ojeras, cara de cansancio o un cuerpo que no reconocía aún como mío. Si lo hubiese leído entonces... pero lo he leído ahora y nunca es tarde porque puedo recomendarlo a mis futuras amigas embarazadas y, y esto me encanta, porque con él he recordado unas emociones que aun perviven en mí y he sacado de su escondite otras que había dejado de lado.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Estaba despierta mientras ella dormía. Despierta. Doy el pecho.</i><i>Me quedé dormida mientras ella comía. Despierta. Doy el pecho.</i><i>Me desperté como me dijiste. Despierta. Doy el pecho.</i><i>Ha terminado. Ha sonreído. Nuestros ojos se han cruzado.</i><i>Despierta. Doy el pecho. Es una bendición estar a tu lado.</i>» [Poema: Tripi]</blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3e1WIblUm9pnNJWkXiE0OX2FHi4Suuhw2yCXAefwrUoUC1MBd8Lfi54AxP2QhJYBVEzl3Hf0qnqw4KJpgHD8gHqz8_EAgJAV68oMVsUomUkrNhJqB3jBcTZwCzD_Bgx4RCptInQWpdN9a/s1600/SHOT_04_067_bw-1-Square-edit.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3e1WIblUm9pnNJWkXiE0OX2FHi4Suuhw2yCXAefwrUoUC1MBd8Lfi54AxP2QhJYBVEzl3Hf0qnqw4KJpgHD8gHqz8_EAgJAV68oMVsUomUkrNhJqB3jBcTZwCzD_Bgx4RCptInQWpdN9a/s320/SHOT_04_067_bw-1-Square-edit.jpeg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hollie McNish</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
No hay nada más bello (y necesario) que sentirse acompañada en la vida y, para quienes amamos la literatura, encontrar libros-compañía es todo un regalo. Si en su momento, cuando lo leí hace escasos tres meses, <b>«<i>Nudo materno</i>» de Jane Lazarre</b> (quien no lo haya leído ya y le interesen las #MaternidadesLit o los feminismos en general que lo lea porque es toda una #joyita) fue un libro que me marcó porque con él puse palabras a muchos pensamientos, con «<i>Nadie me dijo</i>» me ha sucedido algo parecido. Siguiendo una línea cronológica, el relato va alternando entradas del diario con poemas escritos en esos pequeños ratos que la Pequeña le dejaba entregarse a sí misma: en trayecto de metro, en el cuarto de baño, a los pies de su cuna, en un parque; a las tres de la tarde, a las diez de la noche, a la cuatro de la madrugada... y precisamente esa espontaneidad que en un primer momento puede descolocarnos es lo que hace que conectemos más rápidamente con ella y con nosotras mismas con ojeras, con pechos chorreando de leche, con abdómenes flácidos; con el miedo de si seremos buenas madres, de si lo estaremos haciendo bien, de si hemos hecho lo correcto embarcándonos en ese viaje, de cómo es posible amar tanto a alguien y al mismo tiempo echar de menos la libertad de la que disponíamos antes. </div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Desde que he tenido una hija me siento como una niña pequeña<br />me desespero por agarrar una mano que me acompañe<br />busco la ayuda de mi madre, un abrazo extra<br />que alguien me diga que lo estoy haciendo bien<br />aunque no tenga ni idea de lo que hago, joder.</i>» [Poema: Niña]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La misma ambivalencia de emociones que Jane Lazarre teje en su «<i>Nudo materno</i>» es aquí desentrañada en discursos que alternan lágrimas y risas, emoción y arrepentimiento, añoranza y esperanza, miedo y felicidad. Hollie McNish aprovecha también para lanzar muchos mensajes a favor de vivir la maternidad con libertad alejándose de un gran número de presiones sociales que, en un momento de gran vulnerabilidad como es el de ser madre por primera vez, se lanzan contra las mujeres: lactancia versus biberón, mercantilismo versus intuición materna (el poema que dedica a la famosa compañía Johnson&Johnson es genial), estereotipos según el género (azul o rosa) versus desaparición de etiquetas, búsqueda de la perfección (cocina perfecta, ropa perfecta, cuerpo perfecto) versus aceptación de cada madre y de cada momento. Un sin fin de temas ante los que Hollie McNish con un estilo sencillo pero una mirada compleja nos lanza un mensaje de amor a su Pequeña al mismo tiempo que critica esa idealización de la maternidad por la que «Nadie le dijo» muchas cosas.</div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Nadie habla de esto<br />Susurran sobre ello<br />Con las antorchas del tabú<br />tropezamos con ello<br />Nunca leí sobre ello<br />y leo un montón</i>» [Poema: Pechos]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>Ella nos habla de esto, se sincera y nos lo recuerda y leerla es maravilloso.</b> Con un sentido del humor a veces ácido y otras vibrante se desplaza por la montaña rusa de emociones que suele representar la maternidad, en esa lucha por buscar el equilibrio entre identidad propia y cuidados, por seguir siendo mujer además de hija, madre, amante, amiga y profesional y, en definitiva, por adaptar nuestra vida a una nueva persona, algo que resulta un poquito más fácil si tienes a una pareja que también se involucra o unas abuelas que te permiten disfrutar de un par de horas para hacer reencontrarte contigo misma (maravilloso el poema a las abuelas y cómo el amor entre ellas y los nietos aun no han inspirado canciones románticas), pero que incluso así no deja de ser un período de transición con sus momentos luminosos y sus lágrimas a escondidas. </div>
<blockquote class="tr_bq">
«<i>Porque ver cómo te alejas es una agonía<br />Un pasito más cada día<br />Mis ojos y mi mente no pueden parar<br />Pendietes de cada paso que vas a dar<br />Para agarrarte si te vas a caer<br />Para que no te alejes y no puedas volver<br />Ahora el tiempo corre demasiado</i>» [Poema: Es duro estar lejos de ti]</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Precisamente el libro acaba con Hollie recogiendo a su Pequeña de su primer día del cole. Hoy mismo, en unas horas, yo estaré haciendo lo mismo y me acordaré de ella y de aquellas de mis amigas que están en la misma situación. Se nota que me ha encantado, ¿verdad? Absolutamente recomendable por todo lo que cuenta y también por cómo lo cuenta, <b>con esos pies en la tierra, aferrándose a las pequeñas cosas banales del día a día que tan desapercibidas pasan, sobre todo si no duermes del tirón, poniéndonos frente situaciones domésticas en las que es imposible no reconocerse</b> y preguntarse, si ya se ha pasado por ello: ¿qué hice yo en ese momento?, ¿cómo viví yo esa etapa?, ¿lo volvería a hacer igual? y todo con ese lenguaje desenfadado que lo hace tan cercano sin perder su trascendencia e importancia. Si además es en una edición tan cuidada como la de Ediciones Dalloway, con esa portada tan bonita, esa edición impecable y esa traducción tan esmerada... ¿qué más se puede pedir? Bueno, por pedir... yo pediría una segunda parte. La obra acaba con Pequeña teniendo tres años y acudiendo el primer día al cole y me he quedado con ganas de saber más de ellas... mucho más. </div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-49390684801244525602018-07-27T15:08:00.000+02:002018-07-27T15:08:20.492+02:00Claus y Lucas - Agota Kristof <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBE2i9ZOkP5cpOaqitV3tBncWyVG2-6d21pPBbV_UFYjfa9LlyTRQZALVBm_xXwKq2JklfaAtVLMaIAdzU053zem-m2DmbwY6IkI9JQyVeULDoTCYq1wwKw4DJzgKxZH3V_w1g6nmva0ya/s1600/IMG_0056.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1374" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBE2i9ZOkP5cpOaqitV3tBncWyVG2-6d21pPBbV_UFYjfa9LlyTRQZALVBm_xXwKq2JklfaAtVLMaIAdzU053zem-m2DmbwY6IkI9JQyVeULDoTCYq1wwKw4DJzgKxZH3V_w1g6nmva0ya/s320/IMG_0056.JPG" style="cursor: move;" width="273" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Traducción: </b>Ana Herrera Ferrer / Roser Berdagué Costa</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Páginas</b>: 444</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>ISBN</b>: 978-84-7669-710-8</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Precio</b>: Préstamos en biblioteca municipal (desde aquí una llamada para que lo reediten, por favor)</div>
<b style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><b>Calificación</b>: 8/10.</span></b><br />
