Simone de Beauvoir. ¡A ella le debemos todo!


« Femmes, vous lui devez tout! », gritaba una desolada Elisabeth Badinter en el entierro de Simone de Beauvoir, un 19 de abril de 1986, ante las más de cinco mil personas que durante dos horas recorrieron las calles del barrio de Montparnasse acompañando su féretro al cementerio. « Femmes, vous lui devez tout! », exclamaba entre lágrimas la filósofa feminista a esa comitiva, formada en su mayoría por mujeres, que llevaban claveles rojos y emblemas del movimiento de liberación de la mujer. « Femmes, vous lui devez tout! », no seamos desagradecidas, no lo olvidéis, no lo olvidemos, mujeres, a Simone de Beauvoir «¡le debéis todo!». Y aquí tenéis el motivo por el que me decidí a adoptar a esta mujer para la nueva aventura en la que me he embarcado a bordo de @AdoptaUnaAutora.
«El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal
Simone de Beauvoir es una de esas figuras de las que hemos oído hablar tanto que creemos que sabemos todo sobre ella. Cada vez que surge un debate sobre feminismo o sobre la situación de la mujer en el mundo su nombre sale a relucir de una forma segura como sinónimo de autoridad en la materia, de mente preclara, de referencia necesaria para poder entender un poco mejor por qué la mujer siempre ha ocupado un lugar secundario en la sociedad y por qué, a día de hoy, sigue ocupándolo en la mayor parte de los sectores. Basta contemplar el jurado de un premio u oposición, un informativo, una reunión de empresarios o las entradas a las grandes instituciones tanto públicas como privadas para comprobar la desigual distribución de miembros masculinos y femeninos. Así, sin remediarlo, sentimos una especial vulnerabilidad y también impotencia al contrastar que los preceptos que Simone de Beauvoir analizó tan exhaustivamente en su obra, especialmente en El Segundo Sexo, siguen estando vigentes aún a día de hoy, casi setenta años después.
«En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación
Simone de Beavoir y Jean Paul Sartre
¿Pero quién es Simone de Beauvoir? Para unas personas esta inteligentísima mujer fue simplemente la pareja del filósofo francés Sartre, exponente del existencialismo, y uno de los pocos que se han atrevido a rechazar el Premio Nobel de Literatura en 1964 por considerar que el desarrollo de la cultura debía hacerse de forma inmediata con el hombre, sin ningún tipo de intermediarios, y ni mucho menos aquellos que perteneciesen al sistema establecido. Ríos de tinta corrieron (y aún a día de hoy siguen transcurriendo riachuelos) sobre la peculiar relación que Sartre y Beauvoir mantuvieron durante toda su vida: ménage à trois, amantes despechados dispuestos a contar intimidades, resistencia a contraer matrimonio (en un momento en el que se pretendía regresar a la familia tradicional como núcleo social para reconstruir el orden europeo), negativa a tener hijos (en una época en la que la presión de las autoridades francesas por fomentar el aumento de la natalidad convirtió a las mujeres en recipientes de hijos que aseguraran el futuro de la nación y conjurara la superioridad numérica de esa Alemania que tanto daño hizo al continente unos años antes), relaciones con personas del mismo sexo, conversaciones alcohólicas hasta las tantas de la madrugada en bares parisinos de mala muerte, vida bohemia... Sartre y Beauvoir representaban todo lo contrario a lo que hasta ese momento se había considerado «la familia tradicional» pues su visión existencialista sobre la vida les impedía atenerse a todo cuanto estaba establecido por imperativos morales y sociales en esa búsqueda de transcenderse a sí mismos, de encontrar su propia felicidad «en-sí», alcanzar sus proyectos propios, su libertad.
«El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres
Por ese motivo, la obra de Simone de Beauvoir fue objeto de censura en muchos países, y, como no, también en el nuestro. Visitó España durante la República pero nunca pisó suelo franquista por considerarse persona non grata, ya que durante la Guerra Civil fue una firme defensora de la causa republicana reprochando públicamente a Francia y a Inglaterra su neutralidad en el conflicto, lo que le llevó a firmar peticiones y buscar apoyos monetarios e intelectuales que instaran al abandono de dicha neutralidad y el envío de tropas de defensa. Por ese motivo, toda su obra estuvo censurada en España y los escritos sobre ella fueron matizados y muy escasos. Su principal obra El Segundo Sexo, que se publicó en Francia en dos partes, la primera en mayo de 1949 y la segunda en noviembre del mismo año, no pudo leerse traducida en nuestro país (aunque se podían encontrar en francés y en español argentino en el mercado clandestino) y figuró en la lista de Libros Prohibidos, hasta que en 1966, al amparo de la nueva Ley de Prensa e Imprenta conocida popularmente como Ley Fraga, vio la luz en catalán. Esta Ley abría las puertas a las traducciones a otras lenguas del territorio español que no fueran el castellano, viviéndose en ese momento una expansión editorial en Cataluña que permitió la traducción del, hasta entonces maldito, Segundo Sexo, por Edicions 62. A esta "tolerancia" de la censura franquista también pudo contribuir el hecho de que el Índice de libros prohibidos de la Iglesia fuese abolido en 1966 por el Concilio Vaticano II, Índice en el que, por supuesto, también había estado incluida esta obra.
«No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino
Virginia Woolf
Para otras personas Simone de Beauvoir es «La Hermana Mayor» del feminismo, siendo la madre Virginia Woolf. Otras voces, sin embargo, proclaman que si bien podemos considerar a Simone de Beauvoir, Betty Friedan (autora de Le Feminine Mistique, 1963) y Mary McCarthy (autora de El Grupo, 1963) como las madres simbólicas del movimiento feminista es sin duda, Simone de Beauvoir LA MADRE con mayúsculas de todas nosotras. Independientemente del grado de parentesco nuestro que cada una queramos otorgarle, lo indudable es que se trata de uno de los puntales de la genealogía femenina cultural occidental y que, al igual que sucede con otros personajes conocidos, (salvo aquellas que han buceado en sus libros y adquirido sus conocimientos de primera mano), lo que el imaginario colectivo sabe sobre su forma de argumentar, sus conclusiones y su pensamiento, le suele llegar más de segunda o incluso tercera mano, a través de artículos periodísticos, documentales, alusiones. Es por ello por lo que voy a intentar ir, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, desgranando la obra de «La Madre», la bella Beauvoir, esa mujer valiente y decidida que enfrentándose a todo el mundo, tanto sectores conservadores como liberales y progresistas, a mujeres y a hombres, a políticos, filósofos, teólogos y pensadores, logró despertar al feminismo del letargo en el que estaba sumergido tras la convulsión de la Segunda Guerra Mundial y conseguir que las mujeres saliesen de nuevo a la calle reivindicando sin miedo sus derechos, sus ganas de luchar, su sueño de un mundo en el que no haya un Segundo Sexo. Porque sí, nunca viene mal recordarlo. Gracias, Simone de Beauvoir. « Femmes, nous lui devons tout ! »,


