Departamento de especulaciones - Jenny Offill




Título original: Dept. Of Speculation.
Edición: Libros del Asteroide. 2016 (2ª ed.)
Páginas: 172  
ISBN: 978-84-16213-64-1
Precio: 17,95€   
Calificación: 8/10 

Lo que más me ha gustado: es uno de esos libros para subrayar, anotar; repleto de citas y de reflexiones que merecen la pena apuntar en un cuaderno. De hecho yo, que soy una “asesina de libros” lo he inundado de post-its, marcas y anotaciones al margen.

Lo que menos me ha gustado: lo corto que es y lo poco que profundiza en las ideas que va lanzando. Mientras que a algunos libros le sobran páginas a éste le faltan. Habría leído encantada cien páginas más de él.

“Qué has hecho hoy, preguntabas al llegar del trabajo, y yo tenía que ingeniármelas para inventarme una anécdota de la pura nada”. (Pág. 32)

Jenny Offill tiene uno de esos nombres que jamás sería capaz de recordar si no hubiese leído este libro, un libro memorable, que llegó a mis manos gracias a la recomendación de mi librero. Entré en su librería pidiéndole un libro que pudiese leer “a ratitos”, entre siesta y siesta de mi bebé, y en esos minutos previos al sueño nocturno en los que el cerebro no da para mucho más que para retener pequeñas dosis de información. Y me entregó, sin dudarlo, este libro. Qué maravilloso librero tengo...

Jenny Offill va contando de forma fragmentaria su vida, desde que conoce al que luego será su marido, hasta que consiguen superar juntos una fuerte crisis matrimonial, pasando por la felicidad de encontrarse, casarse, comenzar una vida en común, la llegada de su hija, el cambio que la maternidad supone en la vida y expectativas de ambos, la rutina, la infidelidad del marido y la reconciliación sincera como pareja.

  “Algunas mujeres hacen que parezca facilísimo eso de renunciar a la ambición, como si fuera un abrigo caro que se ha quedado ya demasiado pequeño”. (Pág. 93)

Todo en ciento setenta y dos páginas en las que va alternando el relato con citas y reflexiones de Rilke, Kafka o Einstein, anécdotas de la carrera espacial, reflexiones de su psiquiatra y pequeños fragmentos de la vida diaria aparentemente intranscendentes.

Aparentemente. Porque Offill, que a lo largo de la pequeña novela reconoce en varias ocasiones que sueña con ser una gigante del arte, crea una auténtica obra de arte cogiendo cosas de aquí y de allá y enlazándolas en un formato de hipertexto narrativo. Si reflexionas un poquito sobre cada párrafo aislado te das cuenta de que está íntimamente relacionado con lo que te cuenta en el párrafo anterior, y éste a su vez con el anterior y éste a su vez con el anterior y éste... y así indefinidamente. Porque Offill, gran conocedora de la psicología cognitiva, sabe que funcionamos por nodos y que igual que en nuestra vida diaria somos capaces de encontrar relación entre las cosas más variopintas (como la magdalena de Proust, que le evoca su infancia) en la novela también todo está relacionado.
 
Offill nos cuenta una historia que podría ser nuestra historia, recordándome en este aspecto a otras autoras que recurren a lo simple para hablar de lo cotidiano, para dejarnos entrar de puntillas en la intimidad de una familia. Como, por ejemplo, Natalia Ginzburg, quien también consigue que sus libros giren en torno al día a día de sus personajes. O Elena Ferrante, quien, en Las deudas del cuerpo (tercer volumen de su saga "Las dos amigas"), también nos habla de cómo compatibilizar la escritura con la maternidad y cómo afrontar el retraso en la consecución de los sueños de las mujeres tras ser madres, la búsqueda de una nueva identidad.


“Durante muchos años tuve un post-it en mi escritorio. ¡TRABAJO SÍ, AMOR NO!, decía. Me parecía la fórmula más segura de la felicidad”. (Pág. 15)

Así es la protagonista al principio de la novela. Una mujer centrada en su vida profesional, que ha publicado un primer libro con bastante éxito y que alterna sus clases de escritura en la facultad con trabajos de corrección de obras científicas. Se enamora y se casa, formando la típica pareja de clase media con inquietudes intelectuales, cenas con amigos, viajes y escapadas. Todo muy idílico al más puro estilo de comienzo de película de Woody Allen.


