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Lecturas de octubre

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«A veces hasta el propio pensamiento es una invasión, como mirarse desnuda al espejo: da más vergüenza que si nos viera otro». (Pág. 24. La azotea . Fernanda Trías ) Cuando le preguntaron a Fernanda Trías si coincidía con Mariana Enríquez (autora argentina cuya lectura recomiendo encarecidamente si no la han leído ya) en su afirmación de que si un texto no le causaba pudor, vergüenza por contener cosas íntimas, ese texto no le servía, ella contestó que estaba completamente de acuerdo pues escribir es «como rasparse las rodillas durante una peregrinación» [ El Deber. Periódico de Bolivia. 08/07/2017 ]. Escribiendo este post recordé esta frase y me di cuenta de que todas las mujeres a las que he leído este mes se han dejado las rodillas escribiendo, se han raspado la piel e incluso se les ha caído a tiras como consecuencia del ejercicio literario, a veces catártico, que han hecho en estos magníficos libros de que les hablo. A continuación les explico el porqué: 1. Rachel Cusk.

Lecturas de noviembre

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Dice Angela Carter en su introducción a Cuentos de Hadas: « Que yo y otras muchas mujeres vayamos buscando heroínas de cuento de hadas en los libros es otra versión del mismo proceso: deseo validar mi reivindicación a poseer una parte equitativa del futuro, y expreso para ello la exigencia de que me concedan la parte del pasado que me corresponde ».  En las lecturas de este mes no hay muchas heroínas, ni tampoco cuentos de hadas, pero sí mujeres que escriben, ya sea ficción, autoficción o biografía, deseando, no, mejor dicho, reivindicando, como diría Carter, su parte del pasado para revisarlo bajo su propio punto de vista y así recibir su parte del futuro, tomando las riendas de una vida construida a base de muchos errores y muchos aciertos, todos ellos suyos. Y son estas mujeres, tan reales y sensibles, las que pasan, tras ser leídas, a nuestro propio imaginario para que así podamos exigir también nuestra cuota de pasado y, por supuesto, de futuro. Y estas son mis «heroínas»

Noches azules - Joan Didion

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Lo que más me ha gustado: el tono lírico con el que Joan Didion va enlazando los recuerdos de su hija a medida que van apareciendo por su narración, los jazmines de Madagascar, los sandwiches de pepino, el poema del mundo. La tristeza que desprende es, obviamente, contagiosa y abarca también al paso del tiempo, aun más notable a medida que ves crecer a tus hijos y que en el caso de Didion va acompañado del remordimiento y la culpa por sentir que no se ha aprovechado el momento, que quizá pudo haber hecho algo más para evitar el fatal desenlace, que la pérdida de su marido seguida dos años después de la de su hija, le acabará pasando factura tanto física como psicológicamente. Lo que menos me ha gustado: el más que comprensible dolor que Didion siente al escribir este libro impide también que se abra en él completamente. Mantiene un mutismo absoluto sobre la causa real de la muerte de su hija y ese dar vueltas alrededor del tema sin entrar en él puede provoca que la conexión de

Hoy hubiera preferido no encontrarme a mí misma - Herta Müller

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Lo que más me ha gustado:  La escritura de Herta Müller es un auténtico canto a la libertad. Frente al totalitarismo dictatorial de Ceausescu, donde todo estaba reglado y cada movimiento era vigilado, Müller mantiene su autonomía a través de sus libros, no renuncia a ser ella misma y se niega a entrar en esa rueda del sistema desplegando una poesía narrada plagada de imágenes y con una estructura que podríamos denominar anárquica . Sin embargo, tras las primeras páginas logramos captar el sentido de su narración y no nos perdemos en ella, al contrario, conseguimos seguir el hilo de Ariadna y logramos entrar y salir de su laberinto, eso sí, no salimos indemnes sino fascinados e incluso tocados por su historia que además de la denuncia política también hace hincapié en otra cuestión: la diferencia de los roles sociales entre hombre y mujer (los hombres mandan, beben, gritan y golpean, salen y entran; las mujeres obedecen, se quejan en silencio, esperan, si pueden seducen y, cuando

Poema de Chile - Gabriela Mistral

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« Yo me tengo lo perdido y voy llevando mi infancia como una flor preferida que me perfuma la mano. y la madre va conmigo sol a sol y día a día, va con rostro y va sin llanto cantándome los caminos. » [Tordos] Lo que más me ha gustado: Leer es viajar y este poemario es buen ejemplo de ello. Cojan su maleta y dispónganse a recorrer el país de punta a punta, desde el desierto de Atacama hasta la Patagonia, en compañía de la poeta convertida en fantasma que regresa de la muerte para reencontrarse con un pequeño indio, su alter ego, al que habla como si fuese ella misma de niña.  Lo que menos me ha gustado: nunca he visitado ese país que, a los ojos de Gabriela Mistral, debe ser de una belleza absoluta. Ese desconocimiento en primera persona de su historia y su geografía puede provocar una descolocación visual y una cierta distancia emocional respecto a la intensidad con que ella mira determinados animales y plantas, con secretos que solo ella conoce y recuerdos que guarda p

Prestigio - Rachel Cusk

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Lo que más me ha gustado: La fluidez con la que la autora encadena un testimonio tras otro. Leer a Rachel Cusk es como navegar por los canales de Amsterdam, vas por uno y de repente desembocas en otro; lo navegas y llegas sin darte cuenta a uno diferente; y luego a otro y a otro. Parecen diferentes pero pronto te das cuenta de que empiezas a moverte por terreno conocido, que ya otro personaje anterior mencionaba las campanas que retumbaban en la ciudad y que el compañero de avión anteriormente había hablado de los triángulos en una relación. Los temas se repiten y Cusk demuestra su talento magistral para relacionar, escuchar y transcribir al ahondar en el leit motiv de su obra: el punto de vista.  Lo que menos me ha gustado: Todo me ha gustado, absolutamente todo. Eso sí, un aviso a navegantes que no conozcan a la autora: por lo que leo por las redes, debido a su original voz narrativa y a que no es una novela al uso con una trama, una típica estructura de planteamiento-nudo-des

Madre de leche y miel - Najat El Hachmi

Lo que más me ha gustado: el libro está narrado siguiendo la estela de la tradición oral haciéndonos sentir que estamos allí sentadas con Fatima, la protagonista, que somos una de sus hermanas, escuchándola atentamente, llorando con ella, acompañándola en las risas, sufriendo en nuestras carnes cuanto nos cuenta. El amor con el que Fatima habla de las mujeres de su familia, de su madre, quien la acogía en su regazo y llamaba « higadito mío », de su abuela, quien la llamaba « Fatima inu, Fatima mía », a cuya casa iba corriendo siguiendo el camino de tierra, buscando un refugio y un consuelo que siempre encontraba, de su hija, carne de su carne que de repente se convirtió en una extraña, es e ntrañable, cálido, como una vuelta al útero materno. Lo que menos me ha gustado: se trata más bien de un aviso. Al final da un salto temporal que deja sin explicar porque ya está narrado en su anterior novela, « La hija extranjera ». Es por ello que aunque ambos libros se pueden leer independi