<b style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></b>
<b style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Lo que más me ha gustado</span></b><span lang="ES" style="font-family: inherit;">: una historia contada por <b>dos niños de la guerra</b>,
hermanos gemelos, recién llegados a casa de la abuela materna cuya existencia
desconocían, tras estallar la Segunda Guerra Mundial y que les llama hijos de
perra, es una gran manera de atrapar a quien, por casualidad o con
premeditación, se atreve a leer sus primeras líneas. De ahí ya es imposible
soltarlo. Aconsejo leer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La analfabeta </i><span style="mso-bidi-font-style: normal;">(por si os apetece echarle un vistazo podéis leer la reseña que hice de esa #joyita <a href="http://elmomentoderaquel.blogspot.com.es/2017/12/la-analfabeta-agota-kristof.html">aquí</a>)</span>,
obra autobiográfica de Agota Kristof, menos dura aunque igual de sensible,
antes de lanzarse a este pedazo de obra brutal, impactante e inolvidable.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;"><b>Lo que menos me ha gustado: </b>los tres libros que se recogen en este volumen titulado <i>Claus y Lucas</i> fueron publicados como historias independientes. De ahí que al leerlos del tirón resulten a veces demasiado obvios y repetitivos. Mientras que el primer volumen <i>El Gran </i></span></span></span><i>Cuaderno </i>me deslumbró por ese estilo incisivo y directo con el que se narró <i>La analfabeta</i>, en los otros dos el impacto se atenúa. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #cccccc;">Decimos:<br />—¡Queridos míos! ¡Mis amorcitos! Yo os quiero... No os abandonaré nunca... Sólo os querré a vosotros... Siempre... Sois mi vida...<br />Y a fuerza de repetirlas, las palabras van perdiendo poco a poco su significado, y el dolor que llevan consigo se atenúa.</i>» (Pág. 25)</blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJFDvcOJTXE4fgBtEuFztsPGmTNuQ59PhvBVFGpuzPGYmWKAv-OX1kHBBGHE7jb9tuKasFARgA4ZMEDNAzyYvix7diWVVIMY2LmNaFmgnQ0cP4IfZyu2iLJlH7Treg0ZrT0VXYICti_D9W/s1600/Agota+Kristof+por+Monique+Jacot+%2528detail%2529+Getty.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="374" data-original-width="392" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJFDvcOJTXE4fgBtEuFztsPGmTNuQ59PhvBVFGpuzPGYmWKAv-OX1kHBBGHE7jb9tuKasFARgA4ZMEDNAzyYvix7diWVVIMY2LmNaFmgnQ0cP4IfZyu2iLJlH7Treg0ZrT0VXYICti_D9W/s320/Agota+Kristof+por+Monique+Jacot+%2528detail%2529+Getty.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Agota Kristof. </td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Agota Kristof (Hungría, 1935- Suiza, 2011) fue una niña traviesa que gastaba a su hermano pequeño bromas
diciéndole que realmente era adoptado y que leía, leía todo cuanto caía bajo
sus ojos, como una enfermedad. Su padre presumía de que su niña con cuatro años
era una lectora talentosa y ella disfrutaba recogiendo del suelo cuanto papel
impreso encontraba para descifrar el mensaje misterioso. Pero estalló la
Segunda Guerra Mundial y el mundo se derrumbó. El padre fue movilizado, la
madre no pudo hacerse cargo de sus hijos y tuvo que repartirlos entre varios
lugares, dejando a Agota en un orfanato. Ahí comienza las
pesadillas, el frío, los sabañones, el hambre, las carencias afectivas, <b>la
SOLEDAD con mayúsculas.</b> La guerra acaba pero la situación no mejora. Agota se
casa, tiene una hija, y con su niñita recién nacida en brazos la familia
abandona clandestinamente el país y se refugia en Suiza. En el cantón francés.
Agota no habla francés. Se convierte en una analfabeta. Estas pinceladas de su
biografía las narra la propia autora en su librito escrito en 2004, cuando ya
era una autora consagrada, de apenas setenta páginas llamado así precisamente, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La analfabeta</i>.</span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">«<i style="background-color: #cccccc;">Nuestro padre está caído junto a la segunda barrera. </i></span></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;"><i style="background-color: #cccccc;">Sí, hay un medio de atravesar la frontera: hacer pasar a alguien delante de uno.</i>» (Pág. 158)</span></span></blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Bajo el título «Claus y Lucas» se recogen tres libros escritos por Agota
Kristof en tres momentos distintos: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
gran cuaderno</i> (1987, primera novela de esta autora), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La prueba </i>(1988) y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Tercera
mentira </i>(1991), novela que obtuvo el Prix du Livre Inter en 1992. En cada
uno de ellos, Agota hace un despliegue de riqueza narrativa al contar la historia
de los dos hermanos gemelos, Claus y Lucas, siguiendo un estilo diferenciado y
único, hasta el punto de que parece que estuviésemos leyendo tres obras
escritas por tres autoras diferentes con un único hilo conductor como intersección.
<b>Esta diferencia en la voz narrativa resulta tan evidente que por ello es
inevitable que, para quienes lo leemos, haya un libro que destaque por encima
de los demás, el favorito, el inolvidable. En mi caso es, sin duda alguna, el
primero, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El gran cuaderno, </i><span style="mso-bidi-font-style: normal;">en el cual cada capítulo acaba con un ¡oh! y con reflexiones tan agudas como esta:</span></b></span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-bidi-font-style: normal;">«<i style="background-color: #cccccc;">La mujer dice:</i></span></span></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-bidi-font-style: normal;"><i style="background-color: #cccccc;">—¿Que no hemos visto nada? ¡Imbécil! Nosotras hacemos todo el trabajo, tenemos todas las preocupaciones: alimentar a los niños, cuidar a los heridos... Vosotros, una vez acaba la guerra, sois todos unos héroes. Muertos: héroes. Supervivientes: héroes. Mutilados: héroes. Y por eso habéis inventado la guerra vosotros, los hombres. Es vuestra guerra. Vosotros la habéis querido; ¡hacedla pues, héroes de mierda!</i>» (Pág. 91)</span></span></span></blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLvOMjoqdjm9HTUSYFKs8KPKM_N1KAz04IvFQvNnleEu8JG6uoRHbhclypmntpWJrkvshPGfvypZtHYMiOy0BzJBMuVFOa_UZ_RTNL-S5m2BcjlqJMnK4IFQXL007eyAXefuzmNSQSSxL_/s1600/V4OkN2h.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="384" data-original-width="229" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLvOMjoqdjm9HTUSYFKs8KPKM_N1KAz04IvFQvNnleEu8JG6uoRHbhclypmntpWJrkvshPGfvypZtHYMiOy0BzJBMuVFOa_UZ_RTNL-S5m2BcjlqJMnK4IFQXL007eyAXefuzmNSQSSxL_/s320/V4OkN2h.jpg" width="190" /></a></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Quienes ya conozcan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Analfabeta</i>
reconocerán en esa primera obra el mismo estilo de Agota: capítulos cortos, de
apenas dos páginas cada uno, que con pinceladas sutiles logran componer
auténticos escenarios teatrales que sientan al lector en la butaca dispuesto a
disfrutar de microhistorias narradas de forma compacta, sin lenguaje accesorio,
sin adornos barrocos, directas al grano. Frases simples, que en muchos casos se
componen de una estructura básica de sujeto-verbo-predicado, nos introducen en
la mente de los dos niños gemelos, pues son ellos quienes escriben ese gran
cuaderno contando, como si fuesen periodistas al igual que su padre, la verdad
y nada más que la verdad. <b>Sin sentimientos, tomando distancia de los hechos, no
dejándose llevar por emociones ni consideraciones subjetivas. La verdad. Nada
más que la verdad.</b><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #cccccc;">Para decidir si algo está "bien" o "mal" tenemos una regla muy sencilla: la redacción debe ser verdadera. Debemos escribir lo que es, lo que vemos, lo que oímos, lo que hacemos.</i>» (Pág. 31)</blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">No emocionarse, sin embargo, ante ese relato frío y distante, es imposible.
