Lecturas de Abril

Si en abril, aguas mil, lecturas no han sido tantas. El ritmo este mes ha sido más bajo que en los anteriores pero no por eso no ha sido un mes productivo con dos relecturas y algún que otro libro que, sin duda, releeré en años venideros, por aquello de comparar qué sentí ante ellos ahora y qué sentiré en ese momento. Y aquí está mi ranking del mes de abril:

1. Nada. Carmen Laforet. Un clásico de la narrativa española del s.XX que perdura aún hoy. Sigue emocionando como pocos libros. Recuerdo que la primera vez que lo leí, hace unos veinte años, me encantó, me impactó. Pero releyéndolo ahora me he dado cuenta de que aún es más hermoso de lo que lo recordaba. La prosa es sublime, cada frase está llena de armonía, de detalles, de metáforas inigualables. Laforet diseccionó con precisión de cirujano una realidad, la de la Barcelona de la posguerra, a través de la decadencia de una familia. Ella creyó que no se había llevado nada de ese año viviendo en la calle Aribau, pero después, reviviendo la historia, comprende que además de ser una espectadora activa una parte de ella se quedó en esa casa al mismo tiempo que una parte de esa casa huyó con ella. Una novela en la que siempre pasa algo, incluso cuando las hojas de los árboles se mueven bajo la luz de esas farolas vigilantes e inmóviles. Pasiones desmedidas, odios, rencores, cuentas pendientes, traumas, frustraciones... todo confluye en esa desastrosa casa donde, a pesar del título, pasa de todo menos Nada.

1bis. Las pequeñas virtudes. Natalia Ginzburg. Empate técnico. No puedo elegir entre Nada y esta maravilla de mi Naty. Esta obra, que he ido desgranando ensayo por ensayo para el proyecto de @AdoptaunaAutora es simplemente insuperable. Naty, con su estilo cotidiano, de amiga que habla contigo mientras toma un espresso y apura un cigarro, analiza varios temas. Desde qué significó para ella que durante el fascismo de Mussolini aporrearan su puerta en mitad de la noche, hasta cómo se acostumbró a andar con los zapatos rotos, ella que llegó a tener hasta un zapatero, pasando por el recuerdo de su amigo Pavese, su estancia en la amada-odiada Inglaterra y la importancia de educar a los niños en las grandes virtudes. Un compendio a través del cual no sólo conocemos mejor a esta inefable escritora sino que además nos plantea cuestiones sumamente interesantes para que nosotras mismas extraigamos nuestras propias conclusiones. Así es Naty.



2. El ruido y la furia. William Faulkner. ¿Elegimos los libros que leemos o son ellos los que nos eligen a nosotros? Esta pregunta vuelve a surgir en mi cabeza a raíz de la relectura de uno de los grandes de la Literatura Universal. La primera vez que lo leí, no me gustó, me pareció confuso, me hizo sentir como una lectora estúpida (¿o era él el estúpido?). Esos saltos en el tiempo tan absurdos, esos capítulos en los que no pasa nada, esos personajes tan oscuros... Te pido perdón, Faulkner. No supe entenderte. Esta vez sí disfruté (una vez superados los obstáculos iniciales) con tu lectura, tus temas sureños, tus denuncias sociales soterradas en el aparente caos pero tajantes, tu maestría en el uso del lenguaje. Por fin entendí por qué te dieron el Nobel y por qué fuiste un referente en las generaciones posteriores que nadaron en tus letras. Sólo te pongo un pero: ¿por qué ninguna mujer habla con voz propia?




 3. La casa de las miniaturas. Jessie Burton. Un libro delicioso que se lee del tirón. Recuerdo que en mis viajes a los Países Bajos me sorprendió comprobar que las casas disponían de enormes ventanales y que casi ninguna tenía cortinas. De esa forma podías observar, como si contemplases un escaparate o una obra de teatro, a sus habitantes mientras se preparaban un café, discutían por teléfono, o veían la televisión repantigados en el sofá. Esta costumbre tiene su principal motivo en el aprovechamiento de los escasos rayos de sol que iluminan sus calles pero en el s.XVII, fecha en la que transcurre la novela, esto también tenía un significado moral: la vida de los ciudadanos de Ámsterdam no sólo debía ser ejemplar sino también parecerlo. No existía la intimidad; continuamente debían rendir cuentas ante sus vecinos y ante Dios de cuanto hicieran en su vida pública y privada. Ambas esferas se entremezclaban de forma notable. A caballo entre la novela de misterio y costumbrista la autora logra, a través de una casa de muñecas, ensamblar una atractiva y entretenida historia. Este libro lo conocí gracias a @pilar y podéis leer su redonda reseña sobre el libro en su blog musasensutinta