“Si existe el hogar es para meter a cierta gente dentro y dejar fuera a toda la demás. Un hogar tiene un perímetro”. (Pág. 25)

Y entonces, es madre. Y todo cambia. El relato se vuelve aún más fragmentado y a través de las anécdotas y de las citas la narradora intenta mostrarnos en qué se ha convertido su vida: en una sucesión de días, cada uno idéntico al anterior. Pero ella intenta salir adelante, buscar pequeños momentos de felicidad, pequeñas diferencias.

“Mi amor por la niña parecía condenado, irremisiblemente no correspondido. Debería haber canciones que hablasen de esto, pensaba yo, pero si las había, no las conocía”. (Pág. 31)

Y el tiempo pasa, tic, tac. El segundo libro que no llega a escribir. El cambio de pañales, el canto de nanas, la preparación de papillas. Tic, tac. La preocupación por la salud de la niña, el miedo a que la pase algo... todo a su alrededor es una amenaza. Y la llegada de la temida rutina, de los consejos bienintencionados que se reciben sin ser solicitados, del abandono de amistades, de las madres perfectas que además de ir a yoga, organizan rifas, obras de teatro y excursiones. 

“Juzga usted demasiado, me dice mi psiquiatra, y lloro durante todo el camino de vuelta a casa, mientras le doy vueltas a eso”. (Pág. 37)

La llegada de la soledad a pesar de estar acompañada de un marido bondadoso y de una hija pegada como una lapa. Jenny hace un repaso de todo aquello que nos ha pasado a todas las madres primerizas pero con algo que la hace diferente: con humor mezclado con resignación; con esperanza mezclada de realismo. Una montaña rusa de emociones en un mismo día o cómo pasar de ser la mujer más feliz del mundo mientras acunas a tu hijo en tus brazos a la más infeliz al recordar todo lo que estás dejando de hacer por acunar a ese hijo en tus brazos. Cansancio más miedo más felicidad. Tic, tac.

“Ahora bailamos con la niña todas la noches y damos vueltas y más vueltas por la cocina. Esta felicidad da vértigo”. (Pág. 39)

El marido encuentra un nuevo trabajo “vagamente desmoralizador”. Abandona su piano. Renuncia a tener jardín en casa. La rutina amenaza, como la plaga de chinches que la pareja sufre en su casa, con instalarse definitivamente. 

“<< Tú confórmate con mantenerla viva hasta que cumpla los dieciocho >>, me dice mi hermana”. (Página. 40)

Es un libro totalmente recomendable si acabas de ser madre, si te sientes sola en medio de esas emociones de las que a veces no hablamos por miedo a que se hagan realidad (de lo que no hablamos, no existe, o, como dice Offill citando a Einstein, ¿seguiría existiendo la luna si nadie la mirase?), a que se depositen en nosotros y no podamos quitárnosla de encima. Emociones ambivalentes de las que no hablamos por miedo a que nos juzguen como malas madres o, lo que es peor, a que nosotras mismas nos comparemos con las demás y sintamos que no estamos a la altura, que no llegamos a todo, que no somos perfectas.

“<< Prohibido comparar las expectativas que teníamos con los logros reales que hemos alcanzado >>.” (Pág. 45)

Jenny Offill pone el dedo en la llaga pero no para retorcerlo dentro de ella sino para sanarla por medio de la risa, de la ironía, del acompañamiento. Porque con Jenny Offill te sientes acompañada en tu soledad. Y no solo nos hace sentir menos solas sino que encima compara lo que nos pasa con la reflexiones de grandes como Rilke o Kafka o con anécdotas históricas que nos hacen sentir, incluso, afortunadas.

“Se cuenta la historia de un preso de Alcatraz que pasaba las noches de confinamiento solitario arrojando un botón al suelo y luego intentado encontrarlo en la oscuridad. Noche tras noche, conseguía pasar así el tiempo hasta aquí salía el sol. No tengo un botón. Pero por lo demás mis noches son iguales”. (Pág. 49)

El matrimonio consigue mantenerse en equilibrio, sobrevivir a esa monotonía gracias al respeto, al cuidado de los pequeños detalles, a la amabilidad, a la compañía tranquila y reconfortante... hasta que...