La trascendencia de lo que escriben en su <i>gran cuaderno </i>esos dos niños rubios, tan guapos, tan
despiertos, tan inteligentes, a quienes quisiéramos adoptar, abrazar, salvar de
ese entorno de guerra, es tan envolvente, que les creemos a pies juntillas
mientras observamos con admiración su capacidad sobrehumana y madura de
resiliencia, con <i><b>sus trabajos en el huerto, su formación autodidacta, sus ejercicios de endurecimientos del espíritu, de mendicidad, de ceguera y sordera, del ayuno...</b></i> No solo encuentran la forma los dos, al alimón, de sobrevivir a
las circunstancias que les acaecen sino que también logran prever la forma de
afrontar aquellas que saben que les van a acaecer. Desde las primeras líneas,
cuando les vemos caminar desde la estación de tren hasta la casa de la abuela, cargados
con una pequeña maleta, cada uno a un lado de su madre, ésta con los ojos rojos,
intuimos que vamos a leer una historia turbia. Y así es. La madre se ve obligada
a abandonarles en casa de la abuela porque no puede hacerse cargo de ellos. En
la ciudad pasan hambre. El padre ha sido movilizado y está en el frente. La
abuela accede a regañadientes a hacerse cargo de ellos aunque no sabía ni que
existían. Les llama hijos de perra.</span></span><br />
«<span style="background-color: #cccccc;"><i>—Estoy obligado a creer.</i></span><br />
<span style="background-color: #cccccc;"><i>—Pero, en lo más profundo de ti mismo, ¿qué piensas?</i></span><br />
<span style="background-color: #cccccc;"><i>—No pienso. No puedo permitirme ese lujo. Llevo el miedo en mi interior desde la infancia.</i></span>» (Pág. 233)</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">La forma en la que esos dos hermanos logran sobrevivir en ese pueblo
fronterizo es heroica. Acabamos el primer libro deshechos, aplastados por
dentro pero al mismo tiempo agarrándonos a que si esos críos lograron salir
adelante sin amor pero con valores el mundo sigue mereciendo la pena. No
estaban solos. Se tenían el uno al otro. Todo podía superarse. También habían escrito un libro, <i>un gran cuaderno...</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #cccccc;">(...) todo ser humano ha nacido para escribir un libro, y sólo para eso. Un libro genial o un libro mediocre, poco importa, pero el que no escriba nada es un ser perdido, no ha hecho más que pasar por la tierra sin dejar huella alguna</i>». (Pág. 244)</blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Pero entonces llega el segundo libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
prueba</i>, y todo se derrumba. Agota cambia de estilo a través de una narración más madura, con construcciones más largas, diálogos
elaborados y distintos personajes, cada uno más fascinante que el anterior: Clara, Victor y su historia del vecino insomne, con algo que aportar a esa
narración. <b>Toca deshacer el puzzle y rehacerlo porque las piezas no encajan.
Con lo orgullosos que nos sentíamos de esos dos críos ahora resulta que nada
era lo que parecía. Agota nos ha engañado. Agota nos ha puesto a prueba.</b> Tras
la magistral obra maestra que, en mi opinión, constituye el primer libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El gran cuaderno</i>, con esa simpleza
compleja y esos hermanos que se funden para ser uno solo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La prueba </i>me resultó más aburrida por su ritmo lento y porque Agota
comete un pequeño fallo: explicar demasiado las cosas, tanto que a veces se
repite. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #cccccc;">—El dolor disminuye, los recuerdos se difuminan.<br />El insomne levanta los ojos hacia Lucas:<br />—Disminuyen, se difuminan, es he dicho, sí, pero no desaparecen.</i>» (Pág. 254)</blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Pasamos las páginas y llegamos al tercer libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La tercera mentira</i>. Definitivamente, <b>Agota nos ha mentido. Pero no
se enfaden. Todo tiene un por qué y merece la pena.</b> La narración recupera nivel
y aunque sigue en el mismo estilo elaborado del segundo libro, recobra la
frescura del primero. Los
recuerdos se difuminan, los nombres se mezclan, y de ahí la necesidad de
repetir, de recordar y de reiterar, aunque cause dolor. Debemos preguntarnos: <b>¿Qué es verdad y qué es mentira? ¿Cómo nos protegemos de aquello que nos duele? </b><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #cccccc;">—Llueve, como siempre. Lluvia una y fría, cae sobre las casas, sobre los árboles, sobre las tumbas. Cuando "ellos" vienen a verme, la lluvia chorrea por sus rostros destrozados. "Ellos" me miran y el frío se hace más intenso. Mis muros ya no me protegen. Nunca me han protegido. Su solidez no es más que una ilusión, su blancura está mancillada</i>.» (Pág. 304)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_qKYnZse-_cyNcsgIYm3Kf4pNSY8ywGP974Sdh4OC2rMBTZGUiHgpNnV1BSuioQcbiSKBnO3MeDSEyquRUZoVGIz3ObmMBWKlO9BiENycVE_p7_E9vASpBd1Zu9Vl8xWb-Q89z68F8yBF/s1600/71Op0djizrL.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="974" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_qKYnZse-_cyNcsgIYm3Kf4pNSY8ywGP974Sdh4OC2rMBTZGUiHgpNnV1BSuioQcbiSKBnO3MeDSEyquRUZoVGIz3ObmMBWKlO9BiENycVE_p7_E9vASpBd1Zu9Vl8xWb-Q89z68F8yBF/s320/71Op0djizrL.jpg" width="194" /></a></div>
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<!--StartFragment-->
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;"><b>La historia es brutal. Durísima. Especialmente en el
primer libro donde ese contraste continente infantil-contenido bestial perfora
las entrañas.</b> En los otros dos libros ahondamos más en la psicología de los
personajes, en historias que cuentan y que no sabemos si pasaron realmente o
no, si les sucedió a los críos o se limitaron a ponerlas en boca de otros
personajes, si lo vivió Agota en su carne o si fueron pesadillas imaginadas…
Dudas, preguntas, mentiras… Pues conociendo esas pinceladas biográficas que
comentábamos al principio, contadas por la propia Agota, es inevitable
preguntarnos si ella necesitaba contar esta historia y engañarse a sí misma
haciéndose creer que las cosas habían pasado de otra manera. Si lo hizo para
curarse, literatura como medicina. O si lo hizo porque eran historias que ella
misma se inventó en esas interminables horas solitarias en el orfanato o durante
ese trabajo monótono en la fábrica suiza para lograr sobrevivir. <b>Sea como
fuere, está claro que Agota tenía que contar esta historia y que esta historia
tiene que ser leída. </b></span></span><!--EndFragment--><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit; font-size: small;">«<i style="background-color: #cccccc;">La historia se hace insoportable por su misma verdad y entonces me veo obligado a modificarla. Le digo que intento contar mi historia pero no puedo, no tengo valor, me hace mucho daño. </i></span><i style="background-color: #cccccc;">Entonces</i><span style="font-family: inherit; font-size: small;"><i style="background-color: #cccccc;"> lo embellezco todo y describo las cosas no como sucedieron sino como yo querría que hubieran sucedido.</i>» (Pág. 317)</span></span></span></blockquote>
</div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-34078126282332170352018-07-07T20:55:00.000+02:002020-05-02T00:08:57.181+02:00Diario de un ama de casa desquiciada - Sue Kaufman<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhRuSNX2nmjbBphSsiU1ddQ-Se731GhKVaokJaD5n1MuJRtlfpEjIaE-8Yr84imokoce_6vyd8Xe3YrPI2NQXwfY5f-vJFDyd6PJTMAV90LQ0Dk5AoQ374kPh451T5oqwmeb9fAWSoh5Zi/s1600/IMG_1163.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1516" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhRuSNX2nmjbBphSsiU1ddQ-Se731GhKVaokJaD5n1MuJRtlfpEjIaE-8Yr84imokoce_6vyd8Xe3YrPI2NQXwfY5f-vJFDyd6PJTMAV90LQ0Dk5AoQ374kPh451T5oqwmeb9fAWSoh5Zi/s320/IMG_1163.JPG" width="303" /></a></div>
