Noches azules - Joan Didion

Lo que más me ha gustado: el tono lírico con el que Joan Didion va enlazando los recuerdos de su hija a medida que van apareciendo por su narración, los jazmines de Madagascar, los sandwiches de pepino, el poema del mundo. La tristeza que desprende es, obviamente, contagiosa y abarca también al paso del tiempo, aun más notable a medida que ves crecer a tus hijos y que en el caso de Didion va acompañado del remordimiento y la culpa por sentir que no se ha aprovechado el momento, que quizá pudo haber hecho algo más para evitar el fatal desenlace, que la pérdida de su marido seguida dos años después de la de su hija, le acabará pasando factura tanto física como psicológicamente. Lo que menos me ha gustado: el más que comprensible dolor que Didion siente al escribir este libro impide también que se abra en él completamente. Mantiene un mutismo absoluto sobre la causa real de la muerte de su hija y ese dar vueltas alrededor del tema sin entrar en él puede provoca que la conexión de...