“¿Más alta?
¿Más delgada?
¿Más tranquila?
Más fácil, dice él”. (Pág. 98)

La traición. El marido engaña a la esposa con una chica del trabajo. A lo largo de la novela no hay nombres, sólo “el marido” “la hija” “el amigo filósofo” “la chica”. Hasta ese momento la voz narrativa ha sido la primera persona, pero cuando el marido la engaña hay un cambio en esta voz narrativa y pasa a ser “la esposa”, en tercera persona. La autora toma distancia. Ya no es “yo”. Es “la esposa”. Porque si hasta ese momento el esposo podía ser cualquiera; la hija podía ser un hijo, o cualquiera; ella era ella misma. Pero cuando es engañada cambia a la tercera persona como avisándonos ¡ojo! Tú podrías ser la esposa engañada. 

“La cuñada del filósofo encargó un colgante antiguo de los que se usaban para guardar el luto. Era un guardapelo de oro en cuyo interior había un espacio libre para una fotografía de la persona muerta. En la parte exterior se veía una rosa grabada a mano, pero dentro tenía una leyenda grabada: Prepárate para ser el siguiente. Dios santo, el siglo XIX. Esa gente no se andaba con rodeos”. (Pág. 150)

Decepción desesperanza, dolor. Todo se hunde a su alrededor. A ella antes le gustaba burlarse de la gente. Pero ahora...

“Pero ahora parece posible que la verdad acerca de envejecer sea que cada vez haya menos cosas de las que una pueda reírse, hasta que al final no quede nada en lo que una estuviera convencida de que nunca iba a convertirse”. (Pág. 112)
Es en este momento cuando “la esposa/autora” nos explica de dónde viene el título de este original libro. Antes (no especifica si antes de la infidelidad del marido o antes de ser padres o antes de casarse) se enviaban cartas entre ellos cuyo remite era siempre el mismo : Departamento de especulaciones pues en estas cartas hacían eso, especular, sobre un futuro, una situación, unos sentimientos.
Tras mucho dolor, muchas peleas con insultos y tirones de pelo incluidos, tras el abandono de todo y la huída al campo, tras aprender el nombre de pájaros y después de recoger día tras día a la hija del autobús escolar, la autora consigue lo que parecía imposible unas páginas antes: volver a la voz narrativa en primera persona.  

Dos notas curiosas a las que hace alusión la autora en el libro: imágenes obtenidas por resonancia magnética de cerebros de personas recién enamoradas han demostrado que, si se les enseñaba al foto de la persona amada, se activaba el mismo sistema de recompensa que se activa en el cerebro de los drogadictos. (Pág. 99)
Así mismo, imágenes obtenidas por resonancia magnética de cerebros de personas abandonadas por sus parejas han demostrado que se activan las mismas áreas que procesan las agresiones físicas. (Pág. 131)

En conclusión, es un libro que se aprecia más si lo lees en el momento preciso de leerlo. ¿Cuál es ese momento preciso? Cuando tienes la mente abierta para libros originales y diferentes que aun ateniéndose al clásico planteamiento-nudo-desenlace rompen con las formalidades narrativas para explorar nuevas técnicas. En un primer momento puede resultar desconcertante, absurdo con esos saltos de un tema a otro, demasiado experimental. Pero si investigas un poco sobre él merece la pena darle una oportunidad. 

Un apunte sobre la autora. Jenny Offill.


Jeeny Offill nace en 1968 en Massachusetts (Estados Unidos). Hija única de dos profesores de Lengua Inglesa de la enseñanza privada vivió en diversos estados del país (Massachusetts, California, Indiana, Carolina del Norte...) acudiendo a diversos colegios con hijos de familias mucho más acomodadas que la suya. 

Estudió en la Universidad de Carolina del Norte y en 1999 publica su primera novela Last Things (aún no traducida al castellano) por la que recibe excelentes críticas en el New York Times y con la que queda finalista del Premio del Los Angeles Times. 