<br />
<b>Lo que más me ha gustado:</b> Tina Balser, la protagonista de esta novela, es una auténtica «mujer desesperada» que al mismo tiempo que se queja de la presión diaria a la que está sometida, no solo por su marido sino por ella misma y por esa sensación de estar continuamente en deuda con él, pues es él quién «la mantiene», lanza también un dedo acusador contra la alta sociedad neoyorquina dominada por la hipocresía, la superficialidad de las relaciones, la imposibilidad de crear vínculos auténticos de amistad o sororidad, la rigidez de las clases sociales (ni siquiera con la asistenta de hogar a la que ve más que a su propio marido puede sincerarse) y el consumismo más brutal.<br />
<br />
<b>Lo que menos me ha gustado: </b>Si bien me ha recordado al «<i><b>El devorador de calabazas</b></i>» (escrito por la inigualable Penelope Mortimer en 1962) por su sentido del humor ácido y descarnado a medio camino entre las lágrimas y la risa de desahogo lo cierto es que carece, en mi opinión, de esa patina literaria que Mortimer sí sabe manejar al crear microescenas inolvidables llenas de significado y al hacer que las imágenes y metáforas creen una atmósfera envolvente para quien la lee. Esto me plantea un duda: <b>¿Porqué muchas mujeres al hablar de la tragedia que supone para ellas el día a día recurren a la ironía y al sarcasmo, al reírse de sí mismas y de lo demás?</b> ¿Es porque en el fondo no se toman en serio sus propias preocupaciones por aquello de haber oído tan a menudo que son unas histéricas, unas caprichosas, unas inmaduras y que deben estar agradecidas a sus maridos, a esa vida que llevan privilegiada? Ahí lo dejo.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #ead1dc;">Un hombre totalmente masculino que tiene clarísimo cuál es el papel de la mujer en el matrimonio (...) Ya sabes, ¿no?, lo del macho dominante y enérgico y la mujer sumisa. El cabeza de familia que tiene derecho a esperar que su obediente esposa siga todas sus órdenes... Le encantará. </i>» </blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiITozUm8h7R3d68otNqJ_pdu-Xrn8ISLV65RL7iyEB_pCCmmFub-i-R95wkSw3kiuhe-7fkCqy46Q2LdjYkEi-NPZPKvr4K7Eq1lmG_k59ywdB1C_wMzla3oYMiNleuRW-75dVDsTVoxa7/s1600/AUTHOR_Sue-Kaufman.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="296" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiITozUm8h7R3d68otNqJ_pdu-Xrn8ISLV65RL7iyEB_pCCmmFub-i-R95wkSw3kiuhe-7fkCqy46Q2LdjYkEi-NPZPKvr4K7Eq1lmG_k59ywdB1C_wMzla3oYMiNleuRW-75dVDsTVoxa7/s320/AUTHOR_Sue-Kaufman.jpg" width="241" /></a></div>
Sue Kaufman (EEUU, 1926-1977) es una de esas escritoras desconocidas en nuestro país de cuya vida privada poco se sabe. Colaboradora de prestigiosas publicaciones como <i>The Paris Review</i>, alcanzó un gran éxito con la publicación de este libro en 1967, del cual se hizo incluso una versión cinematográfica en 1970. Casada con un dentista, surge siempre la duda, usual al leer este tipo de obras de carácter intimista, de hasta qué punto lo que ella cuenta está inspirado en su propia vida real o es pura ficción. Como si de un apéndice de la obra puntera del feminismo estadounidense se tratase, Sue Kaufman pone nombre y ejemplos concretos de ese «malestar que no tiene nombre» que <b>Betty Friedan</b> exploró en «<b>Mística de la feminidad</b>» [Ed. Cátedra. 1963] y es que, si algo distingue esta novela de otras de temática similar son dos características propias: la primera, su redacción a modo de entradas en un diario de la problemática de una mujer que se ve absorbida por las obligaciones domésticas hasta el punto de olvidarse de si misma; la segunda, ese apuntalamiento de la cotidianidad que echa por tierra esa creencia tan difundida, especialmente por los hombres de familia, de que las mujeres en la casa no hacen nada (todo aquel trabajo que no genere un beneficio económico no se ve, no se valora, no es trabajo). </div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #ead1dc;">Siempre me han gustado las personas brillantes y talentosas y divertidas, y siempre las he tratado de tú a tú, pero ya no soy un "yo", soy un "nosotros"</i>». (Pág. 54)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
La autora, a través de la protagonista, Tina Balser, nos sumerge en un ritmo frenético de tareas de limpieza, compromisos sociales, cuidado de las niñas enfermas, compras de todo tipo, preparación de comidas, viajes en taxi y autobús de acá para allá que <b>nos desmitifica esa vida del ama de casa distendida, relajada y ociosa y que en su lugar se ve dominada por lo que ella llama «Esta Cosa» que absorbe su identidad propia y la diluye en la de ama de casa-madre-esposa.</b> Y no es para menos. Tina Balser fue una vez una joven que soñaba con ser pintora; una joven que fue acusada de ser rebelde y que lejos de buscar la estabilidad sentimental temprana aspiraba a ser independiente, libre, creativa. Un colapso nervioso sufrido en la universidad la llevó a iniciar terapia con un psiquiatra que la «ayudó» a descubrir qué necesitaba realmente. No es difícil imaginar qué era eso que necesitaba, ya saben, un marido, una casa, unas hijas, un hogar que la permitiese reconciliarse con su madre ludópata y su padre ausente, plasmar en su propia vida aquello de lo que careció en su infancia. La aparición de Jonathan, un ambicioso abogado con una prometedora carrera política fue providencia, la persona oportuna en el momento exacto. Ya pueden imaginar qué viene a continuación. Nacimiento antes de tiempo de la primera hija, llegada de la segunda, mejora económica, ascenso en la escala social neoyorquina y pistoletazo de salida para que Jonathan estuviera cada vez más tiempo fuera de casa ganando el pan (gourmet, por supuesto) para su familia, escondido detrás de papeles, inversiones teatrales, reuniones, fiestas, trajes de doscientos euros y ciento veinte corbatas, «<i><b>¿Estás ahí, Jonathan? Si es así, sal. Por favor. Sal, sal estés donde estés</b></i>», mientras que Tina, la que una vez soñó con ser pintora, se ve cada vez más encerrada entre unos horarios claustrofóbicos repletos de encargos y de mil ojos siempre pendientes de los demás y ninguno para cuidar de ella misma.<br />
<blockquote class="tr_bq">
«<i style="background-color: #ead1dc;">Es curioso cómo las parejas casadas pueden vivir en un estado de tregua armada y, sin embargo, para salvar las apariencias, seguir comportándose con el decir y la cortesía de los personajes de una comedia de salón</i>». (Pág. 237)</blockquote>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Z9ve1Iy4CJ-Y2dXbGwY77L0omtDVUrs_kVr6vwIKAZlrUksJmjtittlPhSi2FZDDAimwD1swUFFYCAD5ee_PNC917v_LFwC2K-y7FmlDxFEq6EGztdpsFsa2unvUYpkljTP88hVsrhej/s1600/61c7c24b5a244f6918d1c75438e16798.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="771" data-original-width="500" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Z9ve1Iy4CJ-Y2dXbGwY77L0omtDVUrs_kVr6vwIKAZlrUksJmjtittlPhSi2FZDDAimwD1swUFFYCAD5ee_PNC917v_LFwC2K-y7FmlDxFEq6EGztdpsFsa2unvUYpkljTP88hVsrhej/s320/61c7c24b5a244f6918d1c75438e16798.jpg" width="207" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Anuncio de los años cincuenta.