Todo cuanto amé - Siri Hustvedt



Título original:  What I Loved
Traducción: Gian Castelli Gair
Edición: CIRCE (8ª reimpresión. Mayo, 2013). 
Páginas: 453
ISBN: 978-84-7765-211-3
Precio: 24,00€
Calificación: 9/10

Lo que más me ha gustado: ir descubriendo a lo largo del libro guiños como el que hace a la relación entre Virginia Woolf y Vita Sackville-West al llamar a una de las protagonistas Violet (como uno de los grandes amores de Vita) y de apellido Blom (como Bloom de Bloomsbury pero sin una "O", como ella misma señala, siendo luego esa letra faltante, la "O", una pieza fundamental de la trama); o a la adaptación cinematográfica de "Las horas" cuando uno de sus personajes, Bill, dice que "eligió vivir". Lo ambicioso de su narrativa y su extraordinaria sensibilidad ha convertido a Siri Hustvedt en una de mis escritoras contemporáneas favoritas. 

Lo que menos me ha gustado: el auto exilio de Lucille, un personaje que desaparece de la obra igual que lo hace en uno de los primeros cuadros que pinta Bill. ¿Dónde termina el arte y empieza la realidad? Lucille parece tener respuestas para muchos de los interrogantes que se plantean en la obra pero no llegamos a escucharla hablar. 
«Una mujer sentada junto a la ventana. Piensa / y mientras piensa, desespera / desespera por ser quién es / y no otra persona.» (Pág. 29)
Siri Hustvedt.
Hay autoras a las que se llega de oídas, con ideas preconcebidas sobre cómo pueden escribir porque las has escuchado hablar y expresarse, de tal manera que incluso sin leerlas puedes imaginar cómo pueden escribir. Al abrir por primera vez un libro suyo intentas dejar de lado los prejuicios, ardua tarea, porque sabemos que a veces esas ideas preconcebidas decepcionan cuando nos encontramos con la realidad, cuando las leemos negro sobre blanco. Sin embargo, en el caso de Siri, esa autora a la que mi marido confunde con la asistenta de Google, no solo ha satisfecho mis expectativas sino que las ha superado con creces. Me ha sorprendido gratamente comprobar su gran capacidad analítica y la forma que tiene de diseccionar todo cuanto le rodea, yendo un paso más allá en sus observaciones.
«Pero vivimos en un mundo de mezclas. El mundo transita a través de nosotros por medio de la comida, los libros, las imágenes, el resto de las personas...» (Pag. 114)
No les voy a engañar. Siri es una autora densa que estruja la realidad centrifugando ideas, impresiones y conexiones. Su cerebro es tan complejo que es como cuando en una cadena de montaje entra por un lado de la máquina una pieza de metal y sale por el otro lado convertida en una hermosa caja de música cuya melodía a veces suena nítida y otras desafinada, como el sonido de la vida misma. Leerla es preguntarse: ¿cómo me ha llevado hasta aquí? ¿cómo ha conseguido dar la vuelta a la situación de esta manera? Y lo mejor de todo es que lo hace sin trampas. A diferencia de su archiconocido marido Paul Auster, que recurre al azar para hilar la trama, Siri, tirando de la compleja realidad, anuda la historia con la misma naturalidad con la que un artesano teje un encaje de bolillos, con pericia, maestría y práctica narrativa.
«La vida es triste, Leo. Llevo un rato aquí sentada pensando en lo triste que es todo.» (Pág. 37)
SoHo. New York. 
La historia ya nos atrapa desde el primer párrafo: Leo, el narrador, acude a conocer a Bill, un pintor en ciernes, al sentirse fascinado por un cuadro suyo que ve en una exposición. A partir de ese momento surge entre ellos una profunda amistad en la que se embarcan sus respectivas mujeres: por un lado, Erica, la mujer de Bill, sensible y transparente, y por otro lado, Lucille, hermética y distante. Ambas mujeres son madres con tan solo un mes de diferencia, abordando la maternidad de forma distinta. Mientras Erica lo hace de forma natural, acogiendo a su hijo en su vida, Lucille se sume en una depresión que la encierra aun más en sí misma, encierro que se convierte en destierro cuando aparece Violet, una modelo que posa para Bill y con la cual éste decide iniciar una nueva vida. Siri continua la narración a lo largo de más de veinte años introduciendo en ella elementos sobre el mundo del arte, la psicología, la histeria, la esquizofrenia, los trastornos alimenticios, el consumismo social... Una amalgama temática que, como hilos de colores, va tejiendo en torno a este grupo de amigos un tapiz de decepciones y alegrías. Es por ello que decía que se trata de un libro denso y complejo, por lo que aconsejo leerlo con la Wiki abierta al lado por las constantes referencias que hace a hechos históricos y artísticos, así como unos cuantos lápices de colores con los que resaltar frases y diálogos que son dignos de retener. 
«Pero claro está que las mentiras más espectaculares en absoluto necesitan ser perfectas. No dependen tanto de la habilidad del embustero como de las expectativas y los deseos del oyente» (Pág. 273)
La muerte de uno de los miembros del grupo (no contaré más para no entrar en spoilers) cambiará radicalmente las relaciones del grupo, entre ellos y con su realidad circundante. ¿Qué es el bien y qué es el mal? ¿Dónde tienen que poner los padres los límites, si es que tienen que hacerlo? ¿Hasta que punto puede llegar a ser efectiva la comunicación y el diálogo si una de las partes no está receptiva siempre para ello? ¿Puede una amistad durar siempre? ¿Hay límites a la sinceridad o tenemos derechos a guardarnos secretos? ¿Cómo logra envejecer una persona que va perdiendo, poco a poco, todo cuanto amó? Los personajes de Siri son tan reales que cuando vas leyendo el libro se van convirtiendo en tus amigos, con el mérito adicional de que, sin importar de si son masculinos o femeninos es fácil identificarse con todos ellos en determinados momentos. De la misma manera que el pintor, Bill, denomina «Autorretrato» a las obras en las que Violet posa como modelo, como si estuviese pintando a través de ella su lado femenino, Siri habla en esta obra a través de Leo, como si construyese a través de él su propia «Autobiografía» ficticia, y digo ficticia porque ella misma ha insistido en que así es, a pesar de que en numerosas entrevistas la han preguntado por el hipotético paralelismo entre la historia de uno de los adolescentes del libro y su hijastro Daniel (fruto del matrimonio anterior de Paul Auster; no entro de nuevo en más detalles por no desentrañar la trama pero una rápida búsqueda en Google os sacará de dudas).
«—En cierto modo —le dije yo— ese "ahora" al que te refieres a duras penas existe. Lo percibimos, pero no se puede medir. El pasado siempre está devorando al presente.» (Pag. 164)
Mujer desvistiéndose (1655). Jan Steen. 
Espejos, laberintos, puertas que se abren y que se cierran (como una de las obras de Bill), juegos de números, anagramas y acertijos... la imaginación de Siri no tiene fin y leerla supone un esfuerzo adicional: hay que prestar atención a absolutamente todo lo que menciona porque nada es casual, que sí causal. Es cierto que Siri les encierra en un mundo muy concreto: el círculo artístico y literario del SoHo de Nueva York, lo cual puede resultar un poco snob y elitista, pero sus personalidades tan complejas y cambiantes, contradictorias, humanas, están plasmadas con tanta fuerza que lejos de ser un bodegón de naturaleza muerta parecen cuadros impresionistas en continuo movimiento. En conclusión, tras haber leído a Auster y haber escuchado en varias ocasiones que Siri le superaba en talento, puedo decir que, efectivamente, no solo seguiré leyendo a Siri sino que se ha convertido en una de esas autoras que tomo como referencia en mi biblioteca personal. Una mujer que no solo goza de una gran inteligencia y cultura sino que además tira de la inteligencia de quien la lee. Aprender de ella sobre arte, sobre la histeria o la anorexia, sobre la pa/maternidad, construir nuestro propio mapa mental de su libro, me ha enriquecido y abierto muchas puertas para que vea a través de ellas pues como dice Siri: «ver equivale a fluir». 




