El cazador cazado.

"El hijo del hombre" (1964). René Magritte. "No me guardes rencor" dijo la mujer del sombrero rojo a la persona con la que estaba hablando por teléfono, y fue lo último que dijo. A continuación guardó el móvil en el bolso, sacó un billete de diez euros que depositó cuidadosamente sobre la barra del bar y se fue sin esperar ni siquiera a que le devolviesen el cambio. Fue en ese momento, cuando ella se dirigía hacia la puerta, cuando sus miradas se cruzaron. Ella desvió la mirada con un gesto entre coqueto y soberbio mientras que él la veía alejarse hasta que se decidió a ir detrás. Si le hubiesen preguntado él no habría sabido decir con exactitud qué fue lo que le llamó la atención de esa mujer, porqué la eligió ese día entre las decenas de personas que llevaba observando, todas solas, todas fáciles de seguir. No era especialmente guapa ni atractiva, no había ningún atributo en ella que llamase la atención hasta el punto de que incluso podría decirse que e...