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Una novela de lectura fluida, con ratos de ritmo frenético paralelos a ese estrés de tareas inabarcables y acompañados de los sudores fríos, los temblores de manos y los ataques de ansiedad y pánico que de forma recurrente sufre Tina. La pobre Tina, la frágil Tina que sufre agorafobia, ignofobia, entomofobia, acrofobia y cuanta fobia sea imaginable; <b>la histérica Tina, la vulnerable Tina, es, sin embargo, la que tira de esa familia,</b> la que les cuida cuando los virus de la gripe les ataque, la que les guarda la ropa de invierno y coloca en los armarios la de verano, la que cocina e intenta que sus platos sean deliciosos para que ellos los disfruten, la que se encarga de que la casa esté bonita, limpia, encerada, resplandeciente; la que llama al médico, al dentista, a la tienda de abastos, al limpiacristales; la que tiene que esconderse bajo llave en su habitación, extraer de debajo del montón de combinaciones su cuaderno para escribir a escondidas sus «<i><b>informes</b></i>» como llama a esas entradas en el diario en un intento de darles la misma seriedad y contundencia que los trabajos (remunerados, reconocidos y valorados) de su marido. <b>Es Tina, la sensible, la que al final resuelve todo, la que sostiene a todos, de la misma forma que también lo hace la señora Armitage en «el devorador de calabazas» de Mortimer</b> o las millones de mujeres que atrapadas en un destino que le prometieron feliz se encuentran como esa cucaracha de una de las escenas finales del libro, atrapada en el reloj (carísimo y lujosísimo, de diseño) de la cocina a punto de ser decapitada por la aguja del segundero. <b>Cómo no acordarse aquí de la protagonista de una de las grandes obras maestras de Clarice Lispector, «<i>La pasión según GH</i>» [Ed. Siruela. 1964] en la que la cucaracha también aparece de forma reveladora.</b></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="text-align: start;">«<i style="background-color: #ead1dc;">Mientras estoy allí, tumbada, intentado respirar y relajar las manos, y preguntándome qué es lo que me ha despertado, me asaltan los sentimientos de culpa y la vergüenza, un sentido de culpa y una vergüenza sin razón de ser, lo cual, claro, es lo peor</i>». (Pág. 80)</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<b>Culpa, vergüenza, exceso de perfeccionismo, sentimiento de inferioridad... es Sue Kaufman una narradora de lo cotidiano que describe a la perfección la presión a la que la mujer se ve sometida cuando depende económica y emocionalmente de un marido, y que si quiere que su marido no se divorcie de ella debe «<i>bailar al son que él tocara</i>».</b> Esa dependencia económica es el terreno perfecto para que él abone y recoja sus exigencias, las de que ella vaya siempre vestida y peinada <i>comme il faut, como un ser humano, le repite varias veces;</i><b style="font-style: italic;"> </b>que ella se encargue de educar a las niñas, pelearse con ellas, meterlas en la cama, crearles un hogar seguro; que sea ella también la que le atienda, comida de calidad y moderna en la mesa, camisa planchada, maleta de viaje hecha; la que esté siempre de buen humor para recibirle con una sonrisa y los abrazos abiertos, prohibido quejarse; y, por supuesto, la que esté siempre a su plena disposición para satisfacer sus apetitos sexuales cuando a él le venga bien y que deja claros cada vez que pronuncia esa frase que ella tanto teme con su tono jovial y distendido, como quien pide la hora, de forma que no parezca una <b>orden</b> aunque realmente lo sea: «<i><b>Eh, Teen, ¿qué te parece si nos damos un pequeño revolcón?</b></i>». En definitiva, una novela que aparentemente es de agradable lectura, a pesar de su final con ciertos toques naïve, ideal para las tardes de verano, pero que esconde un trasfondo trágico que nunca debemos olvidar aunque, a veces, gracias al espíritu luchador y pragmático de la narradora, se nos olvide. </div>
<br />
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Título original: </b>Diary of a Mad Housewife<i></i><br />
<b>Traducción: </b>Milena Busquets<br />
<b>Edición</b>: Libros del Asteroide (5ª edición. 2013)</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Páginas</b>: 330</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>ISBN</b>: 978-84-92663-18-7</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Precio</b>: 21,90€</div>
<b style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Calificación</b><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">: 8/10</span>Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-13510799930922895812018-07-03T09:44:00.000+02:002018-07-03T09:44:41.227+02:00El papel pintado amarillo - Charlotte Perkins Gilman<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTWx0ZejDsj-6W_GNbebefQvljlMYxD8KZkDR8GfkJ6kViZ2LMOhXwLdkFDXNlR_EzjvCuNmtfAfWhWBKOK-a_cw4VA9AtvL-A2DhDhkU7RVXErgMX8j7max7wERFh_CiTPSWx0-Okql-Q/s1600/9788497169103.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="253" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTWx0ZejDsj-6W_GNbebefQvljlMYxD8KZkDR8GfkJ6kViZ2LMOhXwLdkFDXNlR_EzjvCuNmtfAfWhWBKOK-a_cw4VA9AtvL-A2DhDhkU7RVXErgMX8j7max7wERFh_CiTPSWx0-Okql-Q/s320/9788497169103.jpg" width="205" /></a></div>
<br />
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Título original: </b>The Yellow Wallpaper<i></i><br />
<b>Traducción: </b>María Tabuyo y Agustín López<br />
<b>Edición</b>: José J. de Olañeta, Editor (1ª edición. 2014)</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Páginas</b>: 93</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>ISBN</b>: 978-84-9716-910-3</div>
<div style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px; text-align: justify;">
<b>Precio</b>: 9,90€</div>
<b style="color: #333333; font-family: arial, tahoma, helvetica, freesans, sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Calificación</b><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">: 10/10</span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><span style="background-color: white;">«</span><i style="background-color: #ffe599;">John es médico, y tal vez, tal vez, ésa sea una de las razones de que yo no mejore con más rapidez.</i></span></div>
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><i style="background-color: #ffe599;">¡NI siquiera cree que esté enferma! Y ¿qué puedo yo hacer ante eso?</i><span style="background-color: white;">» (Pág. 32)</span></span></div>
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">
</span></blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZZIs11NB221T2IPC5S_H_09y9k1jzQqGtfsuOMeL97vZUu1ck76aWLnH4t8QUrDRRC5piuXX0bpKJacACMk6DL5YFFvgNEv7BeLfHkLJkkXmub8fJqigCyC6fWSXLpmNnNf-t2GYAawdz/s1600/6efcc72bf5d42995929f6299cb4ebcd6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="188" data-original-width="564" height="106" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZZIs11NB221T2IPC5S_H_09y9k1jzQqGtfsuOMeL97vZUu1ck76aWLnH4t8QUrDRRC5piuXX0bpKJacACMk6DL5YFFvgNEv7BeLfHkLJkkXmub8fJqigCyC6fWSXLpmNnNf-t2GYAawdz/s320/6efcc72bf5d42995929f6299cb4ebcd6.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Vivo encerrada en una habitación. En parte porque mi marido, John, que es médico y especialista en estos temas y, por tanto, debe saber más que yo, me ha recomendado reposo absoluto, apartarme de cualquier actividad intelectual o física que me inestabilice, centrarme en descansar, dormir y recuperar fuerzas; en parte también porque nos hemos venido a esta casa unos meses a pasar las vacaciones y ni tengo amistades en la zona ni puedo invitar a nadie a que me visite porque John, ese gran especialista de reputado prestigio, repito, me dice que pueden desestabilizar mi frágil estado de ánimo. Estoy aislada. La niñera cuida de mi bebé. <b>El desánimo es mi única compañía... El desánimo y este papel amarillo de las paredes de la habitación que parece mandarme un mensaje.