Comentarios

  1. Raquel, éste será uno de mis próximos libros. Terminé "El mundo deslumbrante" hace poco y ha sido una de las mejores lecturas de los últimos años.

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    1. No me extraña, Carlos. Ella y todo cuanto escribe deslumbran. Abrazote.

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  2. Hace tiempo que me tienta la gran Siri. No sé por qué, siento que puedo escribir el gran antes de leerla, que no me decepcionará a pesar de las expectativas que me he creado. al igual que te ha pasado a ti. Por dos veces he estado a punto de empezar 'El mundo deslumbrante', y en ambas ocasiones tuve que dejar la lectura a un lado por falta de tiempo y al recobrar el hábito-pasión dejé aparcada la idea de leerlo. Veo que en este libro que reseñas recurre también al arte para construir su novela. Ay, no sé que leeré al final con tantos libros suyos que me apetecen pero espero no tardar mucho en encontrarme con Siri.
    Besos

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    1. Hola Lorena,
      yo también espero que no tardes mucho en encontrarte con Siri. Tiene una obra muy diversa y variada y ¡es difícil escoger por cuál empezar! Que tu instinto te guíe en ese camino pues si algo es precisamente Siri es intuitiva y sensible.
      Ojalá la disfrutes. Estoy segura de que así será.
      Un abrazo

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