Nadie me dijo - Hollie McNish
Lo que más me ha gustado: la honestidad con la que está escrito este libro. Porque si hay una palabra que define a la Holie McNish que se vislumbra a través de sus páginas es la de auténtica. Auténtica porque habla sin ningún tipo de pudor de todos aquellos temas que la preocuparon desde que se enteró de su embarazo hasta los tres años de vida de Pequeña. Auténtica porque rompe tabúes que aun imperan en nuestra sociedad sobre el deseo sexual durante el embarazo y el postparto, la implicación de la pareja en la crianza, la compatibilización de maternidad y trabajo, el cansancio, los cánones físicos, la pérdida de identidad como mujer de la madre y así un largo etcétera.
Lo que menos me ha gustado: reconozco que en un primer momento me chocó el estilo poético de esta autora, sobre todo al saber que había ganado con esta obra el premio de Poesía Ted Hughes 2016 pues más que poesía me parecía prosa cortada. Quizá porque la poesía es un estilo al que no me acerco todo lo que me gustaría; quizá porque aun sigo teniendo esa visión un poco clasista de la misma como algo difícil y enrevesado, lleno de imágenes recargadas y retorcidas, con ritmos cuidados y rimas exquisitas, y al encontrarme con estos poemas tan sencillos que parecían más canciones de hiphop o rap, torrentes de palabras más que otra cosa, me quedé un poco sorprendida. Sin embargo, esta estupefacción me duró poco. A las veinte páginas ya estaba deseando encontrarme con otro poema suyo para subrayar y recitar en voz alta... (he visto algunos de sus videos en Youtube y, la verdad, ahí ganan, y mucho).
«Nadie me dijo que no podías usar papel higiénico
Nadie me dijo que podías sangrar
Nadie me dijo que tal vez necesitarías un lugar secreto
desde el que poder gritar.»
Hay libros sobre los cuales es difícil hablar sin encadenar su historia con la nuestra. Libros escritos desde dentro de las entrañas que cuando salen fuera despliegan sus tentáculos y nos atrapan entre sus líneas, como si estuviesen hablando de nosotras mismas, como si nos estuviesen leyendo el pensamiento, y, lo que es aun más emocionante, como si hubiesen mirado por un agujerito en la pared cómo hemos sido nosotras o cómo seguimos siendo. Si en muchos libros se confunde autora con protagonista (este no es el caso pues el libro es claramente autobiográfico), en «Nadie me dijo» la confusión va mucho más allá y afecta a autora y lectora. Ay, si hubiese leído este libro cuando estaba embarazada, o cuando regresé a casa del hospital y ya no éramos dos sino tres, o cuando un día, harta de esconderme, en un ejercicio que para mi fue todo un acto de valentía, decidí dar el pecho a mi hijo en un restaurante para así yo también poder comer, o cuando me miraba en el espejo y esa supuesta felicidad que todo el mundo decía ver en mí se convertía en ojeras, cara de cansancio o un cuerpo que no reconocía aún como mío. Si lo hubiese leído entonces... pero lo he leído ahora y nunca es tarde porque puedo recomendarlo a mis futuras amigas embarazadas y, y esto me encanta, porque con él he recordado unas emociones que aun perviven en mí y he sacado de su escondite otras que había dejado de lado.
«Estaba despierta mientras ella dormía. Despierta. Doy el pecho.Me quedé dormida mientras ella comía. Despierta. Doy el pecho.Me desperté como me dijiste. Despierta. Doy el pecho.Ha terminado. Ha sonreído. Nuestros ojos se han cruzado.Despierta. Doy el pecho. Es una bendición estar a tu lado.» [Poema: Tripi]
Hollie McNish |
No hay nada más bello (y necesario) que sentirse acompañada en la vida y, para quienes amamos la literatura, encontrar libros-compañía es todo un regalo. Si en su momento, cuando lo leí hace escasos tres meses, «Nudo materno» de Jane Lazarre (quien no lo haya leído ya y le interesen las #MaternidadesLit o los feminismos en general que lo lea porque es toda una #joyita) fue un libro que me marcó porque con él puse palabras a muchos pensamientos, con «Nadie me dijo» me ha sucedido algo parecido. Siguiendo una línea cronológica, el relato va alternando entradas del diario con poemas escritos en esos pequeños ratos que la Pequeña le dejaba entregarse a sí misma: en trayecto de metro, en el cuarto de baño, a los pies de su cuna, en un parque; a las tres de la tarde, a las diez de la noche, a la cuatro de la madrugada... y precisamente esa espontaneidad que en un primer momento puede descolocarnos es lo que hace que conectemos más rápidamente con ella y con nosotras mismas con ojeras, con pechos chorreando de leche, con abdómenes flácidos; con el miedo de si seremos buenas madres, de si lo estaremos haciendo bien, de si hemos hecho lo correcto embarcándonos en ese viaje, de cómo es posible amar tanto a alguien y al mismo tiempo echar de menos la libertad de la que disponíamos antes.
