La leyenda de una casa solariega - Selma Lagerlöf


Título original: En Herrgardssägen (1899)
Edición: Funambulista. (1ª edición, 2012)
Traducción: Elda García Posada
Páginas: 198
ISBN: 978-84-939830-8-6
Precio: Tomado en préstamo de la biblioteca
Calificación: 8/10.

Lo que más me ha gustado: en el marco de la iniciativa de Diana (@Todomiser, #WomenPNL) comencé un nuevo reto: leer a las catorce mujeres que han ganado el Premio Nobel de Literatura (catorce mujeres frente a noventa y siete hombres, saquen ustedes el porcentaje). La primera: Selma Lagerlöf, ganadora en 1909. Su lectura ha sido asombrosa pues Selma tiene un estilo bellísimo que ha resistido a la perfección el paso del tiempo, hasta el punto de que, gracias a ese tono de fábula que usa, construye una narración moderna, no exenta de moralismo, cierto, pero de mentalidad bastante avanzada para su época. Selma es directa y sensible. No recurre a descripciones interminables ni a discursos farragosos. Su ritmo es ágil y pone a sus personajes a caminar, hablar, actuar y discurrir.

Lo que menos me ha gustado: el libro está lleno de casualidades y encuentros entre personajes un poco forzados, de tal manera que Selma crea un entorno cerrado donde todo sucede por azar y donde, como en una leyenda de la mitología griega, los caminos de los protagonistas se van entretejiendo formando una red en la que no hay cabida para nadie más que no sea ellos mismos. Claro que la obra se titula precisamente así, Leyenda, y Leyenda es.
«Sabía lo que se sentía, algo así como lo que deben sentir los árboles cuando son talados, no de la forma habitual, cuando simplemente se les corta el tallo, sino cuando se les sacan las raíces y se los deja en la tierra para morir. Allí se encuentra el árbol sin entender por qué ya no le llega savia ni alimento. (...) Tiene que morir. No hay más remedio, tiene que morir.» (Pág. 77)
Selma Lagerlöf
¿Qué es aquello a lo que pertenecen con tanta intensidad que no se sabe quién pertenece a quién? ¿Cuál es ese sueño que ansían cumplir, ese lugar al que desean regresar una y otra vez, ese rincón que les inspira y les recuerda quiénes son? ¿El motor de su vida, su ilusión? Selma Lagerlöf lo tuvo claro: pertenecía a la casa familiar de Marbacka, su sueño era ser escritora y el rincón que quería recuperar a toda costa era, precisamente, Marbacka. Selma Lagerlöf (Marbacka, Suecia, 1858-1940) no fue una mujer de su época. Fue una mujer adelantada, adelantadísima a su época. Una displasia en la cadera cuando tenía diez años la ancló a una afición que conservaría toda su vida: leer. También la ayudó a descubrir que no deseaba atarse al destino que su sexo de nacimiento le marcaba: quería escribir, no quería casarse, era torpe en la cocina y bordar se le daba aun peor. Al igual que le sucedería a Simone de Beauvoir unas décadas después, la pérdida del estatus económico de la familia supuso para ella tener que buscar la forma de ganarse la vida por su cuenta, lo cual benefició sus inquietudes. En 1880 la familia pierde la propiedad de Marbacka, la casa familiar en la que Selma pasó una infancia que siempre recordará con nostalgia, pero su hermano mayor, Johan, pide un préstamo para poder costearle sus estudios de Magisterio en 1881. Y es así como en 1885, con veintiséis años, Selma desciende de un tren de Landskrona para poder comenzar su nueva vida como maestra.
«Gunnar Hedde profesaba una devoción tan grande por aquella casa, que se decía que resultaba incorrecto afirmar que él era dueño de una propiedad. Más bien lo que ocurría es que ese viejo lugar de Dalecarlia occidental era dueño de Gunnar Hede.». (Pág. 31)
Marbacka. El paraíso perdido de Selma.
Sin embargo, un sueño casi obsesivo persigue a Selma: recuperar la casa de Marbacka, regresar a sus raíces. Consciente de que con su trabajo como maestra nunca podría conseguirlo y sabedora también de su talento narrativo, comienza a dedicar cada vez más tiempo a la escritura. Y así, poco a poco, va abriéndose un hueco en el mundo literario sueco, logrando el espaldarazo definitivo gracias a un encargo para que los niños suecos conocieran la geografía del país: El maravilloso viaje de Nils Holgerson. Con los beneficios obtenidos logra recobrar Marbacka en 1907 y en 1909, cuando recibe el Premio Nobel, invierte gran parte del premio en reformar y ampliar la espléndida casa. En ese ansia por ver su sueño cumplido no estaba sola pues dos elementos fundamentales la acompañarían: de forma directa los personajes de sus novelas, unos seres maravillosos dotados de una vida interior rica y propia que también van en busca de sus sueños, como Gunnar Hede e Ingrid Berg, los protagonistas de La leyenda de una casa solariega; de forma indirecta el movimiento feminista de Suecia, concretamente la escritora Sophie Elkan y la principal figura de este movimiento, Sophie Adlesparre, quien además de soporte moral le dio soporte económico al concederle una beca para que se dedicase en exclusiva a la escritura. 