4. Los peligros de fumar en la cama. Mariana Enríquez. Adoro a esta autora. Me encanta de vez en cuando abrir al azar Las cosas que perdimos en el fuego o este mismo libro y sumergirme en alguno de sus oscuros relatos en los que baila con el lector sumergiéndonos en un mundo onírico de personajes borderline, con obsesiones, miedos, paranoias, sueños recurrentes. Sin llegar a entrar en lo sobrenatural roza lo mágico mezclando mitos de religiones indígenas, supersticiones, atmósferas en las que aunque brille un sol radiante intuyes que bajo las piedras transita un río oscuro y fétido. Mariana no tiene pelos en la lengua, afila su lápiz y cuenta una realidad de niños sometidos a abusos, adolescentes desaparecidos que nadie se molesta en buscar, indigentes peligrosos, ajustes de cuentas, amores enfermizos y odios más enfermizos aún. En ella todo es blanco o negro, lo lleva al extremo y contesta a la pregunta de ¿qué pasaría si...? Relatos no aptos para espíritus sensibles que, sin embargo, tienen un encanto narrativo que atrapa y te hace tartamudear una y otra vez, no puede ser..., una y otra vez.

5. También esto pasará. Milena Busquets. En mi deseo de sumergirme en #MaternidadesLiterarias escogí ese libro porque da una perspectiva que también está muy relacionada con este tema: la muerte de la madre. Sin embargo, de este libro que ha tenido un éxito internacional sonoro, con versión cinematográfica en camino, me esperaba un poco más. Me ha gustado cómo Busquets, una narradora excelente capaz de crear potentes imágenes y reflexiones interesantes usa el pueblo de Cadaqués como escenario para las cinco etapas de la fase de duelo. Con gran realismo y honestidad nos va desgranando los altibajos por los que pasó esa relación, los recuerdos de infancia y adolescencia tan ligados a ese pueblo costero donde su madre era omnipresente y omnipotente, y su deseo de cerrar el círculo volviendo a él para hilvanar nuevos recuerdos que ordenen su caótico presente. Sin embargo, ante una experiencia tan extrema como es la muerte de una madre (Simone de Beauvoir dice que ninguna muerte, por esperada que sea, es natural, y con razón) esperaba que se centrase más en sus emociones, algo más íntimista y cerrado, más vinculado con sus sentimientos que con sus escarceos, fiestas y coqueteos que pueden resultar un poco superficiales. Repito, Busquets es una narradora maravillosa, lírica, dinámica, por eso me ha decepcionado que todo su potencial no explotase en este libro. Es como si durante todo el libro estuviésemos observándola prepararse para el gran salto, con calentamientos, estiramientos y ensayos y a la hora de la verdad se quedase plantada en el suelo paralizada por el miedo

Comentarios

  1. Como siempre: ¡esto sí que es un resumen que dice mucho, de manera atractiva y concisa!

    De tanto mostrarnos a Naty...me estoy colapsando porque no sé cual elegir para empezar con ella. Las pequeñas virtudes me parece muy interesante y personal. Tengo ganas de esa conversación "escritora/lectora".

    Con el de Milena Busquets me pasó algo parecido: mis expectativas eran otras y me decepcioné al encontrarme con un relato que, a mis ojos, me resultó superficial y no tan profundo como esperaba. Pero no es culpa de ella, es mía por mis expectativas. Estoy siendo políticamente correcta, jejeje. Aunque me gusta leer otras opiniones sobre este libro.

    Me alegro de que hayas disfrutado con La Casa de las Miniaturas. Gracias por la mención ;-)


    Me apunto el de Mariana, que yo soy muy fan de las compilaciones de relatos.

    Hasta el resumen del mes que viene!

    Nos leemos,

    un abrazo!

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    1. ¡Qué pesada soy con Naty! ¿verdad? Jajaja. Pues te aconsejo que empieces precisamente por éste de "Las pequeñas virtudes". Se puede leer intercalando con otro libro porque son ensayos cortitos, o del tirón, ¡lo que te pida el cuerpo!

      La mención a tu reseña de "La casa de Miniaturas" es más que lógica. Yo me acerqué a ese libro gracias a ella y creo que es justo que quien quiera conocer más sobre esa obra lo haga también. Lograste transmitir la esencia del libro con tu estilo personal ¡Es fantástica!

      Y respecto a Milena Busquets, me alegro de que coincidamos. Cuando la crítica es tan unánime al elogiar un libro, que luego a mí me decepciona, siempre me asalta la duda: ¿estaré equivocada? Así que me siento menos sola en mi decepción ;-D

      Y apúntate el de Mariana, es muy diferente, brutal, escrito desde las tripas y la denuncia social más cruda. Ya me contarás...

      Nos seguimos leyendo y seguiré anotando títulos tuyos. Un abrazo gordo, gordo.