«Desde que he tenido una hija me siento como una niña pequeña
me desespero por agarrar una mano que me acompañe
busco la ayuda de mi madre, un abrazo extra
que alguien me diga que lo estoy haciendo bien
aunque no tenga ni idea de lo que hago, joder.» [Poema: Niña]
La misma ambivalencia de emociones que Jane Lazarre teje en su «Nudo materno» es aquí desentrañada en discursos que alternan lágrimas y risas, emoción y arrepentimiento, añoranza y esperanza, miedo y felicidad. Hollie McNish aprovecha también para lanzar muchos mensajes a favor de vivir la maternidad con libertad alejándose de un gran número de presiones sociales que, en un momento de gran vulnerabilidad como es el de ser madre por primera vez, se lanzan contra las mujeres: lactancia versus biberón, mercantilismo versus intuición materna (el poema que dedica a la famosa compañía Johnson&Johnson es genial), estereotipos según el género (azul o rosa) versus desaparición de etiquetas, búsqueda de la perfección (cocina perfecta, ropa perfecta, cuerpo perfecto) versus aceptación de cada madre y de cada momento. Un sin fin de temas ante los que Hollie McNish con un estilo sencillo pero una mirada compleja nos lanza un mensaje de amor a su Pequeña al mismo tiempo que critica esa idealización de la maternidad por la que «Nadie le dijo» muchas cosas.
«Nadie habla de esto
Susurran sobre ello
Con las antorchas del tabú
tropezamos con ello
Nunca leí sobre ello
y leo un montón» [Poema: Pechos]
Ella nos habla de esto, se sincera y nos lo recuerda y leerla es maravilloso. Con un sentido del humor a veces ácido y otras vibrante se desplaza por la montaña rusa de emociones que suele representar la maternidad, en esa lucha por buscar el equilibrio entre identidad propia y cuidados, por seguir siendo mujer además de hija, madre, amante, amiga y profesional y, en definitiva, por adaptar nuestra vida a una nueva persona, algo que resulta un poquito más fácil si tienes a una pareja que también se involucra o unas abuelas que te permiten disfrutar de un par de horas para hacer reencontrarte contigo misma (maravilloso el poema a las abuelas y cómo el amor entre ellas y los nietos aun no han inspirado canciones románticas), pero que incluso así no deja de ser un período de transición con sus momentos luminosos y sus lágrimas a escondidas.
«Porque ver cómo te alejas es una agonía
Un pasito más cada día
Mis ojos y mi mente no pueden parar
Pendietes de cada paso que vas a dar
Para agarrarte si te vas a caer
Para que no te alejes y no puedas volver
Ahora el tiempo corre demasiado» [Poema: Es duro estar lejos de ti]
Precisamente el libro acaba con Hollie recogiendo a su Pequeña de su primer día del cole. Hoy mismo, en unas horas, yo estaré haciendo lo mismo y me acordaré de ella y de aquellas de mis amigas que están en la misma situación. Se nota que me ha encantado, ¿verdad? Absolutamente recomendable por todo lo que cuenta y también por cómo lo cuenta, con esos pies en la tierra, aferrándose a las pequeñas cosas banales del día a día que tan desapercibidas pasan, sobre todo si no duermes del tirón, poniéndonos frente situaciones domésticas en las que es imposible no reconocerse y preguntarse, si ya se ha pasado por ello: ¿qué hice yo en ese momento?, ¿cómo viví yo esa etapa?, ¿lo volvería a hacer igual? y todo con ese lenguaje desenfadado que lo hace tan cercano sin perder su trascendencia e importancia. Si además es en una edición tan cuidada como la de Ediciones Dalloway, con esa portada tan bonita, esa edición impecable y esa traducción tan esmerada... ¿qué más se puede pedir? Bueno, por pedir... yo pediría una segunda parte. La obra acaba con Pequeña teniendo tres años y acudiendo el primer día al cole y me he quedado con ganas de saber más de ellas... mucho más.
Hace solo unas semanas vi un comentario sobre el Dr. Azaka Solution Temple, alguien hablando sobre cómo la ha ayudado en su relación también lo contacté porque estaba enfrentando el mismo problema en mi relación, hoy puedo recomendar con valentía la solución del Dr. Azaka Templo para alguien que también enfrenta una ruptura en su relación para contactarlo hoy para obtener ayuda porque me ha ayudado a restablecer mi relación a la normalidad, aquí están sus datos de contacto: Azakaspelltemple4@gmail.com o whatsapp +1(315)316-1521, gracias señor Dios lo bendiga.
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