«Nada hay más cierto que este hecho: el sol adora las plazas abiertas frente a las pequeñas iglesias aldeanas». (Pág. 45)
En La Leyenda de una casa solariega, escrito en 1899, múltiples capas conforman el argumento y entre ellas siempre se puede respirar la brisa del norte que nos brinda la prosa elegante y bella de Selma. Y es que, a veces, aquello que buscamos con dedicación está justo delante de nuestros ojos y no lo vemos. Así, Gunnar Hede, un joven estudiante enamorado del violín, ve su estabilidad económica en peligro cuando la mina de la que es propietario deja de ser productiva. La posibilidad de perder su casa en Dalercalia le lleva a dedicarse a la venta ambulante, teniendo que renunciar así a la música, a su parlanchina melodía que habla al desconsolado que oye en ella lo que necesita oír, cayendo en la locura. Se convierte en un monstruo que tiene miedo a los animales, que se comporta de forma irracional y al que todo el mundo llama El Chivo de forma jocosa. Él pertenece a Dalercalia pero, a diferencia de Selma que luchó por recuperar Marbacka dedicándose a su pasión, la escritura, él se vuelve loco. Su obsesión por ganar dinero le lleva a dedicarse al comercio, a abandonar su pasión, el violín y a olvidarse de sí mismo. Se vuelve cobarde, deja de luchar, es vencido por el miedo.
«El miedo es una cosa difícil, una pesada carga para aquellos en los que habita.» (Pág. 50)
Viulunsoittaja. Pekka Halonen. (1901)
En su camino se cruza la joven e idealista Ingrid Berg, una muchacha huérfana que se enamora del estudiante y que sueña con reencontrárselo algún día. Ella no pertenece a ningún sitio porque acompaña a su abuelo ciego, un violinista ambulante; tampoco tiene ninguna pasión ya que el arte y la música se le resisten, pero sí tiene clara una cosa: el sentido de su vida es amar y ser amada. Cuando años después se reencuentra con el Chivo no reconoce en él, ese joven trastornado y excéntrico, al estudiante elegante y educado del que se enamoró. Comienza así una historia de reencuentros y desapariciones, de muerte y resurrección que Selma resuelve gracias a la fuerza del amor. Una fábula optimista pero realista sobre cómo las personas se desdoblan. El estudiante Hede, bello y apolíneo, equilibrado y sensato, amante de la música, como Selma lo fue de la escritura, se transforma en El Chivo, terrible y dionisíaco, desmesurado, una bestia, que desconcierta y causa sufrimiento en su madre y en Ingrid. Las pasiones traicioneras se apoderan de la mente. La pérdida de la ilusión y de la estabilidad, de la posibilidad de poder vivir por y para la música, provocan la ruina del estudiante/Chivo.
«Había vivido en casa del capellán durante seis años y no había conseguido hacerse querer lo suficiente como para que desearan verla con vida. Y aquel a quien nadie ama, no tiene derecho a vivir.» (Pág. 76)
De la misma forma, la joven Ingrid, al tomar conciencia de que nadie la ama y de que quien no es amado no merece vivir, decide rendirse a la muerte. Es el suyo un amor que evoluciona a lo largo de la obra. En un primer momento responde a ese amor "romántico e idealizado", salvador de vidas, dotador de identidad y de sentido vital. Pero a medida que Ingrid crece y aprende a reconocer en el Chivo al estudiante que ama se empieza a plantear si realmente es ese el amor que desea, si está dispuesta a aceptar también el lado oscuro de su amado, y descubre una lección fundamental: la salvación empieza por uno mismo. Ingrid cae de la nube, planta los pies en el suelo y se enfrenta al Chivo. Domestica a la bestia, la acepta como parte de su enamorado pero también le señala que debe ser él quien haga su parte. 
«—¡Vale, de acuerdo! —exclamó—. ¡Vuélvete loco de nuevo! Eres muy hombre por querer volverte loco para evitarte un poco de angustia.» (Pág. 175)
Una de las grandes obras de Selma.
Es por ello que esta novela, a pesar de su tono de fábula bucólica, impregnada del naturalismo de la época me ha gustado tanto. La historia de la Señora de la Pena, que obliga a aquel al que visita a reservar un cuarto de la casa a sus murciélagos, o la presencia en el relato del compenetrado matrimonio Blomgren, dan mayor empuje y firmeza a esta historia. Selma le da una vuelta no solo a los roles que la tradición asignaba al hombre y a la mujer sino también al estilo narrativo que, sin renunciar al tono moralista de este tipo de relatos, ha conseguido resistir muy bien al paso del tiempo. Lejos de ser una narración ñoña o cursi, Selma explora la psique de sus personajes y de paso hace una crítica constructiva a favor del amor que complementa y que crece, de la mujer que se descubre a sí misma y del hombre que, respetuoso, escucha a su compañera. Una auténtica delicia.