Fuentes consultadas:
  • El Segundo Sexo. Simone du Beauvoir. Ed. Cátedra. (9ª edición)
  • Tres escritoras censuradas. Simone de Beauvoir, Betty Friedan y Mary McCarthy. Pilar Godayol. Editorial Comares S.L. 
  • http://elpais.com/diario/1986/04/20/cultura/514332005_850215.html, 2017
  • https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-4357-2008-01-06.html

Entrada creada en el marco de la iniciativa de Adopta una Autora, proyecto que tiene como objetivo, tal y como indica su nombre, adoptar una autora (que conozcas, quieras conocer y, sobre todo, desees dar a conocer) independientemente de su raza, religión, orientación sexual, época o temática. Un proyecto sumamente interesante sobre el que podéis obtener más información en su blog https://adoptaunaautorablog.wordpress.com. ¿Se animan?

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho esta entrada, Raquel. Cuando leí "La mujer rota" lamenté no haberlo leído antes. Sus tres relatos son un diálogo de mujer a mujer, de escritora a lectora y es difícil que no remuevan a ninguna mujer que la lea. Espero seguir leyendo más entradas de Simone y el enfoque que le das.

    Saludos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Pilar. Te confieso que no he leído nada de ella hasta ahora (más que fragmentos de aquí y de allá) y de ahí que uno de los motivos para adoptarla fuese también conocerla a fondo. Iré compartiendo con vosotras mis impresiones a medida que la lea, no parto de ninguna idea preconcebida, es como cuando te ponen a un hijo en brazos por primera vez y sientes que tenéis que conoceros <3
      "La mujer rota" será uno de los primeros que lea de ella. Espero no decepcionarte y que te sigan gustando mis enfoques ;-)
      Un abrazo gordo

      Eliminar
  2. Genial entrada, Raquel. Tienes un gran cometido por delante pero estoy segura de que lo vas a disfrutar muchísimo.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Sí! Un cometido inmenso que me tomaré con calma, pasito a pasito. Lo que llevo leído de esta mujer es sólo la punta de iceberg de su impresionante inteligencia y sabiduría, de su maravilloso poder de introspección y observación. Voy avanzando con calma en mis lecturas intentando absorberla, reflexionar sobre lo que nos cuenta, tejer redes... Realmente interesantísimo e incluso ¡entretenido!
      Os iré contando...
      Un abrazo y gracias por tu visita, siempre ;-)

      Eliminar
  3. Me has emocionado con esta entrada, Raquel!!!Que introducción más bonita!
    Simone, es una de mis favoritas sin duda, todo un referente atemporal que deberíamos estudiar desde bien pequeñas!
    Me encanta que la hayas adoptado, no podría tener una representante mejor, estoy segura que entre tú, Naty y Simone haréis un equipazo de los grandes!!!
    Feliz adopción y... Bienvenida Simone ^^
    Un besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, muchísimas gracias!! No es difícil emocionarse con ella. Es tan lúcida, tan minuciosa en sus razonamientos, tan incisiva, que cada frase es una oportunidad para reflexionar. Intuyo que en un primer momento las entradas de Simone serán más espaciadas que con Naty pues mientras que a ésta ya la conocía con Simone estoy empezando, digamos, a intimar jajaja ¡Cómo me alegro de que te haya gustado! Sí, Naty y Simone son todo un equipazo ;-)
      Un besazoooo

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Retrato de un amigo - Natalia Ginzburg

Él y yo - Natalia Ginzburg

Puñal de claveles - Carmen de Burgos «Colombine»

Invierno en los Abruzos - Natalia Ginzburg