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  2. ¡Hola!
    'Nada' es una novela que quiero leer desde hace bastante tiempo pero tengo que reconocer que me da bastante pereza. No es una lectura que me apetezca actualmente pero me gustaría leerlo en algún momento.
    A William Faulkner es un autor al que tengo muy pendiente, llevo años con ganas de leer 'Mientras agonizo'. ¿Por qué aún no lo he leído? Pues no tengo ni idea, espero que pronto le llegue su momento. Me encanta esta pregunta: "¿Elegimos los libros que leemos o son ellos los que nos eligen a nosotros?"
    'La casa de las miniaturas' lo tengo en la estantería esperando su momento, me ha picado la curiosidad lo de que las casas no tengan cortinas y el porqué. Espero poder hacerle pronto un hueco y disfrutarlo. En cuanto a Mariana Enríquez, cada vez tengo más ganas de leer algo suyo, la busco por la biblioteca y no la encuentro, a ver si la traen pronto.
    Un beso y disfruta de tus próximas

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    1. ¡Hola Isa!
      ¡Qué bien que te hayan llamado la atención las lecturas de este mes! Tienes razón en todo lo que dices, son libros que requieren su momento y "Nada", por ejemplo, es un libro maravilloso pero que hay que degustar con calma y con introspección para sentir mientras paseas con ella por las calles de Barcelona el mismo torrente de emociones que ella sentía. Lo mismo sucede con Faulkner. Creo que son libros de los que "te eligen".
      Respecto a la "La casa de las miniaturas" es una delicia, se lee del tirón y es perfecto para cualquier momento porque combina novela histórica con una historia muy original y crítica, también. Y ojalá te llegue pronto Enríquez: es una escritora para seguirle la pista de cerca.
      Gracias por pasarte a visitarme.
      Un abrazo :***

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  3. Que han sido pocas lecturas dice!!??? y MENUDAS LECTURAS!
    Bueno, qué te voy a contar de Nada, que a mí me enamoró de principio a fin y que desde luego ni por asomo pensaba que me fuera a maravillar tanto... esa forma de narrar tan poética, tan sutil contando tanto... aiins qué grandes escritoras tenemos y qué poquito valoradas...
    El ruido y la furia, lleva entre mis deseos lectores mucho tiempo y quizá le he dado más largas, precisamente por una sensación de no saber si lo entenderé... Tal vez me anime ahora que tú has tenido mejor impresión con la relectura...
    Bueno de Las pequeñas virtudes de Naty no vamos hablar porque gracias a tí he podido ir descubriendo cada relato, y ha sido un camino precioso! ahora sólo falta que adquiera mi ejemplar y a disfrutar!
    La casa de las miniaturas y peligros de fumar en la cama, me los llevo que ya me has picado, ves? si es que pasar por aquí es tan adictivo como el café que tomo mientras te leo xDD
    Un abrazo gordo!^^

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    1. Jajaja, es lo que tiene los paseos por los blogs... que acabas con la libreta de "próximas lecturas" a rebosar y preguntándote dónde se puede comprar tiempo para leerlas. El placer es mutuo, Ana. Si antes disfrutaba de Atwood ha sido gracias a ti que he empezado a conocerla mejor, a profundizar en su obra, a interesarme por toda su narrativa. Y encima, cada vez que veo algo suyo me acuerdo de ti, y si antes Atwood me caía bien, ahora ya no te quiero ni contar ¡la adoro! No podría haber tenido mejor embajadora en este proyecto de Adopta una Autora.
      Muchísimas gracias por tus palabras. El símil del café también me lo aplico para mí cuando paso por tu blog ;-)
      Un abrazo enormeeee!

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  4. Menudo resumen de lecturas más tentador. "Nada" es mi libro favorito y mi debilidad, me parece una lectura vibrante que siempre tendría que estar en las listas de libros imprescindibles. Llevo tiempo oyendo hablar de Mariana Enríquez y me mata la curiosidad porque creo que me va a encantar. Después de leer tu comentario no puedo esperar a hacer con alguno de sus libros de relatos, y dejarme atrapar.
    Por cierto, ¡¡¡me he estrenado con la Ginzburg!!! Trajeron a mi biblioteca "Y esto fue lo que pasó" y pasó que fui directa a por él. Creo que no es una de sus obras más conocidas pero me sirvió para darme cuenta de lo que me estaba perdiendo. Naty es una narradora genialísima :) :) Así que también me llevo apuntado "Las pequeñas virtudes".
    Nos leemos :D

    The Written Girl

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  5. ¡Pero bueno! Lo que te pasó con "Y esto fue lo que pasó" me parece de lo más maravilloso. Es cierto que es una de sus obras menos conocidas pero no por ello deja de ser una de mis favoritas. La leí antes de adoptarla y tengo pendiente releerla para reseñarla a conciencia para Adopta una Autora. Me hace muy feliz que hayas caído en las redes de Ginzburg... es de las que te atrapa sin pretenderlo pero para toda la vida. Las pequeñas virtudes es una joyita de las auténticas. Ya me contarás que te parece.
    Y respecto a "Nada" veo que coincidimos. No es para menos. Lo que hizo Laforet es único y atemporal.
    Así que te animo a que te lances con Enríquez. Como son relatos cortos es sencillo tantearla y comprobar si está hecha para ti (yo creo que sí; ya nos dirás).
    Un abrazo y gracias por tu visita ;-)

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