En el 2003 nace su hija, Theodora. Si bien, ella niega que esta novela sea autobiográfica, si reconoce que tiene aspectos que confluyen con su vida real, como esa presión por publicar su segundo libro, más acuciante tras ser madre, que la llevó a publicar libros infantiles y a escribir poesía antes de enfrentarse finalmente con el reto de "Departamento de especulaciones".

Da clases de escritura en el programa del Máster en Bellas Artes de las Universidades de Columbia y Queens así como en el Brooklyn College. Como consecuencia de su empeño en que sus alumnos experimentasen estilos narrativos nuevos, posmodernistas decide que su segunda novela sea también rompedora, diferente y arriesgada a fin de hacer caso a sus propios consejos. Y no le ha ido mal. Aparte de haber sido traducida a diferentes idiomas, el New York Times la incluyó entre los diez mejores libros del 2014.

Puedes saber más sobre ella y sus obras en su web http://jennyoffill.com/

Comentarios

  1. Mi querida Ra, por fin logro entrar a tu blog, y ni siquiera sé bien si este mensaje salga. No me impresiona en lo absoluto tu reseña porque ya sabía de sobra cuán aguda y reflexiva eres, y cuánta pluma volandera hay en ti. Agradezco esta llovizna de medio día que es tu reseña y me quedo con las ganas de leer el libro, que si aparece digital ya veremos si se encuentra. Ese abrazo, y mi más perpetua y continua admiración.

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    1. Mi querida Yu, gracias por los bellos ojos con los que me lees. Ojalá pudiera darme un saltico hasta el malecón y acercarte este libro que, creo, te gustaría, y mucho. Veré la forma de hacértelo llegar...
      Abrazos mil

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  2. Mi querida Ra, por fin logro entrar a tu blog, y ni siquiera sé bien si este mensaje salga. No me impresiona en lo absoluto tu reseña porque ya sabía de sobra cuán aguda y reflexiva eres, y cuánta pluma volandera hay en ti. Agradezco esta llovizna de medio día que es tu reseña y me quedo con las ganas de leer el libro, que si aparece digital ya veremos si se encuentra. Ese abrazo, y mi más perpetua y continua admiración.

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  3. Ojalá y todo en este mundo se hiciera con tanto empeño, profesionalidad y amor como los que has puesto en estas líneas. No me extraña que cautives lectores.

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    1. Ooooohhh muchísimas gracias por tu comentario. ¿Qué puedo decir? Me has sacado los colores <333

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  4. Muy buena reseña, un libro complicado de leer aparentemente, que podría ser el diario de cualquier mujer madre, trabajadora, esposa, engañada...

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    1. Exactamente, Bea. Eso es lo que le hace tan diferente y que por ello suscite opiniones para todos los gustos. Es un libro bastante personal que yo no regalaría a cualquiera pero que a mi me habría encantado que me hubiesen regalado. Me alegro muchísimo de que te haya gustado la reseña. ¡Gracias! :**

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  5. ¡La reseña es buenísima! Consigues además que quiera leer este libro ya mismo. ¡Trabajazo!

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    1. Este libro es genial y creo que puedes sacar de ahí ideas para tu "proyecto" muy interesantes sobre cómo estructurar ideas aisladas y unirlas entre ellas de forma sutil pero compacta.
      Muchas gracias por leerme y ojalá saques un ratito para echarle un vistazo al libro. ¡Merece la pena! Y se lee en un pis pas.
      Un abrazo

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  6. Hace solo unas semanas vi un comentario sobre el Dr. Azaka Solution Temple, alguien hablando sobre cómo la ha ayudado en su relación también lo contacté porque estaba enfrentando el mismo problema en mi relación, hoy puedo recomendar con valentía la solución del Dr. Azaka Templo para alguien que también enfrenta una ruptura en su relación para contactarlo hoy para obtener ayuda porque me ha ayudado a restablecer mi relación a la normalidad, aquí están sus datos de contacto: Azakaspelltemple4@gmail.com o whatsapp +1(315)316-1521, gracias señor Dios lo bendiga.

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