</b> Se mueve, vibra, adquiere vida propia. Debo interpretar qué me dice. Debo encontrar un patrón que explique ese estampado desafinado, esa repetición de caras de mujeres, pájaros y bulbos que no parecen tener ni ton ni son. A primera hora de la mañana son una cosa, a mediodía otra y al atardecer algo totalmente diferente. Pero el peor momento es por la noche, cuando hay cuerpos de mujeres que parecen salir de entre esos galimatías para intentar tocarme, atraparme, hablándome en susurros. No las entiendo, pero las entenderé...</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><span style="background-color: white;">«</span><i style="background-color: #ffe599;">Es muy desalentador no tener ningún consejo, ni recibir el apoyo de nadie en mi trabajo (...) ¡Cómo me gustaría poder mejor más deprisa!</i><span style="background-color: white;">» (Pág. 45)</span></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">He decidido contar la sinopsis de este pequeño libro de apenas 70 páginas en primera persona porque no puede hacerse de otra manera. La forma en la que la Charlotte nos habla a través de esta mujer es tan directa e intensa que, o te sientes identificada con ella, te cubres con su chal y observas ese papel amarillo a través de sus ojos, o entonces detestas este relato y tienes que abandonarlo. No hay término medio. <b>No voy a engañarles: su lectura no es fácil.</b> La sensación de angustia que me invadió durante su lectura aumentaba en una proporción alarmante con cada giro de página (ahora entiendo por qué es tan corto; si hubiera sido de una extensión mayor me temo que tendría que haberlo dejado a medias). Para la protagonista, la causa de su asfixia es un papel amarillo, un papel cuyos dibujos se convierte en barrotes reflejo de las convenciones sociales que la aprisionan; un papel que contiene caras de mujeres que la observan, algunas la juzgan, otras la entienden, y que reflejan esos ojos de la sociedad que la hacían sentir mala madre, mala esposa, mala mujer; un papel del que se desprenden run run de sonidos como las voces de esos hombres que le dicen que va a mejor, que todo saldrá bien, que tiene que relajarse y poner de su parte; un papel del que se desprenden a rastras cuerpos de mujeres que reptan por el suelo y que proyectan el estado mental y físico de la propia protagonista. Unas personas escuchan voces, otras ven fantasmas; esta mujer proyectó su vida, sus emociones, sus miedos, su soledad, en ese terrible papel amarillo.</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><span style="background-color: white;">«</span><i style="background-color: #ffe599;">¡Este papel me mira como si supiera la nefasta influencia que ejerce sobre mí!</i><span style="background-color: white;">» (Pág. 45)</span></span></blockquote>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASqmMnliW2xB12D1bObx4CmQn7aw1jhCZ7Pev3NQ_XvyA5K4rwBE19ZExaYK5N5mDF-o5yh0kViqX_giGunnFnVp2JqZYMGPdKPCMl3fwhEXFJEVEQCsQkLD4H7v_mBo5_H__mhQcipog/s1600/o-CHARLOTTE-PERKINS-GILMAN-facebook.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1600" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjASqmMnliW2xB12D1bObx4CmQn7aw1jhCZ7Pev3NQ_XvyA5K4rwBE19ZExaYK5N5mDF-o5yh0kViqX_giGunnFnVp2JqZYMGPdKPCMl3fwhEXFJEVEQCsQkLD4H7v_mBo5_H__mhQcipog/s320/o-CHARLOTTE-PERKINS-GILMAN-facebook.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Charlotte Perkins. </td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Charlotte_Perkins_Gilman">Charlotte Perkins (1860-1935)</a>, una mujer con una vida interesantísima que invito a conocer, insistió en que este relato no estaba basado en su propia experiencia pues si bien ella sufrió depresión post parto cuando dio a luz a su primera hija Katharine en 1885 no llegó al grado de gravedad que muestra la protagonista de este relato. Y si no llegó a esa locura fue porque, precisamente, Charlotte Perkins, que era una mujer de armas tomar adelantada a su tiempo, no se sometió a esa terapia de descanso absoluto que el prestigioso neurólogo Silas Weir Mitchell de Philadelphia le recomendó. Todo lo contrario, <b>viendo que esta terapia la estaba hundiendo en lo que ella misma llama «<i>el límite mismo de la más absoluta ruina mental que se pueda imaginar</i>», hizo acopio de los restos de inteligencia que le quedaban y con ayuda de una amiga comenzó de nuevo a trabajar,</b> a escribir, a involucrarse en el activismo social. </span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><span style="background-color: white;">«</span><i style="background-color: #ffe599;">Todas esas cabezas estranguladas, esos ojos bulbosos,y esos hongos que proliferan y se agitan, ¡chillan burlándose de mí!</i><span style="background-color: white;">» (Pág. 82) </span></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><b>Cuando este libro se publicó en 1892 el revuelo social fue tremendo, como se pueden imaginar. </b>No solo porque Charlotte se atrevía a hablar por primera vez de un problema que no existía </span><span style="background-color: white;"><span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif;"><span style="font-size: 14.850000381469727px;">(la <b>depresión post parto </b>era un síndrome que en aquella época no estaba diagnosticado y sus síntomas se blandían como una prueba del carácter impresionable y débil de las mujeres) y se silenciaba, sino que además <b>animaba a otras mujeres</b> a identificar sus síntomas y a luchar contra ellos haciendo precisamente lo contrario de lo que se les ordenaba hacer, a saber, pensar, en lugar de reposar, actuar, en lugar de tumbarse, escribir, trabajar y vivir, en lugar de enclaustrarse. Por lo tanto, <b>estamos ante una de las primeras novelas feministas de la literatura, escrita por una de las primeras luchadoras a favor de los derechos de la mujer.</b> Por un importante sector de opinión de la época se consideró que este texto podía empujar a la locura a las mujeres que la leyesen. Nada más lejos de la realidad. Tras su publicación, muchas mujeres confesaron que leerlo las salvó de la demencia incipiente que las amenazaba y así mismo, el texto ha sido considerado en el mundo de la psiquiatría como un magnífico fresco de la génesis de la enfermedad mental. </span></span></span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif;"><span style="font-size: 14.850000381469727px;"><span style="background-color: white;">«</span><i style="background-color: #ffe599;">El texto no fue escrito con la intención de volver loco a nadie, sino de evitar que ciertas personas fueran llevadas a la locura. Y funcionó</i><span style="background-color: white;">» (Pág. 93. Apéndice de Charlotte Perkins sobre «Por qué escribí </span><i style="background-color: white;">El papel pintado amarillo.»</i><span style="background-color: white;">)</span></span></span></blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHuglIC2mhcz6iZmOD6V4PlRvNmXxFbKBqMlca9o_hvkLdRuaXuPIRmoug0gGMmI-JiXGW0aNN0eym-bxU8GiCielGDF2DjZfuS8Q9y0G5BR61cuhjmekfmgKzQI6jPkSVts7rJjjhEbo5/s1600/wallpaper.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="550" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHuglIC2mhcz6iZmOD6V4PlRvNmXxFbKBqMlca9o_hvkLdRuaXuPIRmoug0gGMmI-JiXGW0aNN0eym-bxU8GiCielGDF2DjZfuS8Q9y0G5BR61cuhjmekfmgKzQI6jPkSVts7rJjjhEbo5/s200/wallpaper.jpg" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;">Si cuando reseñé <a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com.es/2017/09/las-retrasadas-jeanne-benameur.html">Las Retrasadas</a>, otro librito de apenas setenta páginas también, decía que Jeanne Benameur nos enseñaba que menos es más, respecto a <i>El papel pintado amarillo</i> debo repetirme. <b>En pocas páginas se tocan con profundidad temas como el sobreproteccionismo de la época de los hombres hacia las mujeres, su paternalismo y condescendencia, la frustración al no cumplirse las expectativas previstas tras ser madre, la soledad, el traspaso de la fina línea que separa locura de cordura, y un largo etcétera existencia.</b> Y de nuevo AVISO: cuidado con los pequeños libros, los cortos relatos, aquellos que en pocas páginas son capaces de condensar capítulos enteros, pues a veces dejan una huella en nuestras vidas tan imborrables como ese papel amarillo adherido con pegamento durante décadas a una vieja pared. </span></div>