Comentarios

  1. AY, QUE ME HACES MORIR CON ESTA RESEÑA TAN MARAVILLOSA. *O*

    Tal como te estaba comentando en Twitter, no me di cuenta de que estábamos leyendo la misma historia. JAJAJAJAJAJAJA ¡Me encanta! Claro, yo lo he leído en inglés y, encima, formando parte de una antología de relatos bajo el título "From a Swedish Homestead". No llegué a relacionarlo. ¡Qué triste suena! Todavía estaba leyendo otros relatos que forman parte de la antología cuando tú e Isa dijisteis que ibais a leer este libro; no había llegado a leer la historia para relacionar el violín de vuestra portada con el contenido del relato que estaría a punto de leer. :P Creo que me expliqué muy mal, esto me sucede cuando siento demasiado. No logro controlar todas mis ideas para poder dejarlas escritas en orden, de forma coherente. Volviendo a esta obra, me gustó muchísimo. Existe algo en su forma de escribirlas que me seduce. Y la historia en sí puede resultar extraña, pero me reconozco en ella, yo también escribiría cosas cuyo sentido habría que buscárselo. <3

    También pretendo escribir una entrada con el resumen de mis lecturas, pero no leí demasiado, siendo sincera. >3< Ay. A ver si me inspiro y logro publicar algo decente. ¡Tu entrada es maravillosa! De verdad.

    Ahora toca prepararse para darle la bienvenida a la segunda autora, ¡qué ganitas! Muchas gracias por acompañarme. Me hace muy feliz tu presencia. ¡Me anima mucho! ¡Gracias! *_* Ya lo iremos comentando por twitter. ;) <3333 Muchos abracitos!!!

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    1. Jajaja, qué curioso, Diana. Estábamos sincronizadas literariamente sin saberlo ;-) Gracias a ti por tu espléndida iniciativa. Está resultando un reto de lo más interesante y poder escuchar las voces de mujeres que lograron resonar en su época, con lo difícil que era asomar siquiera la patita, es todo un regalo lector.

      Selma es perfecta para leer en otoño-invierno, con todos esos pasajes nórdicos tan misteriosos y perfectos para dejar volar la imaginación.

      Un besazo y nos seguimos leyendo <333

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  2. Me has emocionado con esta reseña. Ha sido como leer un cuento en una tarde de otoño. La historia de Selma con su casa me ha parecido un regalazo de tu reseña. Me lo apunto. Mira que Nils Olgersson me remonta a mi infancia y me sigue emocionando escuchar la cabecera de la serie de dibujos, pero creo que ahora es el momento adecuado de conocer más a Selma con esta leyenda. Gracias por traernos lecturas de calidad ¡Un abrazo!

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    1. Pilar,
      me emociona que te emocione. Como ya conoces a la autora gracias a Nils Olgersson te va a resultar maravilloso acercarte a Selma a través de otras de sus obras. La magia de ese cuento infantil sigue latente en sus libros e incluso en este de la casa, a pesar de que tiene momentos triste, desprende una melancolía fabulosa que reconforta.
      Un abrazoteeee

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  3. ¡Hola!

    En primer lugar, aplaudo tu iniciativa para fomentar la lectura de escritoras y dar imagen a su obra. Yo mismo quiero leer y descubrir autoras y cualquier recomendación es buena para engrosar esa lista.

    Respecto a la reseña, ¿qué decirte? Como siempre (desde que te sigo), me ha encantado tu manera de relatar y de transmitir los sentimientos que te ha despertado.

    Muchas gracias por esta opinión.

    ¡Un abrazo!

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    1. ¡Hola Santiago!

      ¡Muchísimas gracias! Visibilizar a mujeres a veces no resulta fácil sobre todo cuando se descubre que la gran parte de su obra está descatalogada, difícil de entender cuando estamos hablando, como en este caso, de una Premio Nobel que encima tiene una calidad literaria excepcional, muy accesible y hermosa.

      Te agradezco muchísimo tu visita por mi rinconcito y te animo a que el próximo año te pongas como propósito leer a más autoras. Te aseguro que no te van a decepcionar ;-)

      Un abrazo gordo.

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