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.850000381469727px;"><br /></span>Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-792393772122350729.post-10241268407096869702018-07-02T10:59:00.000+02:002018-07-02T11:09:54.470+02:00Lecturas de junio<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKmj6dIl_kVAJXXRJ9gnI6eP8xLA_7kZFSLPDH2C-rPpFm3e7Hl9Yl1_KKBUdue9Is7YLRiFD0Vqf9lMA5H2YGSDfFPk_FWtuQ0cvNNShXQCfV8Prvhk-uyYutASFS7rAXwpQ5YB8qTwMD/s1600/IMG_1132-1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKmj6dIl_kVAJXXRJ9gnI6eP8xLA_7kZFSLPDH2C-rPpFm3e7Hl9Yl1_KKBUdue9Is7YLRiFD0Vqf9lMA5H2YGSDfFPk_FWtuQ0cvNNShXQCfV8Prvhk-uyYutASFS7rAXwpQ5YB8qTwMD/s320/IMG_1132-1.JPG" width="320" /></a></div>
<b><br /></b>«<i><b>Leer a las mujeres es leer nuestra voz, un deber con nosotras</b></i>», dice Belén García Abia en su excepcional «<b>El cielo oblicuo</b>», «<i><b>Cada mujer guarda una feroz. Sale a través de nuestra voz</b></i>», continúa diciendo. De ahí la importancia de leer autoras, no sólo para dar visibilidad a mujeres que tradicionalmente siempre han sido relegadas a un segundo plano en los cánones literarios sino, y sobre todo, por una cuestión de justicia con nosotras mismas, de recordarnos de dónde venimos, de que no somos uniformes ni iguales sino todas distinguibles, con un mundo interior propio, una voz diferenciada, cada una corriendo con lobos a nuestra manera. Y es que no es cierto que la escritura escrita por mujeres sea toda igual, «literatura femenina» como se la llama a veces de forma condescendiente. Y como muestra de que hay tantos libros diferentes como autoras distintas y tantas autoras distintas como mujeres individuales, he aquí mis lecturas de este mes:</div>
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<b><br /></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIGITM2VRFvlq8qG1auH8_hh0aq7CfV1PxveyOSqibeiBjYb1g74P_KyX8sdmL7pbi_b8vFdn1qlaGICCA2IizbiIHG_d5q-LJDTnw6mDfOxZOmatfV0HErpCKjNYS8LurUc7aU4A3SxYy/s1600/Portada_El_cielo-oblicuo1-350x535.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="350" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIGITM2VRFvlq8qG1auH8_hh0aq7CfV1PxveyOSqibeiBjYb1g74P_KyX8sdmL7pbi_b8vFdn1qlaGICCA2IizbiIHG_d5q-LJDTnw6mDfOxZOmatfV0HErpCKjNYS8LurUc7aU4A3SxYy/s320/Portada_El_cielo-oblicuo1-350x535.jpg" width="209" /></a><b>1. <a href="https://elmomentoderaquel.blogspot.com/2018/06/el-cielo-oblicuo-belen-garcia-abia.html"><i>El cielo oblicuo.</i> Belén García Abia</a>.</b> Hay libros de los que una no sabe cómo hablar, no por qué no sepa qué decir sino porque son tantas y tan intensas las cosas a contar que una teme empezar y no poder parar de hablar de emociones, de encuentros que marcan, de libros que son como personas que incorporas a tu vida para siempre, de frases subrayadas, anotadas en el diario, analizadas en minutos de embeleso, y vueltas a subrayar. Un libro -vómito-lágrima sobre algo que se perdió aunque solo se tuvo en sueños y en esperanzas. <b>Una visión de la maternidad desde la imposibilidad de ser madre y de la mujer desde la propia perspectiva de quien se siente engañada por las expectativas sociales y por los imperativos de género.</b> Un libro sublime que nos reconcilia, como mujeres, con nuestro deber de leer autoras, pues son nuestras voces, aquellas de donde venimos y aquellas también que nos acompañan hacia donde vayamos. Léanla. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihVkHPPaefd8rifyaZRAai6yD3l7vEQF5kfE-HaqL_-kcOkfamTjSjfewxVWEXPFFWJXLBgPzDW9MADZ2p7p2cDc-M6bUQZCzsCncgr0t5sr2yISDmbYFiGxQIVS1VkahLlvbNEXDbcqa-/s1600/portada_canto-rodado_ana-maria-moix_201707281116.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="381" data-original-width="253" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihVkHPPaefd8rifyaZRAai6yD3l7vEQF5kfE-HaqL_-kcOkfamTjSjfewxVWEXPFFWJXLBgPzDW9MADZ2p7p2cDc-M6bUQZCzsCncgr0t5sr2yISDmbYFiGxQIVS1VkahLlvbNEXDbcqa-/s320/portada_canto-rodado_ana-maria-moix_201707281116.jpg" width="213" /></a></div>
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<b>2. <i>Canto rodado.</i> María Barbal. </b>Me emociono con los libros. Entro en sus historias, las hago mías, permito que sus personajes pasen a formar parte de mi vida. Sin embargo, no suelo llorar con ellos. Y, sin embargo, con Canto rodado he llorado. Este libro de poco más de cien páginas, estructurado en capítulos cortos, de dos o tres páginas, narrado con una melancolía y una pasión por la vida que se entretejen como un jersey de dos colores tejido a mano, va entrando poco a poco hasta desbordarnos. La historia de Conxa, narrada en primera persona, es la historia de una mujer que siendo niña va a vivir con unos tíos que no tienen hijos porque en su propia casa eran demasiadas bocas para tan poco pan. Ese traslado a otro pueblo supone una ruptura con sus raíces que sin ser traumática la obliga a reconstruirse. En ese nuevo pueblo se enamora y se casa y estalla la Guerra Civil y pierde todo lo que a ella le daba sentido. Una historia rural considerada una de las grandes obras de la literatura catalana y que es una obra maestra por su tensión contenida, su ritmo melodioso y sus personajes tan llenos de vida. <b>Siempre me lo digo, cuidado con los libros pequeños porque son los más peligrosos, los que más remueven, y como estén bien escritos se pegan a la piel. #joyita</b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivG6wzMx9ag6g8ZA5XvqN9y7nAzlLqHRb5HAwXm7eYlIutvw7zM98U6q2KifGiCpnLsPLzJunVHtvagZhxnXjmwxZcmN5u3bOuCgu1Jz15DGs6MMmr6jA3EkNyXvaQw_HV-sylpnDfP_xH/s1600/El-corzo33.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1238" data-original-width="825" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivG6wzMx9ag6g8ZA5XvqN9y7nAzlLqHRb5HAwXm7eYlIutvw7zM98U6q2KifGiCpnLsPLzJunVHtvagZhxnXjmwxZcmN5u3bOuCgu1Jz15DGs6MMmr6jA3EkNyXvaQw_HV-sylpnDfP_xH/s320/El-corzo33.jpg" width="213" /></a></div>
<b>3. <i>El corzo</i>. Magda Szabó. </b>Lo confieso. Estoy enamorada de la labor editorial de Minúscula. Había oído hablar en varias ocasiones de esta autora húngara que es la más traducida de su literatura (por encima incluso de Sándor Márai) aunque en nuestro país no es hasta ahora cuando su nombre suena como uno de esos clásicos imperdibles. Por ello me decidí a empezar a leer por esta obra de Minúscula y, no falla, apuesta segura. Una novela que comienza a fuego lento con una joven deambulando desorientada por las calles de Budapest con un tobillo hinchado y un calzado que no es el suyo. Finalmente, se sienta en un césped y nos cuenta una historia de su infancia miserable, de una amistad que realmente es enemistad, de una obsesión que se convierte en odio profundo y en unas emociones que nos esclavizan destrozándonos la vida. <b>De lo mejor que he leído este año, créanme. Una absoluta #joyaza que hace que esté deseando leer su novela más famosa, «La puerta». </b><br />
<b><br /></b>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLq3Fujt6fLZEuYZxUkqVrTgDOciSydzA5e4L_olRxyvTz0TotVvwKdBcHtv51Sy43mzDgSv-qmlrTVnbZ5QkM4FXlenpHoQAYq4POUKFhZIdEf8d3LhUzc-d2ePZdQae0ysMMr0LKsbE6/s1600/979f97ce22dc969eec810cb6341c167463185872.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1018" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLq3Fujt6fLZEuYZxUkqVrTgDOciSydzA5e4L_olRxyvTz0TotVvwKdBcHtv51Sy43mzDgSv-qmlrTVnbZ5QkM4FXlenpHoQAYq4POUKFhZIdEf8d3LhUzc-d2ePZdQae0ysMMr0LKsbE6/s320/979f97ce22dc969eec810cb6341c167463185872.jpeg" width="203" /></a></div>
<span style="text-align: start;"><b>4. <i>Reparar a los vivos</i>. Maylis de Kerangal.</b> Este mes he leído cuatro autoras francesas y no pueden ser más diferentes entre ellas. Si algo caracteriza a Kerangal es su estilo absolutamente intimista y demoledor que nos arrasa por la situación límite en la que nos coloca y en esa resolución de la historia que lejos de ser una meticulosa operación quirúrgica nos hace sentir que estamos en una camilla sin anestesia. Y es que la acción transcurre en apenas veinticuatro horas y el punto de partida es una llamada que nadie queremos recibir: la de un hospital anunciando a una madre que su hijo acaba de tener un accidente de tráfico. Muertos que pueden perpetuarse en vida reparando a los vivos. Médicos con sus fobias y sus filias que intentan vivir de forma paralela a la tragedia diaria que les rodea. Unos padres que no saben cómo mirarse a los ojos tras esa brutal noticia recibida. Escribir una historia así no es fácil y Kerangal consigue, sin caer en la sensiblería, emocionarnos y hacernos reflexionar sobre nuestras propias vidas, todo en uno, desplegando un talento narrativo impresionante. <b>No apto para todos los momentos pero merece la pena, sin duda, buscar ese momento para leerlo. </b></span><br />
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<b>5. <i>El baile</i>. Irène Némirovsky. </b>¿Cómo se puede decir tanto en tan poco? ¿Cómo se construye un relato redondo y perfecto? ¿Cómo lograr reflejar en una corta historia que más parece una parábola la complejidad de la relación entre una madre y una hija en la que la primera quiere vivir su vida, aprovechar las últimas oportunidades que le quedan y la segunda sólo aspira a que la quieran, la reconozcan, la abracen? ¿Cómo una madre puede, con el tiempo, ver a su hija como un estorbo, sustituyendo complicidad por rivalidad, preocupación por indiferencia? ¿Qué puede hacer la hija adolescente ante esta situación? Irène, una autora a quien he llegado a conocer gracias a Pilar y su maravilloso blog <a href="https://musasensutinta.wordpress.com/">musasensutinta</a>, es una de esas que llegan, y se quedan. <b>Una #joyita con todos los elementos imprescindibles de tensión, intriga, construcción psicológica de los personajes, venganza y desenlace que abre nuevas puertas.</b></div>
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<b>6. <i>No he salido de mi noche</i>. Annie Ernaux</b>. Otro de mis títulos para mis <b>#MaternidadesLit </b>ambivalentes. Es ésta una de esas autoras que no tienen término medio: o la amas o la odias. Afortunadamente, somos más quienes las amamos por ese estilo tan bello no exento de crudeza que conforman sus historias autobiográficas que contienen verdades de vida. Una hija mira a su madre y no reconoce en ella a esa mujer activa y dinámica que un día fue. Una madre mira a su hija y no la reconoce, literalmente. Cada una busca en los ojos de la otra el camino a seguir hacia unos recuerdos, un pasado en común, una relación con altibajos, y cuando parece que la bombilla va a encenderse, que el milagro del reencuentro va a producirse, las puertas del ascensor se cierran. Este relato breve que Annie escribe desde el dolor y la culpa tras la muerte de su madre, está repleto de anotaciones al vuelo que escribió en papelajos durante los tres años que duró la enfermedad de <b>Alzheimer</b> de su madre. <b>Un libro duro, intenso, honesto, escrito desde el desgarro, como todo lo que llevo leído de Ernaux hasta el momento. </b></div>
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<b>7. <i>La hija extranjera</i>. Najat El Hachmi.</b> En el contexto de mis amadas <b>#MaternidadesLit</b> esta vez tocaba esta narración que, desde la perspectiva de la hija, cuenta cómo la relación con una madre que ha sacrificado todo por ella estuvo a punto de condenarla a la más profunda infelicidad. Una chica de origen marroquí llega a Barcelona con nueve años y comienza ahí un proceso de adaptación a una nueva cultura, a un nuevo idioma, a un nuevo estilo de vida al mismo tiempo que poco a poco sus raíces comienzan a difuminarse en la distancia. Su madre, una mujer que lucha en solitario por sacarla adelante, intenta inculcar a la hija el respeto y el apego a su cultura al mismo tiempo que con un espíritu práctico tira de la familia con trabajo y más trabajo. Cuando la chica termina el instituto se plantea el dilema de si debe casarse con su primo, lo que le supondría una notoria pérdida de libertad e incluso renunciar a un amor imposible o no. Una novela interesantísima con una voz brillante y un estilo hermoso que no esconde <b>la dureza de no sentirse de ninguna parte y, al mismo tiempo, saberse necesitada o necesitar estar en todas. Una auténtica #joyita. </b></div>
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<b>8. <i>La fuerza de las cosas</i>. Simone de Beauvoir.</b> Quienes amamos y admiramos a Simone nunca nos cansamos de leerla, incluso cuando, como el caso de este tercer volumen de sus memorias, nos encontramos con una obra amplia y densa de más de setecientas páginas. Comenzando en 1944 con la liberación de Francia de la ocupación nazi y terminando en 1962 con , recorremos con Simone estos interesantísimos años de una intensa actividad política con la guerra fría de fondo. Al mismo tiempo que nos va contando aspectos de su vida íntima, qué libros lee en cada momento y qué viajes realiza por todo el mundo, nos presenta un fresco de las consecuencias políticas y sociales prácticas que tuvo el fin de la Segunda Guerra Mundial. Europa lucha por reconstruirse, igual que ella. El comunismo avanza ante la oposición frontal de la órbita estadounidense y de la derecha, fuerzas de oposición que recuerdan a las que encontró la propia Simone al publicar la (revolucionaria) obra «El Segundo Sexo» o tras ganar el Goncourt con «Los Mandarines». Y Simone sigue viviendo, y enamorándose (Nelson Algren, Claude Lanzmann -quien luego se casaría con Angelika Schrobsdorff, la autora de «Tú no eres como otras madres», le demostraron que había otras vidas más allá de Sartre). <b>En definitiva, una joya imprescindible para conocer aun mejor y entusiasmarnos aun más con la siempre sorprendente y sabia Simone de Beauvoir. </b></div>
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<b>9. <i>Parentesco</i>. Octavia E. Butler. </b>Es éste uno de esos libros que me han gustado mucho más por la historia que cuenta que por cómo lo cuenta. Si bien es cierto que cojea un poco en su estilo narrativo, a veces repetitivo, a veces demasiado simple, ese regreso misterioso de una joven escritora a una plantación esclavista de los Estados Unidos del s. XIX plantea un buen puñado de dilemas y, aunque a veces resulta un poco forzada la historia, su punto fuerte radica en cómo logra hacernos sentir lo fácil que es resignarnos y acomodarnos a situaciones extremas cuando vemos que luchar es una opción casi suicida. El trasfondo psicólogico de esta novela que, aunque catalogada en ciencia ficción, resulta atractiva incluso a quienes no solemos aventurarnos en este género, compensa con creces los déficits que puede presentar a nivel de perfilar los personajes o ahondar más en sus complejidades e interacciones. <b>Un buen libro con una profunda critica política y social racial a tener en cuenta. </b></div>
Raquelhttp://www.blogger.com/profile/08024568178716865955noreply@blogger.com4